Hay ciertas características de la personalidad de los niños que se mantienen cuando crecen. El entorno en el que un niño se desarrolla va a ser el que determine su carácter y esos rasgos los acompañarán hasta su adultez.
Los padres, desde que nuestros niños son pequeños, observamos sus conductas para analizar cómo será su personalidad de mayores. Es cierto que algunos de los rasgos presentes durante la infancia llegarán hasta la edad adulta. Algunas de estas características están presentes desde el momento en el que nacen, pero en otros casos estas tardan más en aparecer.
Características de la personalidad de los niños que se mantienen cuando crecen: importancia de las experiencias
Aunque el carácter de cada niño puede ser modificado a través de sus vivencias y experiencias, desde que nace ya se pueden intuir ciertos rasgos que probablemente le acompañarán hasta su edad adulta.
El ambiente en el que crece (colegio, casa, amistades, aficiones, etc.) tiene un papel muy importante en el desarrollo de su personalidad y todo irá formando parte de su crecimiento personal.
Pero no te preocupes, si crees que alguno de sus rasgos puede afectar de forma negativa su futuro personal y laboral, todavía tienes tiempo de ir puliéndolo. A pesar de que posea ciertas características, estas pueden ir modificándose a través de sus experiencias y nuestra educación.
6 características de la personalidad de los niños que se mantienen cuando crecen
A continuación, vamos a ver algunas de esas características de la personalidad que pueden aparecer de forma temprana en los niños y que pueden acompañarlos hasta su edad adulta.
Humildad
La humildad es un rasgo de la personalidad que nos permite vivir como seres sociales y tener conductas de respeto hacia los demás. Aquellos niños que son humildes desde pequeños es complicado que en un futuro se conviertan en personas prepotentes, aunque la humildad en exceso puede hacer que de adulto sea una persona más insegura.
Si esta cuestión nos preocupa, podemos proporcionarle a nuestro pequeño distintas estrategias para trabajar su confianza a través del juego, los cuentos, etc.
Liderazgo, una de las características de la personalidad que se mantiene
El liderazgo es otra de las características de la personalidad que puede surgir en la infancia y permanecer hasta la edad adulta. Si observamos los grupos de niños, nos daremos cuenta de que cada niño tiene un rol distinto en el grupo, (el líder, el tímido, el empático, etc.). Los pequeños que manejan esos grupos, “los lideres”, suelen mantener este rasgo cuando son adultos.
Sociabilidad
Un niño que de pequeño es muy sociable, al que le cuesta poco hacer nuevos amigos o mantener conversaciones con otros niños que no conoce en el parque suele ser un niño que, de mayor, no va a tener problemas con las relaciones sociales y, además, será un adulto con una gran confianza y seguridad en sí mismo.
Impulsividad
Hay niños que son muy impulsivos, que no paran quietos y lo que en un principio a los padres puede parecernos algo negativo, en realidad no tiene por qué serlo. Esta característica en los más pequeños va traducirse en que de adultos serán personas inquietas, con gran capacidad para aceptar retos e implicarse en múltiples actividades.
Adaptabilidad
La forma en la que nuestro niño se comporte ante las distintas situaciones a las que se vaya enfrentando nos va a indicar cuál es su capacidad de adaptación; cómo se enfrenta a su primer día de colegio, a su nueva actividad extraescolar, cómo se maneja con otros niños en el parque, etc. Los niños que de pequeños tienen una gran capacidad de adaptación serán adultos menos quejicas y más felices.
Introversión o extroversión
La introversión o extroversión también aparece durante la infancia y no cambia conforme el niño crece. Sí es verdad que, si se tiene cierta tendencia hacia uno de estos dos rasgos, se puede suavizar con el tiempo o equilibrarse, pero le acompañará a lo largo de su vida.
En definitiva, estas son algunas de las características de la personalidad de los niños que se mantienen cuando crecen. Ahora puedes observar a tu hijo, ver cuál es su comportamiento y buscar algunos de estos rasgos en su personalidad.
Recuerda que la personalidad de los niños es un papel en blanco y, aunque posean ciertos rasgos característicos, con la educación, la experiencia y su entorno, esos rasgos pueden modificarse para un mejor crecimiento personal.
Bibliografía
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