Cada vez con más frecuencia llegan a las consultas de psicología niños que antes no utilizaban las pantallas y ahora no hay quien los despegue. Es probable que el aumento del tele-trabajo y la tele-educación hayan propiciado la relación con los dispositivos electrónicos intensificando el problema. Por ello, a continuación, vamos a ver qué se puede hacer para desconectar a los niños de las pantallas.
Diferentes estudios hablan de la relación entre las pantallas y las consecuencias negativas que tienen en los niños, como aislamiento social, obesidad, problemas en la visión, pérdida de masa muscular, entre otros.
Desconectar a los niños de las pantallas: consecuencias del abuso de la tecnología
Un experimento realizado por la Revista Americana de Pediatría indica que los niños que hacen un uso excesivo de las pantallas son más irritables y presentan una menor capacidad de memoria, concentración y atención que los que no las usan.
Así, algunas de las consecuencias que se han visto en niños tras un uso excesivo de la tecnología son
- Aislamiento social.
- Depresión.
- Aumento de obesidad infantil.
- Estrés.
- Mayor irritabilidad.
- Problemas de visión.
- Problemas de comportamiento que derivan en conflictos familiares.
- Menor rendimiento escolar.
- Sedentarismo que deriva en pérdida de masa muscular.
- Ansiedad.
Pasos para desconectar a los niños de las pantallas
La mayor parte de los juegos, apps y redes sociales están diseñadas para que, cuando se usen, nuestro cerebro produzca sustancias placenteras. Si a un adulto le cuesta dejar estas actividades, imaginaos a un niño, que es más inmaduro y tiene menos capacidad de autocontrol.
Así, se puede intentar poner solución al uso excesivo de pantallas con estos 7 pasos:
1. Mantener la calma; es muy probable que tu hijo no sea adicto a la pantalla
Que a un niño o adolescente le cueste soltar las pantallas no quiere decir que sea adicto. Para que sea considerada como una adicción, la tecnología tiene que quitarle tiempo y dinero que estaban destinados para otras actividades.
Además de producirse aislamiento social, dejan de querer salir con los padres a cenar o al cine porque prefieren estar conectados; el rendimiento escolar también se ve afectado y aumentan los conflictos en casa en un intento de los padres por quitarles de las pantallas.
Si no estás en ese extremo, es más fácil que este plan funcione, pero siempre debes establecer límites, darle alternativas y ser persistente y constante.
2. Establecer los límites para que haya una desconexión de las pantallas de forma progresiva
Estos hábitos saludables deben de empezar desde que el niño es muy pequeño y ya empieza a tener acceso al uso de pantallas. Hay que hablar con él y poner límites de tiempo, horario y lugar.
Seguramente, habéis ido a comer con amigos o con la familia y, para que el pequeño estuviera tranquilo, le has dejado tu móvil o tablet, pues, antes de hacerlo, piénsalo bien, porque luego vendrán las consecuencias.
Habla con él y explícale que el estar tanto tiempo con pantallas es perjudicial para su salud. Pero evita prohibírselo, porque cuando prohibes algo, estás impidiendo que tus hijos establezcan una relación sana con eso y acaba produciendo problemas a largo plazo, ya que lo desean más todavía.
3. Limitar los espacios y los momentos de uso de la pantalla
Hay que limitar los lugares y los momentos de uso de las pantallas. Se pueden usar en una zona común de la casa, pero no mientras se está de comida; tampoco hay que dejarles solos. Hay que supervisarlos o establecer control parental en las tabletas o móviles para poder restringir el acceso a las aplicaciones.
También hay que establecer un tiempo de uso, aunque lo importante no sea la cantidad, sino la calidad de lo que están viendo. Si se trata de vídeos sobre algo que les interesa y son educativos, no es lo mismo que si están jugando u otra cosa sin mayor provecho.
No es recomendable restringir totalmente su uso, es decir, pasar del todo a la nada, sino ir progresivamente despegándolos de las pantallas. Educarlos en un uso saludable y responsable de la tecnología es la clave.
4. Tomar conciencia de la importancia del sueño y regularlo
Aunque no estemos en un escenario de adicción a las pantallas, uno de los signos evidentes de que está causando problemas serios es cuando el niño se ve afectado en las horas de sueño. La recomendación es apagar a una hora fija los aparatos electrónicos y llevarlos a cargar.
La falta de sueño genera hiperactividad, falta de concentración, irritabilidad, situaciones que los videojuegos compensan con sobreestimulación. Una vez desconectados, al menos dos horas antes de ir a la cama, los padres debemos desplegar rituales (cena, baño y leche tibia, cuentos) que acompañen la melatonina que induce el sueño.
5. Propiciar actividades desconectadas de las pantallas
Desarrollar actividades como el dibujo o la pintura, la atención al huerto, tareas domésticas acordes a la edad, cuidados y esparcimiento con mascotas. Todas estas y muchas más, como parte de una lista que los padres tienen que tener a mano, de manera consensuada, discutida y acordada con los niños y los demás miembros de la familia.
Es determinante que todos en el hogar participen de este plan familiar porque el apego a las pantallas es un asunto que les compete a todos.
6. Ser su modelo para desconectar a los niños de las pantallas
De nada sirve que lo eduques en un uso responsable si tú, como padre, no lo haces y al contrario, estás todo el día pegado al móvil. Así que, ¡a desconectarse todos!
7. Compartir tiempo con ellos, salir a la naturaleza, realizar actividades de ocio…
Una pantalla no sustituye las interacciones familiares, las risas, las confidencias y el tiempo juntos. Hay que compartir tiempo, ya sea cocinando, saliendo a dar un paseo, organizando la casa, etc.
Lo mejor de todo es que, cada vez que puedas, salgas al aire libre, a la naturaleza, a disfrutar de la belleza que ofrece. Las pantallas congestionan la vista porque es un estímulo constante y muy localizado, mientras que la naturaleza ofrece estímulos más suaves, como las nubes, los árboles, los pájaros, el mar…
Conoce estas: Alternativas de juegos al uso de las pantallas
En definitiva
Como ves, desconectar a los niños de las pantallas no tiene por qué resultar tan difícil. Si sigues estos pasos, seguro que la relación de tu hijo con la tecnología será más sana y no estará tan pendiente de ella.
Si existe un problema de adicción más severo y con estos pasos no se soluciona, es recomendable buscar ayuda profesional. Y recuerda que, para desconectarlos a ellos, los padres han de ser los primeros en desconectarse.
Bibliografía
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