12 fábulas cortas para niños

Los niños adoran los animales y, como protagonistas de las fábulas, son un gran recurso para educarlos en valores. Estas 12 fábulas cortas captarán su atención de principio a fin.
12 fábulas cortas para niños
Elena Castro

Escrito y verificado por la filóloga Elena Castro.

Última actualización: 08 febrero, 2022

Las fábulas son historias cortas protagonizadas por animales que transmiten una moraleja. Estas enseñanzas no son algo que se enseñen en los libros, sino que les ayudan a distinguir una buena conducta de una mala. Además, como tienen origen en la cultura popular, puede que hayas oído hablar de las siguientes fábulas con una versión algo distinta.

Fábulas cortas sobre el esfuerzo

Las siguientes fábulas son ejemplos de que, a veces, el camino más rápido no es el mejor. Hoy en día queremos obtener resultados de forma inmediata, por lo que cada vez es más necesario recordar valores como la constancia.

1. La lechera

Esta fábula cuenta cómo una chica va hacia el mercado para vender un cántaro de leche. Hace planes sobre cómo va a invertir el dinero que reciba en unos huevos, de los que saldrán pollos que luego venderá para comprar otros animales y aumentar sus ganancias poco a poco. Sin embargo, está tan contenta e inmersa en sus pensamientos, que ocurre lo inesperado: que el cántaro se cae y toda la leche se derrama.

Tener planes, ideas y proyectos es importante, pero prestar atención a lo que tenemos delante lo es aún más. Si desatendemos las tareas que tenemos que hacer ahora, esos proyectos no serán más que castillos en el aire, ya que no habrá frutos que recoger.

5 fábulas cortas para niños.

2. La cigarra y la hormiga

Esta fábula cuenta algo similar desde otro punto de vista. En este caso, la cigarra se pasa el verano cantando mientras una hormiga no para de trabajar recogiendo comida para el frío invierno. ¿Y qué ocurre cuando llega el invierno? Que la cigarra no tiene nada que comer y le pide ayuda a la hormiga, pero ella se niega.

La enseñanza no tiene que ver con no ayudar a los demás, sino con evitar la actitud holgazana de la cigarra. Por ejemplo, si los niños son constantes desde pequeños y crean hábitos de estudio y juegos diferenciados, se concentrarán más fácilmente. Además, con los años, las metas tienen un recorrido más largo, por lo que su sentido de la responsabilidad también se desarrolla.

Fábulas cortas sobre el respeto

Subestimar a los demás o no respetarlos es una de las grandes debilidades que tenemos. ¿Qué mejor manera de enseñar un poco de humildad que con estas fábulas?

3. La tortuga y la liebre

En una carrera entre estos dos animales, está claro cuál va a ganar, pero contra todo pronóstico, en esta fábula gana la tortuga. La liebre está tan segura de que superará con creces a la tortuga que incluso se para a dormir durante la carrera. Sin embargo, duerme tanto tiempo que no llega a tiempo de cruzar la meta antes que la tortuga.

Las apariencias engañan, y la vanidad no es una buena amiga. Los niños no deben compararse con sus compañeros: ganar o perder, o sacar o no la mejor nota no es lo más importante. Lo que importa es el esfuerzo que han hecho.

5 fábulas cortas para niños.

4. El león y el ratón

Un día, un ratón despierta a un enorme león y pide que le deje con vida y que a cambio le ayudará cuando lo necesite. ¿Cómo podría un ratón ayudar a un fiero león? El león no podía imaginarlo, pero le dejó ir. Tiempo después, unos cazadores capturaron al león, que rugió con todas sus fuerzas para pedir ayuda. El ratón le oyó rugir y royó las cuerdas para liberar al león.

La moraleja de esta historia es que es importante tratar bien a los demás, pues nunca se sabe a quién puedes necesitar en algún momento. Además, ayudar de forma desinteresada es uno de los pilares para forjar relaciones de amistad.

Fábulas sobre la prepotencia

Creerse más que los demás y actuar con arrogancia, son actitudes que en parte esconden problemas de autoestima. Imponerse sobre los demás por la fuerza o utilizando la mentira, denota debilidad y dificultad para asumir la realidad. Te presentamos estas dos fábulas clásicas para que los niños reconozcan esas debilidades encubiertas en gestos desmesurados.

5. El toro y el ratón

Un día un ratoncito asomó la cabeza y vio a un toro que pastaba muy cerca de su madriguera. Divertido, se acercó al toro y le dio un mordisquito. El toro, exagerado, lanzó un mugido y salió corriendo y dando coces, buscando furioso a su enemigo.

El ratoncito asombrado le preguntó: -¿Te dolió tanto?

– No, pero no quiero que me muerdan.

– Fui yo quien lo hizo, grande y noble toro. Solo soy un ratón, pero logré asustar a cuatro cascos, un poderoso cuerpo y un par de cuernos. Meneó la cola y se fue…

El toro, confundido, tardó un rato en comprender que nadie grande y fuerte en verdad se había atrevido a atacarlo. Y recuperando la dignidad perdida, atinó a decir:

– Después de todo, solo era un ratón.

Aunque te creas muy grande, no subestimes a los pequeños

6. La rana que quiso ser mś grande que un buey

Un buey que pastaba casi pisa con su enorme casco a una pequeña ranita que se encontraba con sus hermanos en un charco.

Todas se fueron dando veloces saltitos a contarle a la madre sobre el peligro que había corrido.

La madre escuchaba la descripción del buey que le hacían sus atribulados hijos, y con cada detalle y descripción del tamaño, la ranita se inflaba y decía:

– ¿Así? ¿Es así de enorme?

A lo que los hijos respondían, no, es mucho más grande.

La mamá ranita entonces se inflaba e inflaba más.

– ¿Así de grande?

– No, era más grande…

La mamá ranita siguió inflándose hasta que… reventó como un globo.

No te ufanes ni te envanezcas; actuar desde lo que somos es siempre la mejor opción.

7. El cuervo y la zorra

En la rama de un árbol, ufano y contento, un cuervo ostentaba un queso en el pico. Un zorro, atraído por el olor se acercó al ave y le dijo:

– Buenos días, señor cuervo, se ve que estáis muy feliz, y qué hermoso brillan tus plumas a la luz del sol. Seguro un gorjeo tuyo se confundiría con las más agradables melodías del bosque.

El cuervo encantado no daba crédito a esos halagos y se envaneció tanto que abrió el pico para ensayar un dulce canto. Pero, al hacerlo el queso cayó y el zorro abajo, lo recibió.

Lleno ya no estará el cuervo de alimentos, sino de vanas adulaciones.

Fábulas cortas para aprender a actuar con sabiduría

La paciencia y la sabiduría son las formas más antiguas de hacer frente a los problemas de la vida. En tal sentido, es muy importante aprender que siempre será mejor evaluar los pro y contra, y hacer las cosas con calma y detenimiento.

8. El perro y el cocodrilo

Un perro se encontraba bebiendo agua a la orilla de un río y un cocodrilo, taimado le dijo: -Bebe tranquilo, amigo perro…

A lo que el perro con los ojos bien abiertos, le respondió:

– Beber y andar no es bueno, pero beber y esperar a que los colmillos me claves, es peor.

Dicho esto, salió corriendo, postergando el momento de saciar la sed para una circunstancia más segura.

No escuches consejos de tu enemigo

9. El zorro y la gallina

Un zorro con paso lento se acercó lo más que pudo al gallinero custodiado por un perro. Hablando casi con silbidos, llamó la atención de una gallina próxima.

– Chiss Chiss, gallinita, tengo unas pepitas para ti… ¿quieres verlas?

La gallinita, con la voz de la experiencia pero un poco constipada, le respondió.

– Gracias zorro, pero no tengo hambre.

El zorro tenía más ganas de comer que de darse por vencido y con voz de preocupado, le comentó:

– Noto en tu voz que no te encuentras muy bien de salud, acércate para saber si tienes fiebre.

– Es verdad que no me siento bien, pero viva estoy y con cuidados y reposo, pronto estaré mejor. No así, si me comes.

De sabios es saber que siempre hay falsía, en la mucha cortesía.

Fábulas cortas para aprender a no hacerse ilusiones

Aceptar lo que somos y tenemos, y desde ese reconocimiento actuar, impulsados por el deseo de ser mejores: esto nos lo enseñan las siguientes dos fábulas.

10. El perro que perdió su hueso

Un perro sujetaba con firmeza un grande y aún carnoso hueso en sus mandíbulas mientras cruzaba un puente. Abajo corrían las plácidas aguas de un arroyo.

A mitad del puente vio en las aguas otro perro que llevaba un hueso que le pareció mucho más grande. Ladró para llamar su atención y advertirle que haría lo necesario para tener ese otro hueso también.

Pero al ladrar y abrir la boca, cayó el hueso al agua y lo que creyó que era un perro con un hueso era solo su propio reflejo.

Arrastrado por la ilusión, perdió lo que ofrecía la realidad.

11. ¿Quién le pone el cascabel al gato?

Los ratones en una casa se enfrentaban a un hambre atroz. Un gato custodiaba los alimentos y ninguna excursión lograba traer a la guarida un poco de comida.

Se reunieron en asamblea y el más joven propuso un plan: pongámosle un cascabal al gato, eso nos anunciará su cercanía y tendremos un margen de maniobra en las incursiones a la despensa.

El plan fue muy aplaudido.

Pero desde el fondo de la cueva una voz anciana preguntó:

– ¿Quién le pondrá el cascabel al gato?

Y la emoción se desvaneció como una pompa de jabón.

No hagas planes con imposibles

Hay muchas más

Como ves, hay decenas de fábulas con distintas enseñanzas, pero vamos a destacar una que es tan necesaria para niños como para adultos.

12. La gallina de los huevos de oro

Imagínate que tienes una gallina que cada cierto tiempo da un huevo de oro. Si esto es posible es porque la gallina tiene oro dentro, ¿no? Esto pensaron los dueños de la gallina de los huevos de oro, pero para su sorpresa, cuando la mataron, no tenía oro dentro. Por tanto, se quedaron sin gallina y sin huevos de oro.

La avaricia y la impaciencia nos hacen perder el norte. A veces, saber conformarse y cuidar lo que tenemos es mejor, porque en un momento podemos perderlo todo.


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