
Apelar a los conocimientos previos de los alumnos, a sus deportes o hobbies favoritos, o a los ídolos que ellos tienen es una buena alternativa para trabajar los conocimientos en clase y, por qué no, las emociones. Así, el libro…
Los niños están inmersos en una sociedad cada vez más plural y heterogénea. Es importante, entonces, que aprendan a comprender y aceptar estas diferencias con respeto.
Vivimos en un mundo cada vez más globalizado. La tecnología y los cambios en los estilos de vida han hecho que las fronteras de los países se diluyan y que cada vez vivamos más en contacto con personas de diferentes partes del mundo. Educar en igualdad y respeto se vuelve trascendental para acortar las diferencias y los conflictos.
Esta globalización, con todos los aspectos positivos que conlleva, también exige ciertas responsabilidades por parte de las comunidades. Una de ellas es la necesidad de educar en igualdad y respeto a sus integrantes.
El motivo esencial que hace primordial este aprendizaje es la necesidad de tolerar las diferencias con los demás y convivir con ellas. En este sentido, nos referimos a las desemejanzas en los siguientes aspectos:
Impartir una educación que enfatice la relevancia de la igualdad y el respeto dentro de una sociedad y también entre las diversas comunidades puede sonar un tanto amplio. Por eso, aquí presentamos algunas nociones básicas que permitirán considerar las aristas más importantes de esta enseñanza.
Una herramienta muy poderosa para educar en igualdad y respeto es mostrar las catástrofes que han ocurrido a raíz de los prejuicios. Las guerras y las crueles batallas que ha atravesado la humanidad encontraban su fundamento en las diferencias políticas, religiosas y hasta étnicas.
Desafortunadamente, hasta hoy esto sigue ocurriendo. Como la sociedad avanzada y en constante desarrollo que somos, esto es algo que no podemos permitir. Las generaciones futuras y lo que inculquemos en ellas son el primer cambio que podemos hacer desde nuestro lugar.
Así como las diferencias entre hombres y mujeres cada vez son más arrancadas del pensamiento colectivo, lo mismo debemos hacer con los estereotipos y los prejuicios que ellos generan. En consecuencia, es fundamental enseñar a los pequeños a no asociar a determinadas personas con ciertos gustos, trabajos, habilidades o defectos.
Cada ser es diferente y posee sus particularidades, preferencias, creencias y aptitudes. De ninguna manera la raza, la religión o cualquier otro factor que hace a un individuo puede delimitar ninguna de estas cualidades.
Para educar en igualdad y respeto, es apropiado que evitemos que los niños tomen contacto con mensajes xenófobos y racistas. Lamentablemente, en la web abundan los contenidos como estos, por lo que se hace vital que los padres se involucren en el uso que los niños hacen de la tecnología.
Si no lo hacemos, estaremos dejando que los pequeños sean influenciados por ideas maliciosas y que poco tienen que ver con los valores que intentamos propiciar en ellos.
«La globalización exige ciertas responsabilidades por parte de las comunidades. Una de ellas es la necesidad de educar en igualdad y respeto a sus integrantes»
Muchos logros en diferentes ámbitos de la sociedad actual han sido llevados a cabo por personas de diferentes características. Los grandes equipos, tanto deportivos como científicos o laborales, incluyen a todos sus integrantes en partes iguales sin hacer diferencias.
Por lo tanto, resulta muy positivo que enseñes a tu hijo que todos pueden hacer aportes trascendentales cuando se persigue un objetivo en común. Del mismo modo, puedes mostrarle ejemplos a seguir de diferentes razas, religiones y culturas.
Si no ‘bajamos’ estos mensajes a la práctica cotidiana, difícilmente los niños incorporen y comprendan su verdadero significado. Es sumamente beneficioso, entonces, que se promuevan en el ámbito escolar las actividades en grupo que incluyan a todos. Esto se puede lograr con dinámicas lúdicas y también con películas o libros que promueven la tolerancia.
Asimismo, como padres, se pueden promover los espacios de encuentro con otros chicos. De esta manera, en el ámbito de la práctica deportiva, en las clases de música o en otros tipos de actividades extracurriculares, los pequeños comprenderán el valor de cada persona y los conocimientos que cada una de ellas puede aportar en beneficio de todos.
En última instancia, es importante destacar que todos los puntos mencionados anteriormente requieren la participación activa de los adultos. ¿Cómo podemos lograrlo? A partir del arma fundamental que tenemos para ello: el ejemplo.
Los chicos observan y aprenden constantemente de los mayores. Entonces, si demostramos actitudes tolerantes, comprensivas e inclusivas para quienes son o piensan diferentes, estaremos sembrando algo muy importante en los menores.