Es importante que los niños sepan de dónde vienen, es decir, cuál es su historia familiar. Pero ¿cómo se debe tratar este tema en la infancia? Lo primero que hay que tener claro es que hay que hacerlo de una forma amena y entretenida, pero también didáctica, y procurar que resulte una experiencia enriquecedora para los pequeños.
¿Cómo conseguir que esto sea así? A lo largo de las próximas líneas describimos algunas ideas. ¡Toma nota de todas ellas!
“Si sabemos de dónde venimos, sabremos mejor hacia dónde nos dirigimos. Y si sabemos de quién venimos, entenderemos mejor quiénes somos”.
-Anónimo-
4 ideas para que los niños conozcan su historia familiar
1. Elaborar un árbol genealógico
Uno de los recursos más utilizados para investigar y conocer la historia familiar es el árbol genealógica. Se trata de una actividad recomendada para todas las edades, incluso para los más pequeños de la casa.
Para llevarla a cabo con los niños, es importante que los padres participen activamente en su elaboración, de manera que padres e hijos unan sus fuerzas y colaboren entre sí, con el fin de recabar toda la información posible sobre sus antepasados y coloque a cada uno de ellos en el lugar del árbol que le corresponde. Esta es una forma estupenda de descubrir los orígenes de la familia.
Además, hoy en día, en internet se pueden descargar de forma gratuita multitud de plantillas que facilitan la realización de dicha actividad. Por ejemplo, la genealogista Mireia Nieto, en su página web, pone a disposición de los usuarios unas plantillas en forma de red genealógica que son ideales para emplear con los niños.
2. Confeccionar un cofre del tesoro para conocer la historia familiar
Otra buena idea para trabajar la historia familiar con los hijos es confeccionar un cofre del tesoro. Se trata de escoger una caja grande en la que poder guardad diversos objetos que tienen cierto valor sentimental para alguno de los miembros de la familia.
Para ello, los niños deben pedirle a sus familiares que les entreguen un objeto que consideren digno de recordar (una foto, una carta, una figura, una prenda de ropa, etc.), para poner dentro de la caja, es decir, en el cofre del tesoro.
Además, cuando alguno de sus padres, tíos, abuelos, primos, etc., guarden un objeto en esta caja, deben preguntarle por qué lo han seleccionado. Así, conocerán la historia que hay detrás de dicho objeto. Así pues, con el paso de los años, este cofre del tesoro, será cada vez más significativo para los pequeños ya que, pase lo que pase, siempre podrán estar conectados con sus antepasados.
3. Escribir un libro de la historia familiar
Otra opción para explicarles la historia familiar a los niños es escribir junto a ellos un pequeño libro. Para ello, se puede comprar un cuaderno e ir anotando en él anécdotas importantes, recuerdos, descripciones de los miembros de la familia, etc. Para que sea más visual, también se pueden poner fotografías familiares o incluso dibujos realizados por los más pequeños.
4. Crear el camino de la vida
El camino de la vida sirve para representar, de forma gráfica y esquematizada, la historia familiar. Esta actividad consiste en trazar, sobre un papel o una cartulina una gran línea e ir situado en la misma una serie de fechas que se consideran relevantes para la familia (nacimientos, bodas, fallecimiento de seres queridos, etc.).
Así, de una forma organizada y visual, los niños pueden entender todo lo que ha pasado antes y después de que ellos existieran y, con el paso de los años, pueden seguir completando dicha línea temporal. Es una bonita manera de unir presente, pasado y futuro.
“Las almas de los niños son los herederos de la memoria histórica de las generaciones anteriores”.
-Hayao Miyazaki-
Los beneficios de que los niños conozcan su historia familiar
El escritor norteamericano Bruce Feiler, en uno de sus artículos para el New York Times, describe algunos de los beneficios de que los niños sean conocedores de su historia familiar. Según este autor, estos muestran
- Sentimiento de pertenencia a un gran grupo.
- Creencia de que sus familias funcionaban bien.
- Alta autoestima.
- Capacidad para enfrentarse a las adversidades.
- Sentido de control sobre sus vidas.
Por tanto, el hecho de que los pequeños conozcan su pasado es beneficioso para su desarrollo afectivo y emocional.
Bibliografía
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- Nieto, M. (2014). Nuevas genealogías. Cómo abordar el árbol genealógico en el siglo XXI. Barcelona: Tataranietos.