25 Buenas costumbres que los niños deben conocer (Parte 1)

Para lograr que los hijos tengan buenas costumbres es necesario estimularlos a diario con el ejemplo. Acá encontrarás algunas sugerencias.

Las buenas costumbres que los niños deben conocer, se modelan desde los primeros años de vida. Cuando digan sus primeras palabras, es momento de enseñarles cómo deben responder ante determinadas situaciones.

Las siguientes son algunas de las conductas que todo padre quiere ver en su hijo, pero recuerda que son comportamientos que ellos imitan de ti. En vez de decir cuáles son las acciones que se esperan de ellos, muéstrales con tu ejemplo cómo actuar en cada escenario.

Las razones para enseñarles buenos modales a tus hijos

Los buenos modales son hábitos correctos que encajan a la perfección en todos los contextos y en todas las circunstancias. Si te esfuerzas un poco por inculcarlos durante los primeros años, se convertirán en algo automático.

  • La buena educación estimula el desarrollo social. Cuando un niño aprende buenos modales desde pequeño se relaciona mucho más fácilmente tanto con niños como con adultos. Las habilidades sociales son herramientas que los niños necesitan para salir al mundo de una manera exitosa.
  • Los niños aprenden a imitar modelos positivos. Al repetir todos tus actos de cortesía, los niños adquirirán conciencia de las personas que pueden aportar cosas positivas a su vida, por eso, debes evitar los comportamientos rudos o vulgares cuando estás frente a ellos y aplicar cada uno de los actos que pides que realicen.
  • La cortesía no es una virtud innata en los niños, requiere práctica y refuerzos continuos. Un niño con buenos modales puede ser más disciplinado, tener más tolerancia a las sugerencias que otras personas hacen y que pueden afectar sus vidas con una connotación positiva.

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Buenas costumbres que los niños deben conocer

1. Siempre que se vaya a pedir un favor a cualquier persona, al preguntarle la hora a alguien o a comprar algo en la tienda, lo primero que se debe decir es “por favor”.

2. Al recibir un regalo o algo que se solicita de otra persona, es indispensable dar las gracias.

3. Cuando dos o más personas (sean adultos o niños) están hablando, hay que esperar que terminen para poder participar en la conversación. El único motivo para interrumpir una conversación de otras personas, es que haya una situación de emergencia.
4. Cuando se necesita atención por parte de otra persona, no es correcto obtenerla mediante gritos o tirando de la ropa. La forma más correcta de dirigirse a otra persona es una palabra educada como “disculpa”.

5. Cuando hay alguna duda sobre la forma correcta de realizar determinada acción, se debe solicitar autorización o pedir indicaciones a un adulto. De esa manera se evitarán llamados de atención innecesarios.

6. Como padre de familia, resérvate los comentarios negativos sobre otras personas y más aún cuando tus hijos se encuentran presentes. Si rehúyes este tipo de conducta, evitarás que los niños hagan comentarios vergonzosos en situaciones sociales y les enseñarás a darles prioridad a las cualidades de los otros.

7. Evita hacer comentarios despectivos sobre las características físicas de otras personas, hazlos solamente cuando son halagos u opiniones positivas y que reflejan cortesía. La tolerancia y el respeto a la diferencia son dos rasgos que debemos desarrollar en nuestros hijos desde que son pequeños.
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8. Cuando se está en una situación social y una persona con algún tipo de cercanía hace una pregunta, siempre se debe dar respuesta. Aunque los niños sean tímidos, deben desenvolverse adecuadamente en los contextos comunicativos.

9. Si permites que los niños vayan a la casa de uno de sus amigos, enséñales que deben respetar las reglas que determinan los padres, agradecer por las atenciones recibidas y ayudar a los anfitriones a organizar los espacios y los elementos que usaron durante su tiempo de juego.

10. Una puerta cerrada es señal de que una o más personas necesitan privacidad, así que se debe llamar a la puerta y siempre esperar que haya una respuesta antes de ingresar a un espacio para no irrumpir en situaciones que no nos competen.

Consejos para padres

Cada experiencia es única y particular, no obstante, se pueden trazar líneas generales que nos ayudarían a encontrar en el laberinto de la enseñanza y el aprendizaje, el hilo de Ariadna. Y encabezando la lista de las recomendaciones, esta frase señera del genio de la física Albert Einstein: “Educar con el ejemplo no es una forma de enseñar, es la única”.

Practica el elogio

La severidad puede ser parte de tu caracter, sin embargo consiente practicar el elogio, la felicitación a flor de labios por los logros alcanzados, aunque sean mínimos. Animar y aupar brinda confianza, estimula, da fuerzas.

Comprende que el aprendizaje social es muy complejo, porque se trata de conocer los climas, los temperamentos, las circunstancias de las redes y relaciones que nos rodean. Y todo eso lo recibimos y evaluamos solo a partir de la experiencia.

Transmitir ese bagaje socio cultural resulta sumamente complejo y va a requerir de nosotros mucha paciencia y de nuestros hijos, cada vez más conciencia y madurez.

El ejemplo enseña más que los consejos

Sermonear no es el método más viable para enseñar algo. Las palabras que no están acompañadas con el ejemplo, caen con facilidad en oídos sordos o en saco roto. Sin palabras, y con acciones efectivas y concretas, existen más posibilidades de dejar huella. Los caminos del aprendizaje no son lineales, en el futuro es probable que lo visto incluso de reojo, sea memorizado, aprendido y recordado.

Hazte un plan

No dejes todo al azar. Planifica las acciones en las que compartirás con los hijos, en el jardín, en la cocina, en el arreglo del hogar. Ten a mano herramientas, equipos, útiles que serán usados por los pequeños sin correr peligro.

Hay cosas que sucederán por casualidad y serán fruto del azar, pero otras hay que producirlas, prepararlas para que sucedan y cumplan su objetivo. No se trata de forzar las cosas, pero sí de estar preparados para las contingencias. Más cuando se trata de perfilar conductas, de modelar caracteres.

Trabajo en equipo

Las acciones deben ser concertadas, es decir, los adultos deben estar de acuerdo en el plan general. Nada confunde más a los hijos que órdenes contrarias o quedar en el medio de pugnas por criterios encontrados. Tampoco ayudan los desafíos o los retos, la sensación de estar imbuidos en una competencia por ganar el favor de los hijos.

La educación es un trabajo en equipo y todos hacen parte del mismo. El triunfo de uno, es el de todos.

Recuerda que los buenos modales no se aprenden de un día para otro. Para lograr que tus hijos los pongan en práctica, es necesario estimularlos a diario por sus buenos comportamientos e introducirlos poco a poco teniendo en cuenta su edad. Revisa en la segunda parte de este artículo otras buenas costumbres que los niños deben conocer.

Bibliografía

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