Gran parte de los pequeños experimentan ansiedad durante su desarrollo. Un niño ansioso puede paralizarse ante cambios en su entorno familiar o rutina, pero también sentir temores irracionales creados por su fantasía.
Lo esencial es calmar al niño ansioso para evitar que con el tiempo se convierta en un chico miedoso y aprehensivo. No obstante, debes contar con una estrategia capaz de combatir su ansiedad, la cual no consiste en minimizarla o negarla, sino en validarla, enseñando al menor a gestionar sus emociones.
Por eso, en este artículo de Eres Mamá, compartimos las frases que aporta la psicología positiva para calmar a un niño ansioso. Con ellas, tu hijo podrá identificar, aceptar y trabajar su ansiedad, esa sensación tan desagradable y limitante.
Ayuda al niño ansioso
Son varias las señales de ansiedad que puede manifestar la criatura: preocupación constante, rechazo a ciertas actividades, dolores físicos, aumento o pérdida de apetito, búsquedas exageradas de cuidado o morderse las uñas son algunas de ellas.
Sin importar la razón que genera ese sentimiento o la forma de expresarla, es posible hacer muchas cosas para ayudar a estos niños ansiosos, pero el puntapié inicial para que encauce esa emoción es el diálogo. Precisamente a través de la palabra puedes calmar a tu hijo, por lo que estas frases pueden ser de gran utilidad.
Frases para calmar y acompañar
- “Aquí estoy; estás a salvo”. Cuando notes los primeros signos de ansiedad en tu hijo, abrázalo y transmítele seguridad a través de esta frase. Así, su cerebro se tranquilizará y logrará diluir esa ansiedad que le afectaba. Incluso puedes quedarte un rato a su lado para que se beneficie con tu presencia y compañía.
- “Yo también pasé por eso”. No está de más confesarle al niño que alguna vez experimentamos esa ansiedad agobiante que nos hizo sentir saturados por nuestros propios pensamientos. De este modo, tu hijo comprenderá que no está solo y que no es nada raro lo que le pasa, además de concentrar su atención para que olvide por un momento su preocupación.
- “Formamos un equipo inseparable”. Si el niño ansioso esconde detrás cierto miedo al abandono o sufre “ansiedad de separación”, es indispensable que hagas uso de esta frase para recordarle que siempre podrá contar contigo puesto que serás su refugio seguro.
- “Deja que te abrace”. Sea un abrazo frontal o por detrás, e incluso permanecer sentado en tu regazo, será de gran ayuda para el niño ansioso pues el contacto físico constituye una oportunidad para que tu hijo se relaje y experimente seguridad.
- “Las preocupaciones pueden ser buenas aveces”. Los chicos que sufren ansiedad suelen sentirse mal por no aceptar esa sensación ya que sus padres la catalogan como negativa o inadecuada. Aunque no es una emoción agradable, no se debe reprimir ni minimizar. Valida estos sentimientos de tu hijo, explicándole que las preocupaciones pueden ser buenas en ocasiones o bien excesivas otras veces, por lo que es mejor establecer un plan de acción para darle una solución.
Preguntas para distraerse
- “Si lo que sientes es un monstruo, ¿qué aspecto tendría?”. El hecho de caracterizar la ansiedad implica convertir un sentimiento confuso en uno concreto y palpable para poder, de este modo, hablar de ello.
- “¿Qué es lo peor que puede pasar?”. Como la ansiedad es un estado de expectación negativa, el menor presiente algo malo mas no puede vaticinar con precisión qué sucederá. Entonces, lo mejor es que el nene identifique sus peores miedos y pesadillas para disolver ese estado cuando entienda que se trata de una sensación infundada.
- “¿Qué estrategias puedes usar para calmarte?”. No es mala idea elaborar juntos una lista de estrategias capaces de traer calma. Apelar al arte, practicar alguna actividad física, beber agua, jugar o simplemente conversar pueden distraer al pequeño. Por eso, si se siente ansioso, motívalo a practicar la estrategia escogida.
- “¿Recuerdas cuando…?”. La ansiedad infantil suele borrar de un plumazo la memoria, ya que la concentración está puesta en el mal momento actual. Sin embargo, probablemente hayan superado momentos difíciles en el pasado, lo cual es bueno recordarle en este momento. Logros frente al dentista, el primer día de colegio u otro desafío superado permitirán que el menor recupere el control y la confianza en sí mismo.
Proposiciones que motivan actividades para calmar al niño ansioso
- “Dibuja cómo te sientes” o “Dibuja tu miedo”. Dibujar, colorear o garabatear tiene un sorprendente efecto calmante, lo cual bien podría aprovecharse para tu niño ansioso, quien además logrará mediante esta actividad expresar sus emociones. Frente a la “obra terminada”, ayuda a tu hijo a entender su propia representación (“¡qué trazos fuertes!”, “usaste mucho negro” o “¿por qué el niño tiene ese rostro?”).
- ”Respira profundo”. Con la ansiedad, el pulso de la criatura se acelera y su respiración se entrecorta, lo cual es percibido por el cerebro como una situación de peligro. Por esto mismo, una buena opción es enseñarle técnicas de respiración a tu hijo.
- “Contemos hasta…”. Cuando el pequeño concientiza la ansiedad, la aumenta. Entonces lo mejor es desviar la atención del niño ansioso y, para ello, puedes pedirle que cuente (personas, autos, niños, perros, etc.). Otra opción es la frase “Avísame cuando hayan pasado dos minutos”, capaz de desviar su atención para concentrarse en el movimiento de las manecillas del reloj durante cierto lapso de tiempo, relajando la mente.
- “Apretemos esta bola de tensión juntos”. Si el nene dirige su ansiedad a un bola de tensión, experimentarán un alivio emocional. Con una pelota o un poco de plastilina lograrás el mismo resultado.
Como ves, muchas frases pueden orientar el diálogo con tu hijo pero recuerda buscar palabras y estrategias más acordes para él. Tampoco olvides incluir siempre altas dosis de amor y ternura, sin caer en la sobreprotección. Y tú, ¿qué haces para ayudar a tu hijo a calmar su ansiedad? ¿Qué opinas de estas técnicas?