Desde que estamos en el vientre de nuestra madre, donde dicen que es el lugar más feliz y placentero de nuestras vidas, nos alimentamos. Los nutrientes, vienen de nuestra madre y partir de allí empezamos a crecer, a desarrollarnos. La Organización Mundial de la Salud, OMS, a través de sus artículos pone en relieve la importancia de la nutrición. Aquí te presentamos 10 datos.
En primer lugar, la OMS, resalta, que una buena nutrición durante el embarazo es una garantía de un bebé más sano. Además recomienda la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses. A continuación, de los seis meses de lactancia, es vital la introducción de alimentos complementarios adecuados a la edad e inocuos sin abandonar la lactancia natural hasta los dos años o más.
Según la OMS alrededor del 20% de los fallecimientos de niños menores de 5 años en todo el mundo podría evitarse si se respetaran estas indicaciones relacionadas a los hábitos alimenticios. Hay más beneficios, gracias a una alimentación adecuada disminuyen las tasas de retraso del crecimiento y obesidad y se estimula el desarrollo intelectual en los niños pequeños.
La Organización Mundial de la Salud explica el término del hambre oculta. Ese concepto, por así llamarlo, se refiere a la carencia de vitaminas y minerales esenciales en la dieta. No se refiere exactamente a niños desnutridos, sino a infantes o personas, en general, malnutridas, puesto que su alimentación carece de componentes que son esenciales para potenciar la inmunidad y un desarrollo saludable.
Lo importante es la nutrición
Las carencias de vitamina A, zinc, hierro y yodo son motivos de gran preocupación para la salud pública. Unas 2000 millones de personas sufren de carencia de yodo en todo el mundo y la carencia de vitamina A se asocia cada año a más de medio millón de fallecimientos de niños menores de 5 años a escala mundial.
Un indicador clave de la malnutrición crónica es el retraso del crecimiento, es decir, cuando los niños son demasiado bajos para su grupo de edad en comparación con los patrones de crecimiento infantil de la OMS.
En todo el mundo hay unos 165 millones de niños con retraso del crecimiento a causa de la escasez de alimentos, de una dieta pobre de vitamina A y minerales y de la enfermedad, según las cifras de 2011. Cuando el crecimiento se reduce, disminuye el desarrollo cerebral, lo que tiene graves repercusiones en la capacidad de aprendizaje.
La otra cara de la moneda, aunque no es un problema diametralmente opuesto a la malnutrición es la obesidad. El aumento del sobrepeso y la obesidad en todo el mundo es uno de los principales desafíos para la salud pública, asegura la OMS.
Personas de todas las edades y condiciones se enfrentan a este tipo de malnutrición, a consecuencia de la cual están aumentando vertiginosamente, incluso en los países en desarrollo, las tasas de diabetes y de otras enfermedades relacionadas con el régimen alimentario. En los países en desarrollo hasta el 20% de los niños menores de 5 años tienen sobrepeso.
Nutrición saludable
Para evitar este triste panorama debemos, entonces, alimentarnos saludablemente. La OMS recomienda comer al menos cinco piezas o porciones (o 400 g) de frutas y verduras al día.
Comer frutas y verduras reduce el riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles y ayuda a garantizar una ingesta diaria suficiente de fibra dietética.
Con el fin de mejorar el consumo de frutas y verduras se puedes:
- Incluir verduras en todas las comidas
- Comer frutas frescas y verduras crudas como aperitivos
- Comer frutas y verduras frescas de temporada
- Comer una selección variada de frutas y verduras.
Pocas grasas
Otro consejo es reducir el consumo total de grasa a menos del 30% de la ingesta calórica diaria, lo cual contribuye a prevenir el aumento de peso en la población adulta.
La ingesta de grasas puede reducirse así:
- Modificando la forma de cocinar: separando la parte grasa de la carne; utilizando aceites vegetales (de origen no animal); cociendo los alimentos o cocinándolos al vapor o al horno, en lugar de freírlos.
- Evitando el consumo de alimentos procesados que contengan grasas de tipo trans.
- Reduciendo el consumo de alimentos con un contenido alto en grasas saturadas (por ejemplo, queso, helados, carnes grasas).
No te olvides, de incluir en la alimentación de tus hijos frutas y verduras, carnes magras y pescado, y reducir el consumo de azúcar.
Bibliografía
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- Lactancia materna exclusiva. OMS
- Patrones de crecimiento infantil de la OMS
- Fomento del consumo mundial de frutas y verduras. OMS