25 experimentos caseros y divertidos para hacer con niños

¿Cómo se forman las cavernas? ¿Por qué llueve? ¿Cómo se alimentan las plantas? Responde estas y otras preguntas con estos divertidos experimentos caseros para niños.
25 experimentos caseros y divertidos para hacer con niños
Vanesa Evangelina Buffa

Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa.

Última actualización: 29 febrero, 2024

Realizar experimentos caseros y jugar a ser científicos es una manera entretenida de enseñar ciencia a los niños. Ponerlos en este rol les ayuda a hacerse preguntas, observar, reflexionar y encontrar respuestas a través de la experiencia.

En este artículo, hemos compilado 25 experimentos fáciles y seguros que puedes hacer con tus hijos en casa. Son ideales para ayudar a tu pequeño con algún tema particular que se ajuste a su plan de estudios o simplemente para pasar un rato divertido juntos. ¡A buscar los materiales y manos a la obra!

1. Agua que camina

Este experimento divertido y sencillo revela cómo el agua fluye de un sitio a otro a través de un fenómeno llamado capilaridad. ¡Veamos qué es lo que necesitas para poder ejecutarlo!

Materiales

  • Agua.
  • Papel de cocina.
  • 3 o más vasos cortos y transparentes.
  • 3 goteros de colorante para alimentos (escoge diversos colores).

Procedimiento

  1. Organiza los vasos uno al lado del otro y llénalos con agua, dejando un vaso vacío entre cada uno de los llenos.
  2. Añade colorantes de diferentes colores en cada uno de los vasos con agua.
  3. Dobla el papel de cocina en cuatro partes y colócalo entre los vasos, asegurándote de que cada extremo del papel llegue al fondo de ambos vasos sin dejar mucho espacio entre ellos.
  4. Espera y observa: el agua colorida subirá por el papel y alcanzará el vaso vacío, comenzando a llenarse hasta que todos los niveles se igualen.

Para aprender

Este viaje del agua se debe a la capilaridad, que es una propiedad de los líquidos que les permite subir o bajar en espacios estrechos. A modo de ejemplo puedes comentarles que la acción capilar es la que les permite a las raíces de una planta transportar el agua hacia sus hojas.

2. Apio colorido

Si alguna vez te preguntaste cómo cambiar el color del apio, este sencillo experimento te dará la respuesta. Al igual que el anterior, la variación en su tonalidad se debe a que absorbe líquidos mediante la capilaridad. Descubre, a continuación, cómo llevar a cabo esta actividad.

Necesitarás:

  • Agua.
  • 4 vasos de plástico.
  • Colorante para alimentos.
  • 4 tallos de apio fresco con hojas.

Paso a paso

  1. Llena cada vaso hasta la mitad con agua y añade 10 gotas de colorante a cada uno.
  2. Corta los extremos de los tallos para que midan alrededor de 15 centímetros de largo.
  3. Coloca un tallo con hojas en cada vaso.
  4. Tras 24 horas, observa el color de las hojas y el tallo.
  5. Realiza cortes transversales en cada tallo y observa los cambios ocurridos.

Con el paso del tiempo, el tallo y las hojas del apio se tornan del mismo color del agua. El colorante en el agua actúa como un marcador visual, mostrándonos cómo los nutrientes viajan por las plantas.

Este experimento nos demuestra que<strong> las plantas, al igual que nosotros, tienen un sistema para transportar agua y nutrientes.Así como nuestras arterias y venas llevan sangre por todo nuestro cuerpo, las plantas tienen pequeños tubos, llamados xilemas, que distribuyen agua y minerales por toda la planta.

A través de sus raíces, las plantas absorben agua y minerales mediante la capilaridad y, luego, los distribuyen por el resto de la estructura a través de este sistema de transporte de líquidos. Con este experimento fácil podemos aprender sobre el proceso de la fotosíntesis, donde las plantas usan estos nutrientes para producir su propio alimento.

Diviértete con este fabuloso experimento realizando algunas modificaciones:

  • Utiliza otras plantas, como hojas de repollo o claveles blancos.
  • Observa si ubicar los vasos al sol o a la sombra afecta el proceso.

3. Cultiva lechugas en agua

La lechuga, rica en fibra y nutrientes, es uno de los principales ingredientes de las ensaladas. Prueba cultivar este ingrediente de una manera novedosa: ¡sin usar tierra!

Materiales

  • Agua.
  • Vaso o frasco de vidrio.
  • Tallo de lechuga romana o similar.

Procedimiento

  1. Corta al menos 7 centímetros del extremo inferior del tallo de una lechuga romana.
  2. Inserta tres palillos de dientes en forma de trípode en la base de la lechuga para mantener el tallo elevado.
  3. Coloca el tallo en un vaso con un poco de agua, asegurándote de cubrir solo la base de la lechuga.
  4. Sitúa el vaso en una ventana o lugar con luz solar y cambia el agua todos los días para evitar que se dañe.
  5. Después de una semana, observarás brotes y hojas nuevas creciendo en el centro del tallo. Puedes trasplantar el tallo a una maceta con tierra o dejar que continúe creciendo en el agua. ¡Corta y aprovecha esas hojas para tus ensaladas!
Realiza el mismo experimento reemplazando el tallo de lechuga por cebollas, acelgas y espinacas.

Para aprender

Las raíces cultivadas en agua son distintas de las que crecen en la tierra. Como el agua no provee todos los nutrientes, el crecimiento es más lento, las hojas son menos frondosas y el sabor es menos intenso. Las hojas, en este caso, siguen creciendo gracias a los nutrientes ya almacenados en la planta.

Existe una forma de cultivar vegetales usando agua en vez de tierra, llamado hidroponía. Para que las verduras crezcan y se desarrollen de manera efectiva, se agregan nutrientes especiales al agua.

4. Construye un germinador

Otro experimento fácil para aprender sobre las plantas es hacer un germinador. Con esta experiencia, tu pequeño podrá observar cómo las semillas se transforman en plantas. ¡Manos a la obra!

Materiales

  • Arena o algodón.
  • Semillas de tu elección.
  • Frasco de vidrio transparente.
  • Papel secante o servilletas de papel.

Proceso

  1. Introduce papel secante o servilletas en el frasco formando un cilindro que cubra todo el contorno.
  2. Rellena el interior del frasco con un poco de arena o algodón para mantener la humedad.
  3. Coloca las semillas entre el papel y el vidrio del frasco.
  4. Deja el germinador en un lugar al que le dé luz solar por la mañana.
  5. Mantén la arena o el algodón húmedo agregando agua antes de que se seque. Evita el exceso de agua, ya que puede hacer que las semillas se pudran y no germinen.
  6. Si colocaste diferentes semillas, rota el germinador cada dos días para que todas tengan las mismas condiciones de luz.
  7. Observa lo que sucede. Puedes registrar los cambios en la semilla día por día.

Para aprender

El germinador casero es un método sencillo y efectivo para observar cómo las semillas se transforman en plantas. Puedes conversar con tu hijo sobre la necesidad de la luz, el agua y el aire para que este proceso suceda.

5. Haz un terrario y aprende sobre el ciclo del agua

Transforma un simple recipiente en un pequeño ecosistema para enseñarle a tu hijo sobre el ciclo del agua. ¡Aquí te contamos qué es lo que debes hacer!

¿Qué necesitas?

  • Arena.
  • Piedrecillas.
  • Tierra abonada.
  • Carbón o aserrín.
  • Planta pequeña con raíz o semillas de chía.
  • Recipiente transparente con tapa (plástico o vidrio).
  • Pequeños juguetes y pegatinas para decorar (opcional).

Paso a paso

  1. En el fondo del recipiente, coloca primero una capa de carbón o aserrín, seguida por una capa de arena y piedrecillas para facilitar la filtración del agua. Completa el proceso con una capa gruesa de tierra, rociando un poco de agua entre cada capa.
  2. Siembra tu planta cubriendo completamente las raíces con tierra. Si gustas, añade pegatinas o decoraciones.
  3. Tapa el recipiente y colócalo en un lugar con luz solar.
  4. Agrega agua cada semana utilizando un atomizador para evitar inundaciones.

Explicación

El terrario actúa como un modelo visual del ciclo del agua, constituyendo un ecosistema artificial donde tierra, agua, temperatura, aire y luz interactúan para mantener las plantas. Al rociar agua, se inicia el ciclo del agua, simulando la precipitación.

Posteriormente, la luz solar calienta el agua, convirtiéndola en vapor y reproduciendo la evaporación. Cuando el vapor se enfría, se condensa en pequeñas gotitas que se adhieren a la tapa, imitando así la condensación.



6. Crea cristales como de una caverna

Este experimento casero permite descubrir los misterios de las cuevas y recrear las formaciones de estalactitas y estalagmitas. ¡Aprende mientras te diviertes!

Materiales

  • Cuchara.
  • Agua caliente.
  • 2 sujetapapeles.
  • 2 vasos pequeños.
  • Bicarbonato de sodio o sal.
  • Colorante alimenticio (opcional).
  • Un pedazo de cuerda o hilo de lana.
  • Un recipiente rectangular o papel de cocina.

Procedimiento

  1. Llena los dos vasos con agua caliente del grifo.
  2. Agrega varias cucharadas de sal o bicarbonato de sodio a cada vaso y revuelve con la cuchara.
  3. Continúa añadiendo sal o bicarbonato hasta que no se disuelva más y haya una capa en el fondo del vaso. También puedes agregar colorante alimenticio si lo deseas.
  4. Coloca los vasos dentro del recipiente rectangular o sobre el papel de cocina.
  5. Crea un puente en forma de U entre los dos vasos utilizando un pedazo de hilo de lana. Anuda cada extremo a un sujetapapel y colócalos en los vasos para que la cuerda cuelgue en forma de U sin tocar el recipiente o el papel.

Conclusiones

La lana absorbe la mezcla del vaso y, al evaporarse el agua, quedan cristales de bicarbonato de sodio o sal sobre la cuerda. Este experimento simula la formación de estalactitas y estalagmitas en las cuevas.

Las estalactitas se forman en el techo cuando el agua gotea y deposita minerales, mientras que las estalagmitas se forman en el suelo debajo del agua que gotea. Aunque este experimento muestra el proceso de cristalización de manera más rápida, en la naturaleza, las formaciones de cuevas pueden llevar miles de años en desarrollarse.

7. Geodas en cáscaras de huevo

Las geodas son rocas que esconden cristales en su interior. Aunque en la naturaleza este proceso lleva mucho tiempo, tú las puedes recrear en pocos días con tus hijos y aprender más sobre el proceso de cristalización.

Materiales

  • Pincel.
  • Cuchara.
  • Agua caliente.
  • Caja de huevos.
  • Recipiente para mezclar la solución.
  • Colorante alimentario líquido (opcional).
  • Cáscaras de huevo reales o huevos de plástico cortados por la mitad.
  • 500 gramos de polvo de alumbre de potasio, para hacer aproximadamente 6 geodas (se consigue en droguerías o comprando en línea).

Procedimiento

  1. Corta las cáscaras de huevo por la mitad y límpialas bien.
  2. Aplica una fina capa de pegamento en el interior y los bordes de las cáscaras. Antes de que seque, espolvorea polvo de alumbre.
  3. Vierte casi una taza de agua caliente en un recipiente y agrega alrededor de ½ taza de polvo de alumbre. Mezcla hasta que el polvo se disuelva.
  4. Continúa añadiendo pequeñas cantidades de polvo hasta que la solución esté sobresaturada. Si prefieres, agrega colorante alimentario.
  5. Deja enfriar la solución durante al menos 30 minutos.
  6. Vierte cuidadosamente la solución en las cáscaras de huevo, llenándolas por completo.
  7. Deja reposar las cáscaras en la caja de huevos hasta el día siguiente. Con el tiempo, observarás que se forman cristales en su interior.

Explicación

La solución de alumbre contiene partículas de polvo suspendidas que, al enfriarse, se depositan en el fondo y comienzan a cristalizarse. Las cáscaras cubiertas de polvo proporcionan una superficie ideal para que estas partículas se adhieran con facilidad.

Este proceso imita la formación de geodas naturales, donde el agua mineralizada se filtra y forma cristales en las cavidades de las rocas.

8. Tensión superficial: la magia del jabón en tus manos

Este es uno de los mejores experimentos con agua para niños. Si tus hijos no están muy motivados para lavarse las manos con frecuencia, esta divertida demostración les ayudará a prestar más atención a su higiene personal. Explora con ellos cómo el agua y el jabón pueden destruir los gérmenes.

Necesitas

  • Agua.
  • Jabón lavavajillas.
  • Un plato hondo o tazón.
  • Una cucharada de pimienta molida.

Procedimiento

  1. Vierte agua en un plato o tazón.
  2. Espolvorea una cucharada de pimienta molida en el agua. Observa cómo la pimienta flota en la superficie.
  3. Agrega unas gotas de jabón lavavajillas en tu dedo y sumérgelo en el centro del plato. Fíjate en la reacción: la pimienta molida se aleja del detergente en tu mano.
Puedes cambiar la pimienta por otras especias como paprika o comino.

Para analizar

Con este experimento se demuestra un fenómeno conocido como tensión superficial, que es la atracción entre las moléculas en un líquido. La pimienta es menos densa que el agua y por eso puede flotar y desplazarse.

Sin embargo, al añadir jabón al agua, se reduce la tensión superficial, lo que provoca la dispersión de las moléculas de agua en la superficie. Este fenómeno explica por qué las partículas de pimienta se alejan del área donde se agregó jabón.

En este modelo, la pimienta puede representar a los gérmenes y el agua simboliza la piel de tus manos. Con esta demostración simple, le enseñas a tu hijo cómo el agua y el jabón son capaces de eliminar las bacterias.



9. Copa de Pitágoras: los efectos de un sifón

Este es uno de los experimentos caseros para niños más antiguos. Por medio de este, pueden aprender los principios de la física de una manera entretenida y descubrir cómo funciona un sifón.

Materiales

  • Tijeras.
  • 1 vaso plástico.
  • 1 vaso con agua.
  • 1 recipiente vacío.
  • 1 pajilla o popote flexible.
  • 1 pedazo de plastilina (en caso de no tenerla, podrías usar silicón caliente).

Paso a paso

  1. Perfora un agujero en el fondo del vaso plástico con las tijeras y pasa la pajilla o popote a través de él, asegurándote de que el extremo flexible forme una curva en el interior del vaso.
  2. Para fijar la pajilla y evitar fugas, rodéala con plastilina o utiliza pegamento caliente. En caso de usar la segunda herramienta, te recordamos vigilar a tu hijo para prevenir accidentes.
  3. Sujeta el vaso plástico sobre un recipiente vacío.
  4. Comienza a llenar lentamente el vaso con líquido y observa con atención lo que sucede cuando alcanzas y superas la curva de la pajilla.

¿Qué pasa?

Al llenar el vaso con agua, el extremo corto de la pajilla se llena también, alcanzando el mismo nivel del agua en el vaso. Mientras no sobrepases la curva superior de la pajilla, el líquido se mantendrá dentro del vaso. Sin embargo, si agregas más agua, todo el líquido pasa por el popote y se vierte a través del extremo fuera del vaso.

Este experimento ilustra el principio del sifón, demostrado por Pitágoras con su «Copa de Pitágoras», diseñada para evitar que las personas bebieran vino en exceso. En la actualidad, el mismo principio se utiliza en algunos inodoros: cuando el nivel del agua sube lo suficiente en la taza, se crea un sifón que activa la descarga.

10. Lámpara de lava

Este es uno de los experimentos caseros para niños que les traerá calma y asombro. Además, podrán visualizar y comprender la razón detrás de la frase «son como el agua y el aceite».

Materiales

  • Agua.
  • Aceite vegetal.
  • Un envase de plástico.
  • Colorante para alimentos.
  • 1 tableta efervescente (como Alka-Seltzer®).

Procedimiento

  1. Vierte aceite en la botella de plástico, llenándola hasta 2/3 de su capacidad.
  2. Luego, agrega un poco de agua, dejando espacio en la parte superior.
  3. Coloca 10 gotas de colorante para alimentos en la botella. Añádelas una a una y observa cómo, lentamente, el color se hunde hasta el fondo y se extiende.
  4. Para finalizar, agrega la tableta de Alka-Seltzer en la botella.
¡Cuidado! No tapes la botella hasta que el Alka-Seltzer® deje de burbujear completamente.

Explicación

Al agregar la tableta efervescente, esta se hunde y comienza a disolverse, produciendo dióxido de carbono. Al ser más liviano que el agua, el gas asciende a la superficie y arrastra consigo parte del agua coloreada. Después de liberarse el gas, el agua, ahora más densa, vuelve a descender. Este ciclo se repite hasta que la tableta se ha disuelto por completo.

Lo que observas en este experimento es que el aceite flota en el agua debido a que es menos denso que esta. Este fenómeno se debe a la «polaridad intermolecular», donde las moléculas de agua se atraen entre sí, al igual que las moléculas de aceite se atraen entre sí, pero las dos sustancias no se mezclan debido a que sus estructuras moleculares son incompatibles.

11. Nube en un vaso de agua

Aprovecha este experimento fácil y con materiales sencillos para aprender sobre las nubes y cómo se produce la lluvia.

¿Qué necesitas?

  • Agua.
  • Vaso.
  • Gotero, pipeta o cuchara pequeña.
  • Colorante alimentario o acuarela líquida.
  • Espuma de afeitar o espuma para el cabello.

¿Cómo se hace?

  1. Llena un vaso con ¾ de agua del grifo.
  2. Utiliza la espuma para crear una nube en la superficie del agua y espera un minuto hasta que se asiente.
  3. Agrega varias gotas de colorante alimentario sobre la nube de espuma.
  4. Observa cómo el colorante cae al agua, creando un efecto similar a la lluvia.

¿Qué sucede?

Las nubes se forman cuando el vapor de agua se eleva en el aire y, al chocar con el aire frío, se convierte en gotitas de agua o cristales de hielo. Estas pequeñas gotas de agua se agrupan para formar nubes. Cuando las nubes acumulan suficiente agua, esta cae al suelo en forma de lluvia.

12. Huevo en agua salada

Seguro has notado que es más fácil flotar en el mar que en una piscina de agua dulce. Con este experimento, los niños podrán entender la relación entre la densidad del agua y la capacidad de un objeto para flotar.

Materiales

  • Agua
  • 2 vasos
  • 1 cuchara
  • 2 huevos crudos
  • 6 cucharadas de sal de mesa

Procedimiento

  1. Llena ambos vasos con agua del grifo.
  2. En uno de los recipientes, agrega alrededor de 6 cucharadas de sal y mezcla bien hasta que se disuelva completamente en el agua.
  3. Coloca un huevo en cada vaso y observa cuál de ellos flota y cuál se hunde.

Explicación

La fuerza de flotación es la que mantiene los objetos en la superficie del agua. Para que un objeto flote, debe ser menos denso que el agua, lo que significa que la fuerza de flotación debe superar a la gravedad.

Al agregar sal al agua, aumentamos su densidad. La densidad se refiere a la cantidad de materia contenida en un espacio o volumen específico. El agua salada es más densa que el agua del grifo, pues las moléculas de sal ocupan espacio adicional entre las de agua.

En este experimento, el huevo en agua salada flota, mientras que el huevo en agua del grifo se hunde. Esto se debe a que en el agua salada, que es más densa, el huevo experimenta una fuerza de flotación mayor que en el agua del grifo.

13. Dibujo movedizo

¡Con este fácil experimento, tus dibujos cobrarán vida! La insolubilidad es lo que permite que tus creaciones floten y se muevan en el agua.

Necesitas:

  • Vaso con agua a temperatura ambiente.
  • Plato de porcelana o recipiente de vidrio.
  • Rotulador borrable para pizarra blanca.

Paso a paso

  1. Utiliza un rotulador borrable para hacer un dibujo sencillo en el plato o recipiente de vidrio.
  2. Vierte lentamente agua en el plato para despegar el dibujo del plato.
  3. Agita el plato para hacer que el dibujo flote y observa cómo se mueve.

Para aprender

Al agregar agua a tu dibujo, este se desprende del plato y comienza a flotar. Esto se debe a que los rotuladores borrables contienen alcohol y pigmentos. Cuando agregas agua, el alcohol se disuelve y los pigmentos se convierten en sólidos debido a su insolubilidad, es decir, no pueden ser disueltos ni diluidos por el agua.

14. Flecha mágica

Gracias al fenómeno de la refracción de la luz, podrás cambiar la dirección de una flecha sin tocarla. ¡Sorprende a tus amigos y familiares!

Materiales

  • Agua.
  • Un vaso de vidrio.
  • Un papel con el dibujo de una flecha.

Procedimiento

  1. Dibuja una flecha horizontal en el papel.
  2. Sin perder de vista la flecha, agrega agua en el vaso.
  3. Observa cómo la flecha parece cambiar de dirección, apuntando en la dirección contraria.

¿Qué ocurre?

Aunque pueda parecer mágico, este experimento se basa en la refracción de la luz. Cuando la luz pasa de un medio a otro, se refracta o desvía.

En este caso, la luz atraviesa el vidrio y luego el agua y se refracta, obteniéndose una imagen desviada, que hace que veamos la flecha al revés.

15. Un arcoíris en tu sala

Los experimentos caseros para niños que incluyen arcoíris son de los más fascinantes, sobre todo, para descubrir cómo se forman los 7 colores en el cielo.

Materiales

  • Espejo.
  • Linterna.
  • Cuarto oscuro.
  • Vaso con agua.

Procedimiento

  1. Coloca el vaso de agua sobre una mesa.
  2. Ubica un espejo dentro del vaso en un ángulo inclinado.
  3. Asegúrate de que la habitación esté completamente oscura.
  4. Toma una linterna y dirige la luz hacia el espejo dentro del vaso.
  5. Observa cómo aparece un arcoíris en la habitación.

Explicación

El arcoíris es un fenómeno óptico causado por la refracción de los rayos del sol a través de las gotas de agua en la atmósfera, cuando llueve, hay niebla o rocío. Cuando el sol ilumina las gotas de agua, se forma un arco de color rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta. Este experimento permite replicar el mismo proceso en un entorno controlado.

16. Arcoíris de caramelo

Algunos caramelos con cubiertas azucaradas, como los M&M’s®, Sparkies® o Skittles®, son el material perfecto para realizar divertidos experimentos caseros para los niños. Aprovecha esta actividad sencilla para aprender sobre la solubilidad y la difusión.

Materiales

  • Agua.
  • Un plato blanco.
  • Caramelos con cubierta azucarada.

Procedimiento

  1. Acomoda los caramelos en el borde del plato recreando los colores del arcoíris o los patrones que desees.
  2. Vierte agua en el centro del plato hasta cubrir los caramelos hasta la mitad.
  3. Espera unos pocos segundos y observa lo que sucede.

Explicación

Los caramelos del experimento están cubiertos con una capa de azúcar y colorantes que, al contactar con el agua, se disuelven y se esparcen hasta llegar al centro del plato, creando un arcoíris de colores. Este proceso se conoce como solubilidad.

17. Arcoíris de densidades

Este es otro de los experimentos caseros para niños con arcoíris. Gracias a las diferentes densidades de los líquidos puedes guardar colores dentro de un frasco.

Necesitas:

  • Agua.
  • 7 vasos.
  • Azúcar.
  • Cuchara.
  • Jeringa o gotero.
  • 1 recipiente alargado.
  • Colorantes alimentarios de los colores del arcoíris.

Paso a paso

  1. Llena los 7 vasos con agua.
  2. Deja el primer vaso con agua; en los demás, añade azúcar aumentando la cantidad: una cucharadita en el segundo vaso, 2 en el tercero, 3 en el cuarto y así sucesivamente hasta poner 6 cucharaditas en el séptimo vaso.
  3. Agrega un colorante diferente a cada vaso, siguiendo el orden del arcoíris.
  4. Con cuidado, utiliza una jeringa o gotero para transferir el contenido de cada vaso al recipiente largo. Comienza con la solución más concentrada, es decir, con el vaso 7, y continúa en orden decreciente.
  5. Observa cómo las distintas capas de soluciones de azúcar, con colores correspondientes al arco iris, se estratifican en el recipiente debido a sus diferentes densidades.

Explicación

Las diferentes concentraciones de azúcar le otorgan distintas densidades a cada uno de los líquidos. Los más densos se ubican al fondo, mientras que los menos densos están más arriba, permitiendo formar este hermoso arcoíris.

18. Slime o blandiblú casero

El blandiblú es esa mas viscosa y divertida que entretiene y relaja a los niños. Descubre la ciencia oculta detrás de este slime casero.

Materiales

  • 1 cuchara.
  • 1 recipiente.
  • Colorante alimenticio.
  • ½ cucharadita de bicarbonato de sodio.
  • 5 onzas de pegamento blanco o transparente.
  • 1 cucharada de solución para lentes de contacto blandos o solución salina (debe contener ácido bórico y borato de sodio).

Procedimiento

  1. Vierte todo el contenido del frasco de pegamento en un recipiente y agrega ½ cucharadita de bicarbonato de sodio. Mezcla bien los ingredientes con una cuchara.
  2. Añade 1 cucharada de solución para lentes de contacto. Mezcla hasta que se forme una masa.
  3. Toma la masa del recipiente y amásala con ambas manos. Si la masa está demasiado pegajosa, agrega más solución de lentes de contacto y sigue amasándola.
  4. Para darle color, agrega unas gotas de colorante líquido para alimentos.
  5. Almacena tu slime en un recipiente hermético para que no se seque. Cuando quieras desecharlo, tíralo a la basura; no lo viertas por el desagüe.

¿Qué sucede en este experimento?

El slime puede ser blando, esponjoso y elástico al mismo tiempo debido a que es un fluido no newtoniano. A diferencia de los fluidos newtonianos, que mantienen siempre la misma viscosidad, este tipo de sustancias cambian su viscosidad según la fuerza aplicada.

Si lo separas rápidamente, se vuelve muy viscoso y se romperá. Si lo manipulas con suavidad fluirá como la miel.

19. Fluidos no newtonianos

Para seguir aprendiendo de los fluidos no newtonianos, te compartimos otro experimento fácil para niños con ingredientes que encontrarás en tu alacena.

Materiales

  • 1 taza de agua.
  • Colorante alimenticio.
  • 3 tazas de fécula de maíz.
  • 1 recipiente o bolsa hermética.

Procedimiento

  1. En un recipiente o bolsa hermética, agrega una taza de agua y colorante alimenticio.
  2. Poco a poco, agrega la fécula al agua mezclándola con una cuchara o con tus manos.
  3. Amasa la mezcla hasta lograr una consistencia en la que puedas tomar un puñado y formar una bola sólida.
  4. Extiende la palma de tu mano y observa cómo la mezcla fluye entre tus dedos como si fuera un líquido.
  5. Experimenta con la mezcla aplicando diferentes niveles de presión y observa cómo cambia su comportamiento.

Discusión

La fécula de maíz y el agua crean un fluido no newtoniano, lo cual significa que su viscosidad cambia dependiendo de la fuerza aplicada. Esta mezcla puede comportarse tanto como un sólido como un líquido.

Cuando aplicas presión, las partículas de fécula se agrupan, haciendo que actúe como un sólido temporal. En cambio, cuando la fuerza es más suave, se vuelve más líquida y puede fluir entre los dedos.



20. Batería de frutas

Las pilas y baterías son una fuente común de electricidad, sobre todo para aparatos y dispositivos pequeños que necesitan energía eléctrica para funcionar. En este experimento sencillo para niños, vamos a crear nuestra propia batería usando frutas cítricas.

Necesitas:

  • Clavos de zinc o galvanizado.
  • Frutas cítricas: limones, limas o naranjas.
  • Bombilla de luz pequeña (con una cabeza de 5 cm con cable suficiente para conectarla a los clavos).

Procedimiento

  1. Toma la fruta cítrica que prefieras y apriétala por todos lados para extraer su jugo sin romper la piel.
  2. Perfora la fruta con los clavos, asegurándote de que los dos clavos terminen en el centro de la fruta sin tocarse.
  3. Envuelve los cables de la bombilla en la cabeza de los dos clavos.
  4. La bombilla se encenderá.

¿Por que la bombilla se enciende?

El jugo de las frutas contiene electrolitos y su acidez favorece la conducción de la electricidad. Cuando insertas el clavo galvanizado o de zinc en la fruta, los iones con carga negativa o electrones pasan de la fruta al clavo de zinc, dejando los protones en la fruta. Esta transferencia de electrones genera electricidad y por eso se enciende la bombilla.

21. Manzanas color café

Si muerdes una manzana y la dejas olvidada sobre la mesa, al regresar notarás que la fruta ya no es blanca, sino de color café. Realiza este experimento fácil, con el fin de que los niños puedan enterarse por qué sucede esto.

Materiales

  • Zumo de un limón
  • 1 manzana partida en 2 rebanadas

Procedimiento

  1. Corta una manzana por la mitad
  2. Coloca jugo de limón sobre una de las mitades.
  3. Observa lo que sucede.

Resultados

La rebanada de manzana que no tiene jugo se volvió de color marrón debido a que el oxígeno del aire reacciona con sus enzimas y la oxida. En cambio, la que tiene jugo de limón no cambió de color.

Esto se debe a que los cítricos poseen ácido ascórbico (vitamina C) y tienen un nivel de pH bajo. El oxigeno del aire, en vez de reaccionar con la manzana y oxidarla, reacciona con el ácido ascórbico.

22. Mensajes secretos

Este es uno de los experimentos caseros para niños ideal para dejar mensajes secretos que solo podrán descifrar los que conozcan la ciencia detrás de este fenómeno. ¡Descúbrelo!

Materiales

  • Papel.
  • Limón.
  • 1 pincel limpio.
  • 1 vela o lámpara de escritorio.

Paso a paso

  1. Exprime un limón y coloca el jugo en un recipiente pequeño.
  2. Sumerge el pincel en el recipiente y usa el zumo de limón como tinta para escribir un mensaje o hacer un dibujo sobre la hoja de papel.
  3. Deja que el papel se seque: el mensaje no se verá.
  4. Sostén el papel cerca de una fuente de calor, como una lámpara o una vela.
  5. Con el calor, el jugo de limón se oscurece y el mensaje se hará visible.
Si no tienes limón, puedes usar leche, bicarbonato mezclado con agua, vinagre o jugo de uva.

Explicación

Los líquidos ácidos debilitan el papel cuando se expone al calor. Al acercar la hoja a la bombilla o al fuego, la parte del mensaje se oxida y se quema más rápido que el resto del papel seco. Por eso esa parte se pone marrón y revela la tinta oculta.

23. Tinta mágica

Otra variante para dejar mensajes ocultos es probar este experimento divertido que requiere ingredientes que seguro tienes en tu cocina.

Necesitas

  • Papel.
  • Alcohol.
  • Pinceles.
  • Cúrcuma.
  • Agua caliente.
  • Bicarbonato de sodio.

¿Cómo hacerlo?

  1. Mezcla una cucharadita de bicarbonato de sodio con agua caliente.
  2. Moja el pincel en la mezcla y dibuja o escribe sobre el papel.
  3. Deja secar.
  4. Cuando el mensaje esté seco y no se vea nada en la hoja, mezcla una cucharadita de cúrcuma con alcohol y utiliza un pincel para pintar toda la hoja con la mezcla.
  5. Descubre el dibujo oculto en el papel.

¿Por qué sucede?

Este experimento aprovecha la sensibilidad al pH de la curcumina, un compuesto químico presente en la cúrcuma. En soluciones ácidas y neutras, la curcumina se vuelve amarilla, mientras que en soluciones alcalinas, como el bicarbonato, se vuelve roja o marrón.

24. El huevo saltarín

Con este experimento sencillo puedes lograr que un huevo rebote. La magia ocurre gracias a una reacción química entre el vinagre y la cáscara.

Materiales

  • 1 huevo crudo
  • 1 recipiente con tapa
  • 1 taza de vinagre blanco

Procedimiento

  1. Coloca un huevo crudo en un recipiente lo suficientemente grande como para contenerlo.
  2. Vierte vinagre blanco sobre el huevo hasta cubrirlo por completo.
  3. Cierra el recipiente y ubícalo en un lugar oscuro.
  4. Observa el huevo durante 3 días. Notarás que se forman pequeñas burbujas alrededor de la cáscara.
  5. Después de 3 días, el huevo estará translúcido y la cáscara se habrá descompuesto.
  6. Retira y lava el huevo: estará blando.

Explicación

La cáscara del huevo reaccionó con el ácido acético del vinagre, generando dióxido de carbono y acetato de calcio. El dióxido de carbono formó burbujas y el acetato de calcio se disolvió en el vinagre. Después de este proceso, el huevo quedó cubierto solo por una membrana elástica y puede rebotar.

25. Espuma espacial

Para finalizar, te dejamos la receta de uno de los experimentos caseros para niños más dinámico, y lo mejor es que pueden explorar las razones científicas detrás de esta reacción que genera mucha espuma.

Materiales

  • 1 botella.
  • Jabón líquido.
  • Agua templada.
  • Agua oxigenada.
  • Levadura de pan.
  • Colorante líquido.

Procedimiento

  1. En un recipiente, combina la levadura y el agua templada mezclando bien.
  2. Transfiere la mezcla a la botella y agrega jabón líquido y unas gotas de colorante.
  3. Mezcla todos los materiales dentro de la botella.
  4. Con precaución, añade agua oxigenada a la mezcla en la botella.
  5. ¡Observa cómo comienza a salir espuma espacial!

Explicación

La espuma se produce por la reacción de descomposición del agua oxigenada. El peróxido de hidrógeno se descompone en agua y oxígeno, creando la espuma blanca que la caracteriza.

En este experimento aceleramos la reacción, utilizando la levadura como un catalizador. Cuando mezclamos la levadura y el agua oxigenada, se libera oxígeno y se genera calor. La reacción resultante produce burbujas de oxígeno que se inflan en la espuma, buscando salir de la botella.

Ciencia y diversión

Los experimentos para niños son ideales para que se diviertan aprendiendo diversos fenómenos y conociendo las razones detrás de ellos. Anímate a sorprenderte con con cada paso que dan en su proceso de adquirir nuevos conocimientos y descubrir con ellos las maravillas de la ciencia.


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