Ser un niño mentalmente fuerte no será algo intrínseco en tu hijo, ni mucho menos. La mentalidad fuerte depende de una serie de pensamientos constructivos que se han ido infiltrando en su mente logrando hacer que el niño mentalmente fuerte esté preparado para asumir cualquier reto que se le presente en la vida, bien sea en la infancia o en la adultez.
Un niño mentalmente fuerte es más que alguien al que parece que no le afectan los problemas. Esto no es cierto, porque de hecho, le afectan como a cualquier ser humano. Ser mentalmente fuerte no implica ser inmune a los problemas o a la depresión. Veamos la diferencia de pensamientos y sentimientos entre un niño mentalmente fuerte y uno que no lo es.
¿Cómo es un niño que no es mentalmente fuerte?
Todas las vivencias, circunstancias y carencias en la infancia van formando nuestra personalidad y desarrollando nuestra mente, por lo que un niño que no es mentalmente fuerte será porque sus vivencias infantiles, circunstancias y carencias emocionales así lo han ido creando a lo largo de su niñez.
Hay muchas razones para que un niño no pueda ser mentalmente fuerte:
Abusos sexuales o maltrato físico
Es difícil creer que haya padres que maltraten a sus hijos o que abusen de ellos. Pero desgraciadamente, los hay. A veces también puede suceder en familias ensambladas, en las que la segunda pareja de uno de los conyuges es el agresor.
Ambos abusos dejan al niño sin autoestima y creyendo que nadie podrá quererlo porque no sirve para nada y porque no merece ser amado. Esto lo llevará a no poder amar, pues ni tan siquiera sabe qué es el amor. Su mente será tan débil como un vaso de barro.
Vivir en un hogar tóxico
Hay hogares en los que no se ven abusos sexuales ni maltratos físicos, pero en los que sí hay obsesión, críticas y maltrato psicológico, haciéndole ver al niño que es inútil, torpe y que no sirve para nada.
A la vez, en según qué situaciones, los padres, o uno de ellos, puede decir quererlo mucho, algo que confunde al niño y que le hace pensar que esa es la forma de vivir normal. Cuando crece y ve que eso no es cierto, no sabe como abrazar las nuevas circunstancias pues no es un niño mentalmente fuerte.
¿Como hacer de tu hijo un niño mentalmente fuerte?
Seguro te ha surgido una gran tristeza al leer el anterior subtítulo y por nada del mundo te gustaría que tu hijo se sintiera de ese modo ni un solo segundo. Por ello, es importante que sigas una serie de pautas que deberás llevar a cabo desde que tu hijo sea un bebé.
Dile cuánto lo quieres
No importa si aún no ha nacido y no te entiende, dile que lo amas, que es para ti más que tu propia vida y que va a poder contar contigo siempre. Conforme vaya creciendo, ponte la meta de decirle que lo quieres al menos una vez al día. Dale abrazos, quiérelo, bésalo, hazle que se sienta importante, pero sin alimentar excesivamente su ego.
Haz de tu hogar un nido de amor
Un niño mentalmente fuerte será aquel que además de sentirse amado, sabe que puede contar con alguien que lo escucha y no lo juzga, que lo entiende y no lo castiga, que lo ama como es y no lo critica. Borra de tu diccionario palabras despectivas que no deberás decir ni aun cuando estés enfadado.
Tienes que aprender a escuchar a tu hijo y educarlo siempre con base a la comprensión. No importa lo que te diga que ha hecho o que ha pensado hacer, escúchalo y no le grites. Hazle entender por quñe está mal y cómo puede solucionarlo. esto hará que cuando crezca sepa afrontar los problemas con calma y tomar buenas decisiones.
Alimenta su autoestima
No importa cuántas veces lo intente, no lo incites a rendirse. Enséñale a ser perseverante, hazle ver que con esfuerzo conseguirá lo que se proponga, no dejes que piense que es mejor dejar de intentarlo. Un niño mentalmente fuerte nunca se rinde, porque así lo ha aprendido.
Criar a un niño mentalmente fuerte requiere mucho amor y constancia, pero si lo consigues, será un adulto no solo exitoso (eso es lo de menos), será una persona maravillosa que sabe relacionarse y amar sinceramente a los demás, que no se hundirá ante los problemas y que además, será un padre maravilloso… ¡Cómo tú!
Bibliografía
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