Violencia en el deporte: cómo afecta a tus niños

La violencia en el deporte es un aspecto normalizado por muchos padres. Sin embargo, este tipo de situaciones no deben permitirse nunca. Te contamos por qué.
Violencia en el deporte: cómo afecta a tus niños
Andrés Felipe Cardona Lenis

Revisado y aprobado por el licenciado en educación física y deportes Andrés Felipe Cardona Lenis.

Última actualización: 27 abril, 2022

Aunque parezca insólito, la violencia deportiva es bastante común. Usualmente, los deportes están elaborados para medir las capacidades físicas y psicológicas de las personas a través de la competencia. No obstante, puede llegar al punto de convertirse en una práctica insana, en especial, cuando se afronta la derrota de una manera agresiva, negativa y ajena a la comprensión.

La violencia en cualquier ámbito es mala, pues no contribuye en ningún aspecto de la vida y desfavorece a quienes la ejercen o la padecen. Ahora imaginemos el impacto que un escenario violento genera sobre los niños que participan de un deporte.

¿Crees que la violencia en el deporte afecta a los niños?

Establecer la influencia que tiene la violencia en los niños que practican algún deporte no resulta tan complejo como parece. La razón para hacerlo se centra en que cada fin de semana se evidencian situaciones de conflicto, más de una vez protagonizadas por los padres que ofician de espectadores.

Reclamos al árbitro, ademanes de asco y grosería entre los adultos que alientan a los diferentes equipos son las principales muestras de violencia en el deporte. Este tipo de escenas son presenciadas por los niños, quienes se encuentran en cancha dando todo de sí mismos. Definitivamente, un ejemplo poco apropiado para ellos.

Cabe resaltar que algunos deportes fomentan mayor comunicación verbal entre entrenadores y padres que otros. Este aspecto puede influir en la génesis de los malentendidos.

Según un estudio de la Universidad de Sevilla, la comunicación entre todos los pares fortalece el respeto mutuo, tanto hacia al árbitro como a otros adversarios.

Niños aprendiendo empatía desde el deporte.
El espíritu del deporte se inculca desde etapas tempranas y se replica durante toda la vida.

Aprendizaje mediante el ejemplo

Las etapas sensibles del aprendizaje se evidencian durante la infancia. En estos momentos, los niños adquieren conocimientos con mayor facilidad y dichas avances ocurren a nivel físico y psicológico.

Sumado a ello, muchos de los conceptos que se incorporan lo hacen por medio de la imitación. Por eso, ser un buen ejemplo es una poderosa herramienta de enseñanza hasta que los niños comprendan el trasfondo de lo que se les intenta transmitir.

El aprendizaje imitativo se ve evidenciado en clases académicas de todo tipo, así como en las actividades físicas y deportivas.

Con base en lo anterior, se puede afirmar que los actos de violencia en el deporte realizados por los padres también pueden ser aprendidos por sus hijos. En general, estas conductas pueden afectarlos de forma indirecta y ponerse de manifiesto en su comportamiento posterior.

La violencia y el aprendizaje significativo

La violencia en el deporte afecta los niños, especialmente en su conducta. Sin embargo, son actos que se pueden remediar por medio de la educación en casa y la reflexión acerca de este tipo de situaciones.

El problema surge cuando los episodios de violencia se hacen repetitivos, pues de esta manera, se transforman en un aprendizaje significativo del niño.

Por lo anterior, es probable que el niño replique este tipo de comportamiento de manera inmediata o a futuro, en la adolescencia o la adultez.

¿Cuáles son los motivos de la violencia en el deporte?

A pesar de que el deporte se centra en la enseñanza de valores, algunas personas suelen llevar la competencia a otro nivel. Incluso, muchos argumentan que la competitividad admite cualquier medio para lograr la victoria.

Tú y tus hijos deben conocer cuáles son las razones principales que llevan al ser humano a comportarse violentamente en el deporte.

1. Confundir la deportividad con la violencia

La deportividad es la habilidad de afrontar la victoria y la derrota con la misma postura. No significa que tú y los niños celebren una derrota, pero sí que aprendan en qué consiste la competencia y acepten este desenlace como algo posible y necesario.

Sin una derrota, no existe una victoria.

Sin embargo, la violencia en el deporte se presenta a causa de la escasa comprensión de este hecho. Así, confundir deportividad con “ganar a cualquier precio” es el peor error en el que se puede incurrir al educar a los hijos en este tema.

2. Competir por un premio importante

La presión psicológica aumenta en el momento en el que se juega un partido de campeonato. Dicho comportamiento se puede evidenciar en los deportes famosos y populares de cada región.

Si tu hijo se disputa una final, lo que más deseas como padre es que gane. Tal emoción y deseo pueden llevarte a perder los estribos, al punto de protagonizar un espectáculo violento.

3. Ser víctima de una presión excesiva

Aunque los padres son los principales actores de la violencia en el deporte infantil, los niños también se dejan llevar por esta conducta.

Los actos violentos entre los niños suelen tener su origen en la presión excesiva a la que están sometidos. Ya sea propia, por parte de los padres, del entrenador e incluso, de los mismos espectadores.

La presión influye en las acciones de los niños y allí se nubla la deportividad anteriormente aprendida.

Alienta a tu hijo durante su práctica, pero cuida tus modos y no le coloques una presión excesiva sobre su espalda.

Valores en el deporte, una virtud que se transmite de padres a hijos

El objetivo principal a la hora de inscribir a tus hijos en un deporte es que aprendan a socializar. Compartir con otros individuos no solo sirve para desarrollar la comunicación y las relaciones, sino para aprender todo tipo de valores. Este aprendizaje se encuentra ligado con la deportividad y con la verdadera importancia del deporte infantil.

Más allá de emplear la práctica deportiva como herramienta educativa para los niños, se hace necesario implementarla también con los padres. Aunque se lea un poco exagerado, los progenitores que asisten con sus hijos deben ser reeducados con base en los valores del deporte, a fin de no perjudicar a sus hijos.


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