El sangrado de las encías suele advertir que algo no está bien en el tejido gingival de tu pequeño. Comenzar el tratamiento para la gingivitis en los niños apenas aparecen los síntomas evita complicaciones mayores.
Observar la boca de tu niño y estar atento a ciertas señales que aquí te contamos te permitirán actuar con prontitud. Con la ayuda profesional y con algunas prácticas adecuadas, podrás aliviar el malestar de tu pequeño.
Sigue leyendo y descubre cómo solucionar este problema bucal.
¿Qué es la gingivitis?
La gingivitis es la inflamación de las encías sin la pérdida de soporte óseo. En la mayoría de los casos, esta condición se produce por una higiene dental ineficiente.
Un cepillado incorrecto o la falta del mismo favorece a que los restos alimenticios y las bacterias de la boca se acumulen sobre las superficies dentales. Así, se forma una película pegajosa llamada placa bacteriana, la cual más adelante se calcifica y da origen al sarro.
Tanto la placa como el sarro irritan la encía y desencadenan el proceso inflamatorio denominado gingivitis.
Existen otros factores que también pueden llevar a los niños a sufrir gingivitis y son los siguientes:
- Predisposición genética.
- El uso de ortodoncia.
- El hábito de respiración bucal.
- Ciertas afecciones médicas.
- Algunos medicamentos.
- Los cambios hormonales propios de la pubertad.
- La erupción y el recambio dentario.
La gingivitis sin tratar puede evolucionar a la periodontitis, que es un cuadro más complejo en el que se comprometen los tejidos de sostén de los dientes. Hay pérdida del hueso y las piezas se aflojan. Aunque esta complicación no es tan frecuente en los niños, existe una posibilidad real de padecerla en la infancia.
Síntomas de la gingivitis en los niños
Para saber cuándo es necesario comenzar un tratamiento para la gingivitis en los niños es fundamental identificar el problema. De esta forma, es clave mantenerse atento a la boca de los pequeños.
Observar con frecuencia el aspecto de las encías del niño ayuda a descubrir si algo no anda bien. El tejido gingival sano es de color rosado pálido, es firme y sus bordes rodean de manera definida el cuello de los dientes. Cualquier cambio de color, de tamaño o de consistencia es un indicativo de que hay algún problema.
Si observas algunos de los siguientes signos en la boca de tu hijo, es probable que curse una gingivitis:
- Las encías tienen un color rojo intenso y brillante.
- Lucen hinchadas y se pierden los bordes nítidos alrededor de los dientes.
- Hay sangrado durante el cepillado, la alimentación o ante el mínimo contacto con el tejido gingival.
- El niño presenta sensibilidad o dolor al tocarle las encías o al comer alimentos muy fríos o muy calientes.
- Presenta mal aliento.
Si tu niño evidencia alguna de estas señales, es oportuno contactar al odontopediatra para comenzar con un tratamiento para la gingivitis cuanto antes.
¿En qué consiste el tratamiento para la gingivitis en los niños?
El tratamiento para la gingivitis en los niños es simple, fácil de realizar y cómodo para los pequeños. Se basa en eliminar y controlar la placa bacteriana que origina el trastorno. Para esto, es necesario aplicar ciertas prácticas en el hogar y además, visitar el consultorio odontológico.
Cuidado dental en el hogar
El control de la placa bacteriana durante la infancia es una responsabilidad de los adultos. Por lo tanto, los padres son un factor fundamental para el tratamiento de la gingivitis en los niños.
Apenas se detecten síntomas de inflamación de las encías es pertinente pactar una cita con el odontopediatra. Además, es preciso extremar las medidas de higiene dental en el pequeño.
Los padres deben encargarse de la higiene dental de sus hijos siempre. Cuando los infantes son pequeños, los adultos deben cepillarlos y cuando son mayores, supervisar el proceso y asistir a sus niños en caso de necesidad.
El cepillado debe hacerse después de cada comida y tiene que durar al menos 2 minutos. Para esto, es necesario utilizar un cepillo de cerdas suaves y pasta dental con flúor en la dosis adecuada.
Se deben limpiar todos los elementos dentarios presentes en la boca, en todas sus caras. Y es preciso poner especial atención en la zona de unión de los elementos dentarios y el tejido gingival. Los movimientos deben ser suaves pero precisos, en sentido descendente (desde la encía hacía el diente).
Complementar la higiene dental con hilo dental también es importante, pues la zona entre dientes no es alcanzada por las cerdas del cepillo. Así, con la seda dental es posible eliminar la placa bacteriana de esta región. El uso de irrigadores dentales o cepillos interdentarios puede ser de ayuda para lograr el mismo efecto.
El odontopediatra completará el tratamiento para la gingivitis en los niños. Pero con estas prácticas domésticas, la sintomatología disminuirá y tu pequeño se sentirá mejor.
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Tratamiento para la gingivitis en los niños en el consultorio odontológico
Como mencionamos antes, pedir una cita al dentista apenas notes que algo no va bien con las encías de tu hijo es el primer paso para resolver la gingivitis. La evaluación del profesional permitirá identificar las causas, diagnosticar el problema con certeza y buscar una solución adecuada.
Llevar a tu pequeño a los controles odontológicos semestrales también es importante, ya que a veces solo el profesional puede detectar problemas que a simple vista no se notan.
En el consultorio odontológico, el dentista les enseña a los padres todo lo que deben saber para cuidar la salud bucal de sus niños. Así mismo, aclara qué cepillo utilizar, cuál es la pasta adecuada, cómo realizar los movimientos del cepillado o cómo usar el hilo dental, entre otras cuestiones.
Ayudar a los padres y a los niños a practicar la técnica durante la consulta es de gran utilidad para que todos se quiten las dudas. Extremar las medidas de higiene dental en el hogar es parte del tratamiento de la gingivitis.
Algunas veces, el profesional puede recomendar el uso de un colutorio para disminuir la proliferación bacteriana. Esta pauta deberá realizarse según las indicaciones del dentista, para evitar efectos indeseados.
También, el especialista puede sugerir el uso de reveladores de placa bacteriana. Estas sustancias tiñen las zonas que presentan gérmenes y ayudan a visualizar el problema. De esta manera, tanto los niños como sus padres pueden poner énfasis en ciertos sitios a la hora del cepillado.
En algunos casos puede ser necesario que el dentista realice una limpieza profesional, sobre todo cuando los pequeños tienen sarro. La terapéutica es sencilla e indolora y consiste en eliminar los depósitos con un instrumental rotatorio y unas pastas especiales.
La importancia de la prevención
Aunque el tratamiento para la gingivitis en niños es muy simple, lo ideal es evitar que la enfermedad se desarrolle.
La incorporación de buenos hábitos de higiene oral desde edades tempranas ayuda a prevenir varias patologías de la boca. Pero además, son importantes lecciones sobre el cuidado del propio cuerpo que acompañarán a tu pequeño durante toda la vida.
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