La sexualidad, y sobre todo la femenina, está llena de desinformación. El estigma sobre el tema que se ha mantenido por años ha obligado a las mujeres a desconocer su propio cuerpo, lo que las empuja a creer ciertos mitos, como los que giran en torno al himen.
El tabú generado hacia la sexualidad ha hecho que esta membrana aún el día de hoy sea considerada por muchas culturas como la prueba de la virginidad de una mujer; por ende, incluso un símbolo de pureza.
No obstante, más allá de ser un errado símbolo de pureza para algunos, es parte del aparato reproductor femenino, cuyas características a menudo permanecen poco conocidas.
¿Qué es y cuál es la función del himen?
El himen es una membrana de tejido en el interior de la vagina que cubre parcialmente su orificio externo. Está presente desde los primeros años de vida de la mujer, en los que se cree protege la zona vaginal de infecciones, función que desaparece en cuanto el organismo crea sus propios mecanismos de defensa.
Puede presentarse en diversas formas, ya sea dividido en dos por un tejido extra —himen septado— o con un pequeño orificio —himen microperforado—. Sin embargo, por lo general, aún intacto no recubre toda la abertura vaginal, pues imposibilitaría la menstruación.
De todos modos, un pequeño porcentaje de la población puede poseer un himen sin abertura en absoluto —himen imperforado—; esto se considera una anomalía y puede causar problemas para la salud. Hoy en día, sin embargo, se corrige con una cirugía muy simple.
¿Cuándo se rompe el himen?
Pese a que la ruptura del himen se ha asociado históricamente con la pérdida de la virginidad, este no solo se rompe con la primera relación sexual. ¿Se puede romper el himen sin penetración? La respuesta es: ¡claro que sí!
La elasticidad y fragilidad de la membrana, además de su consistencia y forma, varían en cada persona; incluso puede que algunas hayan nacido con poca de ella. Este tejido también cambia con el tiempo; se vuelve cada vez más fino a medida que crecemos.
Por este motivo, el himen se puede desgastar y rasgar antes de llegar a la adolescencia. Actividades como la práctica de deportes, introducción de tampones, masturbación o golpes recibidos en el área pueden provocar su rotura sin haber tenido interacción sexual.
Hay incluso mujeres que, a pesar de haber mantenido relaciones sexuales, mantienen esta membrana intacta por ser más elástica de lo normal. Esto le permite no rasgarse aún después de la manipulación o penetración, lo que se denomina ‘himen complaciente’.
¿La rotura del himen causa dolor y sangrado?
No siempre habrá presencia de sangrado al romperse el himen; esto dependerá de factores como su forma o consistencia, que también influirán para que el dolor se sienta con mayor o menor intensidad.
Mientras más resistente es el tejido de esta membrana, más molesta se puede tornar su rotura. Sin embargo, lo más probable es que sea bastante delgado y frágil durante la adolescencia, por lo que no se sentirá dolor si se rasga.
“Pese a que la ruptura del himen se ha asociado históricamente con la pérdida de la virginidad, este no solo se rompe con la primera relación sexual”
En cuanto al dolor que puede experimentarse durante la primera vez que se tienen relaciones sexuales, el himen juega un papel muy pequeño. Normalmente, como ya se mencionó, esta membrana ya está bastante desgastada cuando esto ocurre.
La causa real radica en que la mayoría de las mujeres no están del todo preparadas al momento de su primera experiencia sexual. Además, si la pareja es también inexperta, los nervios pueden llevar a contraer los músculos y entrar en tensión.
La vagina, salvo en el caso de algunas condiciones médicas adversas, está diseñada para el sexo sin dolor, pero la lubricación antes de la penetración será primordial para ello.
Lo que hay que tener en cuenta
Es importante aprender más sobre el funcionamiento real de nuestro cuerpo e ir quitándole peso a los mitos o creencias que impiden el desarrollo de una vida sexual sana y satisfactoria.
Los cambios hormonales que vienen con la adolescencia y el despertar de la sexualidad en los jóvenes convierten los temas referentes al himen y la virginidad en una preocupación rodeada de falsas creencias.
Por esa razón, no se debe seguir cultivando la creencia de que la pérdida de la virginidad se da en el momento en que el himen se rompe. Eso es una condición no sólo física, sino emocional, que va mucho más allá de la rotura o no de un tejido.
La conservación o no de esta membrana no es garantía de virginidad, y no debería ser causa de preocupación. Conozcamos mejor nuestro cuerpo y eduquemos a nuestros hijos con información verídica y comprobable.