5 tips para una convivencia feliz con adolescentes

Todos sabemos que la adolescencia puede ser complicada y que la buena relación entre padres e hijos se torna un desafío. Pero no es imposible alcanzarla.

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Cuando los niños son pequeños, los padres acabamos físicamente agotados: noches sin dormir, supervisión constante para que no se hagan daño, entre otras cuestiones. Si bien es cierto que cuando crecen ese agotamiento corporal termina, nos enfrentamos a un cansancio más complejo: el mental. Y procurar una convivencia feliz con los adolescentes a veces se vuelve complicado.

Todos sabemos que los jóvenes atraviesan muchos cambios durante esta etapa, los cuales pueden generar que todos nos sintamos algo perdidos. Por esta razón, es importante mantener una comunicación fluida con nuestros hijos, basada en la confianza y en la paciencia.

A continuación, te daremos algunos tips para que la convivencia feliz no sea una utopía. ¡No te los pierdas!

La convivencia feliz con adolescentes, ¿es posible?

La mayoría de padres temen la llegada de la adolescencia, ya sea porque saben a lo que se enfrentan o porque lo han oído de otros padres. Entonces, ¿es posible mantener una convivencia feliz con un hijo adolescente? Claro que sí, pero tenemos que tener en cuenta ciertos aspectos.

En primer lugar, es necesario establecer una comunicación basada en la confianza y el respeto desde la infancia, con límites y normas lo suficientemente claros. Los estilos parentales de crianza son claves a la hora de determinar el comportamiento del adolescente.

En segundo lugar, debemos tener en cuenta esta serie de tips útiles para mejorar la convivencia con nuestros hijos adolescentes.

1. Incentivar al adolescente a compartir más tiempo en familia

Puede que nuestro hijo adolescente se pase la mayor parte del día encerrado en su habitación y esto es algo completamente normal. No obstante, no nos impide motivarlo a salir de su cuarto de vez en cuando, para explorar el mundo.
Es importante darle las libertades y las herramientas necesarias para enfrentarse a las adversidades. También, es necesario dejar que se equivoque y que sepa que puede contar con nosotros siempre que lo necesite.

En línea con esto, podemos organizar actividades en familia para pasar más tiempo juntos y resulta fundamental optar por planes que le gusten a nuestro hijo adolescente. Por ejemplo, planear una excursión en la naturaleza, visitar un museo o jugar un partido de tenis.

2. ¿Darle paga o no darle?

Esta duda es muy frecuente entre los padres. Sin embargo, el darle paga o no va a depender de las normas y el estilo de vida de cada familia.

Si decidimos darle dinero, el monto tiene que ser acorde al nivel económico del hogar y siempre que establezcamos una paga hay que tirar a la baja, ya que será más fácil subírsela que reducírsela.

Tanto si hay paga como si no la hay, es necesario tener en cuenta tres cuestiones para actuar de forma correcta en este aspecto:

  • Mantener nuestra decisión a lo largo del tiempo y no modificarla según nuestra conveniencia.
  • Introducir al joven en la educación financiera de una forma gradual, para que cuando llegue el momento de independizarse sepa gestionar su dinero. Si desde ahora aprende a administrarse, de adulto le resultará más sencillo.
  • Conocer en qué gasta su dinero, para evitar que lo utilice en sustancias tóxicas o en juegos de apuestas.

3. Utilizar las consecuencias en lugar de castigos

Las amenazar con limitar las salidas de casa es una frase que nunca falta en las casas de los adolescentes. Pero, ¿es ese el tipo de educación que queremos brindarles a nuestros hijos?

Si lo que deseamos es modificar una conducta determinada, lo mejor es recurrir a la anticipación en lugar de optar por el castigo. Una forma de llevarlo a la práctica es explicar con antelación las consecuencias de los malos comportamientos y las recompensas de alcanzar determinados objetivos.

4. Respetar siempre su intimidad

Es probable que al darles libertades a nuestros hijos se nos despierten algunos miedos, como que pueda estar metido en algún problema. Pero leer su móvil, su diario o revisar sus cajones no es la solución. Esto empeora la relación por un lado, mientras que por el otro les genera una pérdida de confianza en sus padres.

No debemos olvidar que en esta etapa de tantos cambios, la relación de mutua confianza es clave para mantener una convivencia feliz. Así que, cultivémosla.

5. Enseñarles a nuestros hijos a divertirse sanamente

Si nuestro hijo vive pegado a las pantallas, los padres tenemos la responsabilidad de orientarlo y acompañarlo para que pueda divertirse de otra manera. Para esto podemos ofrecerle alternativas, tales como jugar juegos de mesa juntos, ver películas o salir de excursión.

Amigos jugando a juegos de mesa.

Sobre cómo tener una convivencia feliz con adolescentes

Promover una convivencia feliz con los adolescentes no es imposible. Solo debemos aprender a manejar ciertas situaciones.

La educación en la etapa infantil también es un determinante de la conducta de los futuros adolescentes. Como ya hemos dicho, en esta etapa la confianza juega un papel muy importante y gracias a esta, los hijos podrán contarnos sus problemas cuando lo deseen.

Si mantenemos una comunicación fluida con los adolescentes, basada en el respeto y la confianza, es posible que esta etapa se transite de una forma más amena.

Bibliografía

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  • Melgosa, J. (1997). Para adolescentes y padres. Editorial Safeliz.
  • Oliva, A. (2006). Relaciones familiares y desarrollo adolescente. Anuario de psicología, 37(3), 209-223.
  • Pérez Ramos, M., & Alvarado Martínez, C. (2015). Los estilos parentales: su relación en la negociación y el conflicto entre padres y adolescentes. Acta de investigación psicológica, 5(2), 1972-1983. Disponible en: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S200747191530017X
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