Tipos de vómitos en los niños: causas y tratamientos

Los vómitos en los niños son frecuentes, por eso es importante diferenciar los fisiológicos de aquellos que revisten importancia clínica. Te contamos todo en este artículo.

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Existen diferentes tipos de vómitos en los niños, los cuales se distinguen por las características que presentan. Aunque se trate de un síntoma molesto, es uno de los más frecuentes de la niñez y se genera como respuesta fisiológica de defensa ante estímulos de diversa naturaleza.

A continuación, te contaremos cuáles son los tipos de vómitos en los niños, las causas que con mayor frecuencia los generan y el tratamiento para aliviar esta incómoda manifestación digestiva. ¡No te lo puedes perder!

¿Qué son los vómitos?

El vómito o emesis es la expulsión brusca de contenido del estómago a través de la boca. En los niños, constituye un síntoma bastante frecuente, al igual que la regurgitación, que es una expulsión lenta, escasa y repetida del contenido gástrico.

Si bien los vómitos no son el problema en sí mismos, son un indicio de que algo no está funcionando correctamente. Las causas que los provocan son variadas y para guiarnos un poco más sobre el origen debemos valorar sus características: color, cantidad, frecuencia y síntomas acompañantes.

Particularmente, los vómitos de los bebés son escasos, a veces frecuentes y suelen aparecen luego de las comidas. En general, no se acompaña de signos de enfermedad y desaparecen a medida que su sistema digestivo madura. De hecho, muchas veces se utiliza de forma incorrecta el término emesis, cuando en realidad se trata de una regurgitación.

En los niños más grandes, los vómitos no son normales y cada vez que aparezcan es preciso buscar la fuente. Si bien lo más común es que se trate de alteraciones digestivas o respiratorias (como la expulsión de mocos deglutidos) no debemos pasar por alto otras causas posibles: infecciones, lesiones intracraneales, intoxicaciones u obstrucciones mecánicas en el intestino, entre otras.

Tipos de vómitos en los niños

Según la naturaleza del vómito, podemos determinar dos tipos generales:

  • Vómitos funcionales: son aquellos de tipo fisiológico, relacionados con una inmadurez digestiva, que no se acompañan de otros síntomas ni de enfermedad preexistente. En general no afectan el peso ni el estado de salud del pequeño.
  • Vómitos orgánicos: dentro de este tipo se engloban aquellas emesis relacionadas a una noxa (una enfermedad o un problema anatómico). Suelen acompañarse de otras manifestaciones típicas de cada condición, como diarrea, malestar general o fiebre. Deben ser identificados y tratados a la brevedad para evitar otras complicaciones en los niños, como una deshidratación.

Cuando los vómitos son reiterados, no ceden con las medidas habituales y se acompañan de otros síntomas en el niño, es importante solicitar la evaluación pediátrica para comenzar un tratamiento cuanto antes.

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Mientras más pequeño sea el niño, mayor será el riesgo de sufrir una deshidratación severa. Por eso, cuando curse un cuadro con vómitos de causa orgánica, la clave estará en mantenerlo bien hidratado hasta la resolución del problema.

Causas de vómitos en los niños

Existen muchas condiciones que pueden desencadenar vómitos como parte de su espectro de síntomas, y estos van desde una simple indigestión hasta problemas a nivel cerebral.

Para valorar si los vómitos son funcionales o son orgánicos, primero debemos evaluar las características del mismo. Uno de los signos distintivos más importantes es el color.

Blanco

Suele ser un vómito funcional típico de los bebés y adquiere este color es por la leche que se ingiere antes de que ocurra. Una de las razones es el reflujo gastroesofágico (muchas veces fisiológico) y otras, la sobrealimentación.

Verdoso o amarillento

Este tipo de vómito suele ser el resultado de la devolución de alimentos desde los intestinos. Se asocia a infecciones, a obstrucciones intestinales, a alergias, a intoxicaciones por alimentos o lesiones a nivel craneal. Aun así, este vómito también puede ser resultado de condiciones menos graves, como catarros, gripes o luego de la ingesta de alimentos con estas tonalidades.

Rojo

Este es otro de los vómitos a los que debemos prestarle atención, pues son el resultado de sangrados activos a nivel del estómago o del esófago. Pueden ser el resultado de irritaciones de la mucosa, como esofagitis o gastritis o de las úlceras estomacales.

Según la magnitud del sangrado, será el grado de urgencia. No obstante, siempre que aparezcan, se deberá concurrir a la central de emergencias para que el niño sea valorado por un profesional.

Negro

El vómito de color negro también es el resultado de una hemorragia digestiva, ya sea alta o baja. Su coloración implica que la sangre estuvo en contacto con el ácido gástrico, por lo que suele corresponder a una lesión pasada o de escasa cantidad.

¿Cómo se tratan los vómitos?

Los vómitos en los niños deben ser evaluados por el pediatra a fin de determinar su causa y proporcionar el tratamiento más adecuado para cada situación. Si son esporádicos, escasos y no afectan el peso o el estado de hidratación, no ameritan tratamientos específicos. En el caso de los bebés pequeños, es posible realizar algunas modificaciones en las pautas de alimentación a fin de mejorarlos.

Ahora bien, cuando los vómitos son secundarios a una infección gastrointestinal, el pediatra indicará las medidas que considere pertinente. Los antieméticos, como el ondansetrón o la metoclopramida, solo deben ser administrados ante cuadros que lo ameriten. Igualmente, si son intensos y se acompañan de diarreas, será conveniente recurrir a las soluciones de rehidratación oral para evitar la deshidratación.

Una vez realizada la consulta, es importante seguir al pie de la letra las indicaciones del pediatra y saber que en general, los vómitos suelen remitir en 1 0 2 días.

Niña con gastroenteritis, una de las enfermedades del aparato digestivo más comunes.
Los vómitos son uno de los síntomas digestivos más frecuentes. Y si bien suelen ceder rápidamente, cuando esto no ocurra es necesario consultar al pediatra.

¿Cuándo consideramos a los vómitos como un signo de alarma en el niño?

Los vómitos suelen ser leves y remitir rápidamente. Sin embargo, debemos prestarle atención y acudir a una revisión pediátrica urgente en caso de presentarse alguna de las siguientes situaciones:

  • Si bebé tiene menos de 3 meses y ha vomitado en más de 2 tomas.
  • Si el vómito es de color verde, rojo, marrón o negruzco.
  • Cuando el niño muestre signos de deshidratación, como decaimiento, boca y ojos secos, sed, escasa diuresis u ojos hundidos.
  • Si el niño vomita frecuentemente y no tolera los líquidos que se intentan reponer por boca.
  • Cuando los vómitos se acompañan de dolor abdominal constante e intenso, que se incrementa con el tiempo.
  • Si los vómitos ocurren en el contexto de fiebre, dolor de cabeza, mareos o rigidez en el cuello.

Es importante mantener la higiene de los alimentos que se ofrecen a los niños, favorecer una dieta balanceada y cumplir con el esquema de vacunación, que incluye a las dosis de la vacuna contra el rotavirus. De esta manera podemos prevenir muchas enfermedades que favorecen a este molesto síntoma.

Bibliografía

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