Una de las expectativas más grandes que tienen los amigos cercanos o familiares de los recientes padres es ser padrino de bautizo. Es una alegría de por vida que solo los más queridos tienen el privilegio de disfrutar.
En muchos casos, ya desde que una pareja sabe que va a tener un bebé, empiezan a buscar a los padrinos de bautizo. Deben escoger bien quien será esa persona que los ayudará a introducir a su bebé a la vida cristiana.
Además, se dice que el padrino y la madrina son quienes ocuparían el lugar de los padres si estos llegasen a faltar. Este nombramiento tan relevante es de tiempo indefinido; por lo tanto, suele ser difícil encontrar a las personas indicadas.
¿Cuál es la función del padrino de bautizo?
El padrino de bautizo suele ser la persona que cuidará del bebé en caso de que sus padres no estén. En algunos penosos casos, esto es así.
Sin embargo, la realidad va más allá de eso. El padrino de bautizo tiene el deber de velar por la educación católica de su ahijado. Él ha de llevarlo por el camino del bien dando ejemplo.
Además, el padrino de bautizo debe ser aquel que tenga deseo de pertenecer a la vida del pequeño. Tiene que ayudarlo a cumplir sus metas, celebrar sus logros y acompañar a sus padres en momentos decisivos.
No siempre es necesario que el padrino sea un familiar, ya que esta persona de igual manera formará parte de la familia. Debe ser una persona firme de pensamiento, responsable de sus actos y que esté interesada en caminar junto al niño en su desarrollo.
Por recaer semejante responsabilidad sobre sus hombros, es importante no tener miedo. Debe estar confiado y sentirse seguro del papel que va a representar; de esta manera, lo desempeñará de la manera mejor posible y podrá acompañar a su ahijado por el camino correcto.
La Iglesia recomienda a los padrinos de bautizo dar el ejemplo de vivir como buenos cristianos y asistir regularmente a misa. También han de recordar el rezo diario a sus ahijados y hacerle regalos religiosos, como una Biblia o un rosario.
Requisitos para ser padrino de bautizo
La Iglesia católica pide como primer requisito que la persona escogida como padrino sea mayor de dieciocho años. Esto garantizará que tenga la madurez suficiente para cumplir con dicha función. Sin embargo, se han conocido algunas excepciones.
Asimismo, debe ser católico, haber recibido la Primera Comunión, haber realizado la Confirmación y llevar una vida de fe. Sería muy difícil inculcar a un niño un camino que se desconoce.
No está permitido que los padres bauticen a sus hijos; ni mucho menos una persona que ha sido penalizada canónicamente. Deben ser creyentes y no pertenecer a ninguna secta ni otra confesión religiosa.
“El padrino debe ser una persona firme de pensamiento, responsable de sus actos y que esté interesada en encaminar al niño hacia una vida cristiana”
Existe la excepción de que el párroco permita que el padrino de bautizo sea su hermano mayor, de menos de quince años. Es necesario que haya hecho la Primera Comunión o se esté preparando para realizarla.
Esto muchas veces resulta favorable, ya que conviven bajo el mismo techo y están más involucrados. Cuando se presente el momento de la Confirmación del niño, los padrinos pueden mantenerse o cambiarse.
Estrategias para los padrinos de bautizo
Existen algunas estrategias o actividades que pueden ayudar al padrino de bautizo a llevar a cabo su rol de una manera satisfactoria. Primero, se pueden establecer buenas tradiciones, como premiar por alguna buena calificación, salir a comer por su cumpleaños o ir al parque o de paseo.
Además, en el bautizo, el padrino podría escribirle una carta a su ahijado confirmando su apoyo incondicional tanto a él como a sus padres. En ella también debe agradecer tan honrosa responsabilidad y aceptarla con las manos abiertas.
Las visitas del padrino deberán ser, por lo general, enfocadas hacia su ahijado. Que él se sienta importante y apoyado no solo en lo material, sino también en lo personal.
Lo importante realmente es desempeñar esta ardua tarea con voluntad de hacerla bien, amando y apoyando al ahijado en todos sus momentos, buenos o malos. El padrino debe formar parte de su familia e involucrarse en la crianza.
Bibliografía
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