Somniloquia infantil: cuando tu hijo habla dormido

Muchos niños hablan en sueños, gritan o mantienen conversaciones. Te contamos a qué se debe y si debes preocuparte por la somniloquia infantil.
Somniloquia infantil: cuando tu hijo habla dormido
Elena Sanz Martín

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Última actualización: 29 mayo, 2023

¿Tu hijo habla en sueños? Observar este fenómeno puede resultar desconcertante para los padres y madres, especialmente cuando las vocalizaciones se acompañan de gritos o llantos. Sin embargo, es un fenómeno muy común en niños que, en principio no tiene por qué alarmarte. Se conoce como somniloquia infantil y a continuación te contamos todo lo que debes saber al respecto.

Como te decíamos, son muchas las familias que viven la somniloquia con sus pequeños. De hecho, se estima que entre el 8 y el 14,2 % de niños en edad escolar presentan esta conducta. Se trata de un trastorno del sueño inocuo y que no causa afectación en el menor. Pero, ¿cuándo debemos preocuparnos? Y ¿cómo podemos abordarlo? Te lo explicamos.

¿Qué es la somniloquia infantil?

Para entender qué es la somniloquia, primero debemos hablar de parasomnias. Estas son conductas que aparecen en diferentes fases del sueño, que son inconscientes y que, por lo general, no se recuerdan. Entre ellas encontramos algunas tan comunes como las pesadillas, los terrores nocturnos o el bruxismo y otras menos conocidas, como la somniloquia.

En el caso de estas últimas, nos referimos a episodios de corta duración en los que el niño emite vocalizaciones más o menos complejas, sin tener voluntad de hacerlo y sin recordar nada al respecto posteriormente. El contenido de los mismos puede ir desde pequeños sonidos ininteligibles hasta palabras o incluso monólogos y conversaciones. Además, se escuchan suaves susurros o verbalizaciones intensas en tono elevado.

En ocasiones, el fenómeno verbal se acompaña de expresiones emocionales, como llanto, gritos o risas. Asimismo, el niño parece confundido durante el episodio. Sin embargo, una vez finaliza continúa durmiendo sin problema y sin ser consciente de lo ocurrido.

Pese a que la somniloquia infantil puede darse en cualquier momento del sueño, es más común durante las fases de sueño profundo y durante el sueño REM (del término inglés rapid eye movement). Además, suele darse durante la primera mitad de la noche o del periodo en que el niño está dormido.



¿Por qué ocurre la somniloquia?

La somniloquia se debe a un despertar transitorio del sueño REM. Pero también es posible que se produzca un desajuste en la activación/inhibición de ciertas áreas cerebrales.

Por ejemplo, según recoge un artículo de Elsevier Connect, durante el sueño REM el tono muscular en todo el cuerpo se encuentra muy deprimido porque hay una fuerte inhibición de las zonas espinales de control de los músculos. Esto hace que permanezcamos inmóviles, incluso teniendo sueños muy vívidos.

Puede ocurrir, entonces, que las áreas cerebrales que controlan la actividad de los músculos bucofaciales permanezca activas. Así, al tener lugar esta activación atípica de los circuitos psicolingüísticos durante el sueño, el niño habla dormido.

Pero, ¿por qué sucede esto en algunas personas y no en otras? Pues bien, no se ha encontrado una causa exacta de la aparición de la somniloquia infantil. Sin embargo, según recogen los investigadores del Sleep Disorders Medicine parece haber ciertos factores asociados:

  • Puede haber un componente genético que lleve a que este fenómeno se presente en diferentes generaciones de una misma familia.
  • Está asociado a la presencia de otras parasomnias, como el sonambulismo o las pesadillas.
  • Ocurre de forma más frecuente en épocas de ansiedad, estrés o cambios importantes en la vida del niño.
  • Aparece con mayor frecuencia en estados febriles.

¿Tiene consecuencias la somniloquia infantil?

Como decíamos, este fenómeno es muy frecuente e inocuo. El principal efecto es la preocupación que causa en la familia del niño, por desconocimiento de lo que ocurre, o la interrupción del descanso que pueda generar en quienes duermen con él (padres o hermanos).

Además, tal como recoge un artículo publicado en la Revista de Fundamentos de Psicología, es posible que si no aborda, la somniloquia permanezca hasta la edad adulta (momento en que suele ser más infrecuente).

No obstante, si tu hijo habla dormido con mucha frecuencia, esto puede tener repercusiones en su descanso. Por ejemplo, un estudio publicado en Journal of Clinical Medicine, encontró que las personas que hablan en sueños tienen una peor calidad del descanso autoinformada. Además, la somniloquia se asocia con un sueño más fragmentado y, por ende, menos reparador.

¿Cómo actuar al respecto?

A la vista de todo lo anterior, cabe mencionar que no es necesario actuar a menos que la somniloquia esté afectando al descanso del niño o al de otras personas. Si el menor habla en sueños con mucha frecuencia, pueden tomarse algunas medidas para reducir la aparición de los episodios:

  • Reducir el nivel de estrés. Por ejemplo, reorganizando sus actividades diarias y colocándole menos carga.
  • Ayudarle a gestionar eventos o circunstancias que puedan estarle afectando emocionalmente. Por ejemplo, un divorcio de los padres, un cambio de escuela o la llegada de un hermano generan emociones de ansiedad o tristeza que alteren su descanso. Conversar con el niño al respecto, permitirle expresar sus emociones y validarlas son de gran ayuda.
  • Animarle a adquirir buenos hábitos de higiene del sueño. Estas pequeñas medidas favorecen un descanso adecuado y mejoran la aparición de diferentes parasomnias.
  • Recurrir a los ejercicios de relajación o meditación para niños, los cuales contribuye en el descanso.


Algunas consideraciones finales acerca de la somniloquia

En definitiva, si tu hijo habla dormido ocasionalmente, no tienes de qué preocuparte. Es un fenómeno muy común en niños de su edad y no comporta mayores riesgos. A medida que crezca, estos episodios aparezcan con menor frecuencia. No obstante, si consideras que está teniendo un impacto en su descanso y las anteriores recomendaciones no son suficientes, buscar ayuda profesional será la mejor opción.


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