5 consejos para reducir el estrés cotidiano en un hogar con niños

El estrés afecta a la salud de adultos y niños y enturbia las relaciones familiares. Si quieres evitarlo, hay algunas dinámicas que pueden ayudar a mejorar el ambiente en tu hogar.
5 consejos para reducir el estrés cotidiano en un hogar con niños
Elena Sanz Martín

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Última actualización: 20 marzo, 2023

Un hogar con niños está lleno de diversión, de energía y de amor a raudales. Sin embargo, también puede llegar a ser estresante. Los pequeños son demandantes, aún no regulan bien sus emociones y siguen sus propios ritmos. Esto puede hacer que las familias vivan con prisas constantes, que la casa esté siempre desorganizada y que surjan frecuentes conflictos. Afortunadamente, hay algunos consejos que pueden ayudar a reducir el estrés cotidiano.

Es cierto que cada familia es diferente y tiene sus propias necesidades, por lo que también debe encontrar su propia forma de hacer las cosas. Lo que para algunas puede resultar de gran utilidad, para otras es inadecuado. No obstante, las siguientes sugerencias son sencillas de aplicar y pueden marcar la diferencia para mejorar la calidad de vida de los miembros de tu hogar. Si quieres conocerlas, te invitamos a seguir leyendo.

¿Por qué reducir el estrés cotidiano en un hogar con niños?

Todas las familias atraviesan diversos momentos de estrés a lo largo de los años. Algunos son producidos por los mismos cambios de etapa naturales y otros por acontecimientos accidentales o no esperados. En cualquier caso, estos momentos de crisis puntual pueden ayudar a sus miembros a estrechar lazos y a poner en marcha recursos valiosos que antes permanecían dormidos.

Sin embargo, la tensión, la angustia y el nerviosismo cotidiano es bien diferente. En este caso hablamos de un estrés crónico y continuo que afecta en el día a día y está relacionado con las dinámicas personales y familiares. Además, no solo afecta a los adultos, sino que también puede influir en gran medida en los niños. Concretamente, este puede derivar en quejas somáticas, trastornos del sueño, obesidad, miedos y problemas de conducta.

Cuando la tensión es sostenida por períodos prolongados, deteriora la salud física, genera insatisfacción, causa malestar emocional y perjudica las relaciones familiares.

¿Cómo reducir el estrés cotidiano en tu familia?

Como decíamos, el estrés muchas veces es el resultado de dinámicas familiares que no son útiles o que se pueden mejorar. A este respecto, hay varias propuestas que pueden ser de utilidad.

1. Establecer rutinas y horarios

Los niños necesitan una rutina para que su día a día sea predecible y sentirse seguro. Esto realmente les aporta estabilidad, pero también puede ayudar a reducir el estrés familiar.

Se trata, en primer lugar, de establecer un horario en el que cada actividad tenga su momento. Por ejemplo, la hora de comer, de jugar, de hacer los deberes y de dormir. Pero también de que cada una de estas tareas siga una secuencia, como ser lavarse las manos, poner la mesa, cenar, recoger y lavarse los dientes.

Si esto se sigue cada día, será sencillo avanzar más rápido y sin perder tiempo. Además, los niños se harán más autónomos, pues sabrán qué toca hacer en cada momento y no necesitarán de la supervisión constante de los adultos para cumplir con los siguientes quehaceres.

2. Planificar y organizar con tiempo

Otro punto importante es calcular los horarios de modo que haya un tiempo holgado para cada actividad. Es decir, que no requiera ir a las prisas. Es muy común que, por ejemplo, cada mañana se convierta en una carrera para llegar a tiempo al colegio. Así, la tardanza de los niños para desayunar o vestirse termina por desesperar al adulto y genera conflictos. No obstante, esto podría solucionarse si se opta por acostarse y levantarse media hora antes cada día.

3. Fomentar la autonomía infantil

Los niveles de estrés también disminuyen a medida que los niños son más autónomos y demandan menos la presencia y la ayuda de los adultos para cada tarea. Por esto, es muy positivo fomentar su independencia desde temprana edad.

Permitir que los niños se vistan solos, coman por su cuenta o preparen su mochila puede haceros perder tiempo, pues todo conlleva una curva de aprendizaje. Sin embargo, a largo plazo, será un alivio que agilizará las rutinas diarias.

Animar a los niños a desarrollar sus habilidades para valerse por sí mismos, en la medida de sus posibilidades, puede contribuir en el futuro a reducir el estrés familiar.

4. Compartir la carga mental

Los progenitores, como pareja, también tienen su parte de tarea a la hora de reducir el estrés familiar. Una buena medida al respecto es compartir la carga mental. Esta suele recaer principalmente en las mujeres, lo cual les genera tensión, sensación de injusticia y un desbordamiento que repercute en su salud y en su ánimo. Así, es importante que ambos miembros compartan no solo las tareas del hogar, sino también la planificación y organización del mismo.

5. Practicar la crianza respetuosa

Por último, puede resultar muy beneficioso comenzar a practicar la crianza respetuosa. Esta aboga por mantener una dinámica horizontal y democrática en la familia. En ella, los niños, sus emociones, sus ritmos y sus necesidades deben ser comprendidos, tenidos en cuenta y acompañados apropiadamente.

Por un lado, la conexión emocional que se genera entre padres e hijos hace que estos últimos sean más proclives a escuchar, colaborar y evitar conflictos y discusiones. Por otro lado, es un método ideal para enseñar acerca de la regulación de las emociones. Esto ayuda a reducir las sensaciones subjetivas de estrés y a mejorar el ambiente en el hogar.

Reducir el estrés cotidiano para vivir más felices

Como ves, no es tan complicado reducir el estrés cotidiano en un hogar con niños. Únicamente se requiere de organización, paciencia y unas pautas de crianza apropiadas. Aplicar los anteriores pasos no hará que todo sea perfecto, pero sí facilitará un estado de ánimo más positivo y calmado en todos los miembros de la familia. Esto repercutirá positivamente en las relaciones entre ellos. Entonces, ¿por qué no probarlos?


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