Ser narcisista es amarnos a nosotros mismos, pero en demasía. Es creernos superiores a los demás porque nos consideramos más agraciados que los otros, somos inteligentes o hábiles en cualquier destreza, pertenecemos a una familia de élite, o nuestro nivel adquisitivo es superior al de quienes nos rodean.
Cuando somos narcisistas nos consideramos merecedores de todo y que el mundo gira o debe girar en torno a nosotros.
Creemos que los demás deben admirar, aplaudir y alabar nuestras capacidades y poco nos importan los sentimientos y las necesidades de los otros.
El narcisismo es vanidad, egoísmo y en caso extremo llega a ser una patología valorada por la psicología como trastorno de la personalidad.
A continuación, te ofrecemos algunas de las señales que indican que estás criando a un hijo narcisista.
¿Es mi hijo narcisista?
Tu hijo se siente más especial que los otros
Si tu hijo se cree mejor que los demás claro que esa idea es un evidente síntoma de que se está formando como un niño narcisista. Sin embargo, ese sentimiento de superioridad no nació por sí solo, se vio alimentado, a lo largo de los años, por el comportamiento de la sociedad hacia su persona.
Digamos, por ejemplo, que todo el que conoce a tu hijo y quienes le rodean no cesan de elogiarlo por su belleza física: ¡qué lindo eres!, ¡qué ojos más bellos tienes! Igual pasa con su inteligencia: Sacas las mejores notas porque eres muy inteligente ¡Eres un genio! Así mismo sucede con el poder adquisitivo de su familia: La ropa que usas es la mejor y cuesta muy cara. Tus juguetes no los tiene nadie.
Si tu hijo se considera mejor que sus compañeros es porque la sociedad así lo ha formado.
Tu hijo siempre cree tener la razón
Mamá, tu hijo siempre cree tener la razón y cuando discute presta oídos sordos al criterio de sus amigos. Él no valora la inteligencia y los análisis de los demás y por ningún motivo, aunque lo sepa, acepta que se ha equivocado.
Pero claro, tu niño tampoco nació siendo de esa manera. Así lo educaste tú cuando, desde pequeñito, les quitabas la razón a sus amigos para dársela a él, sobre todo cuando no la tenía.
Tu hijo siente que debe tener más derechos que los otros
Un tercer síntoma que te puede señalar que estás criando a un niño narcisista se encuentra en el derecho que él cree tener. Por ejemplo, por el solo hecho de ser el hijo de la directora él considera que sus maestros le deben conceder algunos privilegios.
Hay que darle un pedazo de pan más grande durante las meriendas, el castigo que le impongan tiene que ser menor al de los otros y cuando llega tarde a clase hay que dejarlo entrar.
Para agudizar sus emociones narcisistas efectivamente los maestros de su escuela no lo ven como los restantes estudiantes y le alimentan, con su permisibilidad diaria, su condición de niño privilegiado y con más derechos que los otros.
Un narcisista no nace, se hace
A pesar de que algunos individuos, por su herencia genética, nacen con cierta predisposición a convertirse en narcisistas, es imprescindible que sepas que un narcisista no nace, se hace a medida que es formado o en este caso “deformado” por la sociedad, la familia y la escuela.
El niño que constantemente se expone a elogios, se le premia, se le hace creer que vale más que cualquier otro niño va creciendo con la idea de que efectivamente es mejor.
Por eso los padres debemos estar conscientes de lo vulnerables que son las mentes infantiles. Antes de encontrarnos dentro de este problema hay que percibir todo el daño que pueden causarle a un niño nuestra mala educación y la de la sociedad en la que vive.
Ten presente que la educación que se da en la niñez acompaña a una persona la vida entera y según haya sido esta le traerá triunfos o infelicidad.
Recalcamos que hagas énfasis en la reevaluación de los métodos que utilizas en la educación de tu hijo y el comportamiento de la sociedad para con él. Detente a observar si existen señales, aunque muy pequeñitas, de cualquiera de las tres características de niños narcisistas que hoy te ofrecimos. A tiempo todo tiene solución.
Bibliografía
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