El sangrado nasal (o epistaxis) es un síntoma muy común del embarazo y se debe, principalmente, a los cambios adaptativos que sufre el cuerpo de la mujer para gestar al bebé. Sumado a estos, en algunos casos existen otros factores que incrementan su incidencia.
Si bien suele tratarse de un cuadro leve y de rápida resolución, es importante conocer qué hacer cuando ocurre y ante qué síntomas consultar al médico.
¿Por qué ocurre el sangrado nasal en la gestación?
Desde el inicio de la gestación, los cambios hormonales que experimenta el cuerpo de la madre repercuten en todos sus aparatos y sistemas. Esto responde a las necesidades biológicas de supervivencia al nuevo estado.
A continuación, describiremos los factores involucrados en el desarrollo de la epistaxis durante el embarazo.
Cambios circulatorios
Uno de las modificaciones más significativas de la gestación ocurre en el aparato circulatorio (venas y arterias), ya que resulta fundamental asegurar el aporte de sangre al bebé para brindarle los nutrientes necesarios.
Estos cambios están vinculados al aumento de las hormonas del embarazo (estrógenos y progesterona) y son los siguientes:
- En la primera mitad del embarazo, se produce un marcado aumento del volumen sanguíneo materno, a fin de satisfacer las necesidades del nuevo bebé.
- Los estrógenos provocan la relajación y la dilatación de las paredes de los vasos, lo que facilita que la sangre llegue a todos los tejidos. Esto, a su vez, genera mayor congestión de sangre en las mucosas, como la nasal y la oral (encías).
- La progesterona es responsable del aumento de la presión sanguínea. Esto se manifiesta en todos los vasos del cuerpo, incluidos aquellos de la nariz.
Como consecuencia, los cambios generados en la mucosa nasal hacen que la embarazada se vuelva más propensa a sangrar ante traumatismos mínimos. Por ejemplo, luego de sonarse o rascarse la nariz.
Resequedad de la mucosa de la nariz
Cuando la capa más externa de la mucosa nasal se reseca, tal como ocurre durante el invierno o en la deshidratación, este tejido se vuelve más débil y se rompe con facilidad.
Por este motivo, se recomienda la humectación de la nariz, ya sea mediante la aplicación de cremas con vaselina o a través del control de los niveles de humedad del ambiente.
Uso de medicamentos nasales
El uso de gotas o de medicamentos directamente en la nariz puede alterar la estructura de la mucosa. Estos cambios van desde una mayor congestión hasta un debilitamiento de la pared y en ambos casos aumentan la tasa de sangrados.
Enfermedades maternas previas
Ciertas enfermedades maternas, como los trastornos de la coagulación, pueden aumentar el riesgo de sangrados en sí mismas.
Por otra parte, algunos cuadros congestivos, como las alergias o rinitis crónicas, tienden a reagudizar durante el embarazo y de esta forma pueden desencadenar la epistaxis. Habitualmente, todos estos cambios mejoran unos días posteriores al nacimiento.
¿Qué hacer ante un sangrado nasal en el embarazo?
Cada vez que la embarazada presenta epistaxis, es importante tomar las siguientes medidas para controlarla y evitar complicaciones:
- Sentarse con la cabeza erguida o levemente inclinada hacia adelante.
- Presionar firmemente en la parte blanda de la nariz, justo por encima de las fosas nasales.
- Mantener presionado entre 10 a 15 minutos.
- Respirar por la boca.
- Se puede aplicar frÍo local, a nivel del puente de la nariz, para ayudar a desinflamar la zona.
No se recomienda acostarse, ya que la postura erguida disminuye la presión dentro de la cabeza y en caso de mareos, se recomienda recostarse de lado y nunca boca arriba. Tampoco se aconseja colocar tapones en los orificios nasales.
En la mayoría de los casos el sangrado cede luego de algunos minutos, por lo cual no es necesario consultar al servicio de urgencias. De todos modos, es importante conversarlo durante el control con el médico de cabecera.
¿Cuándo debo consultar al médico?
Ante un sangrado nasal que no cede luego de adoptar las medidas mencionadas, es importante realizar la consulta médica con prontitud.
En este contexto, es fundamental descartar algunas causas más complejas de hemorragia, como las epistaxis posteriores. Estas ocurren por la lesión de vasos de mayor tamaño, los cuales son difícilmente controlables con las medidas habituales.
En el caso de padecer epistaxis recurrentes o cuando la pérdida de sangre es tan extensa que le provoca síntomas a la embarazada (mareos, vómitos o sensación de malestar general), es recomendable concurrir al servicio de emergencias.
¿Puede afectarse la salud del bebé?
En el caso de los sangrados leves y esporádicos, el riesgo para la salud de la madre y del bebé es bajo. Pero en el caso de los sangrados abundantes (masivos) o reiterados, es importante evaluar el riesgo potencial sobre la salud de ambos.
Algunos sangrados masivos que ocurren en el tercer trimestre pueden amenazar el bienestar de la díada y a veces, son causa de finalización del embarazo. Esta decisión depende, entre otras cosas, de la edad gestacional del bebé y de las condiciones de salud de la mamá.
Finalmente, se han publicado estudios que sugieren una posible relación entre la epistaxis del embarazo y un mayor riesgo de padecer hemorragias posparto. Si bien esta asociación puede existir, se necesitan más estudios para determinarla con exactitud.
¿Cómo puedo prevenir el sangrado nasal en el embarazo?
Si bien es un síntoma frecuente y poco relevante, existen algunas medidas de prevención:
- Evitar el rascado nasal y la aplicación de medicamentos tópicos (como espray nasales).
- Mantener una hidratación corporal adecuada.
- En caso de habitar zonas de clima seco, regular la humedad del ambiente.
- Utilizar gotas de solución fisiológica para humectar la mucosa nasal.
- Cuando se observe resequedad en la piel o en la mucosa de la nariz, aplicar cremas con vaselina en los orificios nasales.
- Sonarse la nariz con suavidad.
- Luego de un episodio de sangrado nasal, evitar los esfuerzos (el ejercicio físico intenso o levantar cosas pesadas del suelo).
Algunas consideraciones finales
El sangrado nasal es una condición muy frecuente del embarazo. Si bien en la mayoría de los casos no implica un riesgo para la salud de la mamá y del bebé, es importante conocer cómo proceder en caso de que ocurra y ante qué síntomas consultar al médico.
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Giambanco L, Iannone V, Borriello M, Scibilia G, Scollo P. The way a nose could affect pregnancy: severe and recurrent epistaxis. Pan Afr Med J 2019;34:49. Published 2019 Sep 24. doi:10.11604/amj.2019.34.49.19558 (Downloaded Jun 2021) Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31762915/
- Goldstein G, Govindaraj S. Rhinologic issues in pregnancy. Allergy Rhinol 2012, 3:e13–e15. doi: 10.2500/ar.2012.3.0028 (Downloaded Jun 2021) Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3404472/
- National Health Services UK. Nosebleeds in pregnancy. NHS Choices, Health A-Z. 2015. Disponible en: https://www.nhs.uk/pregnancy/related-conditions/common-symptoms/nosebleeds/ (Downloaded Jun 2021)
- Wisse B. Hemorragia nasal. National Institute of Health USA - Medline Plus. Año 2019. Disponible en https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/003106.htm (Downloaded Jun 2021)
- Dugan-Kim M et al. Epistaxis of pregnancy and association with postpartum hemorrhage. Obstet Gynecol 2009 Dec;114(6):1322-1325. doi: 10.1097/AOG.0b013e3181bea830. PMID: 19935036. (Downloaded Jun 2021) Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19935036/