¿Sabías que el aroma del recién nacido causa un efecto narcótico en el cerebro de las madres?

La naturaleza obra de maneras maravillosas con tal de asegurar la unión entre una madre y su hijo después de dar a luz. Y es que no hay ninguna mamá que no haya experimentado una y otra vez del delicioso y único olor que impregna a sus bebés durante sus primeros meses de vida. Algo que no es ninguna sorpresa, porque el aroma del recién nacido causa un efecto narcótico en el cerebro de las madres y hoy te explicamos a qué se debe.

¿Aún recuerdas a qué olía tu pequeño cuando lo tuviste por primera vez entre tus brazos? Ese particular aroma lleno de hormonas tiene la facultad de generar en las mamás un efecto de placer y relajación muy parecido al de las drogas. El cual hace que se sientan tranquilas y se enamoren perdidamente de sus indefensas criaturas.

La ciencia lo confirma: el aroma del recién nacido causa un efecto narcótico en el cerebro de las madres

En la naturaleza nada se da por error y existen factores que influyen profundamente para generar una conexión única entre una mamá y su pequeño. Un estudio publicado en la revista Frontiers in Psychology reveló que el perfume natural que impregna a los recién nacidos está diseñado de manera cuidadosa para que las madres generen un vínculo de amor y protección con sus bebés.

Para demostrarlo, los investigadores reclutaron a 30 mujeres; de las cuales 15 de ellas habían dado a luz recientemente y las otras 15 nunca habían sido madres. Y les pidieron que reaccionaran a diferentes olores misteriosos para estudiar su actividad neuronal a través de una resonancia magnética funcional. Entre los aromas se encontraban pijamas de niños recién nacidos, impregnadas con su característico olor.

La mayoría de las mujeres declaró que intentar identificar el perfume natural de los bebés les generó una sensación agradable en sus cuerpos. Y las resonancias demostraron que, al oler dichas pijamas, se activaron las vías de la dopamina (la hormona de la felicidad) en áreas cerebrales que están asociadas con la recompensa y el aprendizaje, independientemente de su estado materno.

Sin embargo, aunque casi todas reaccionaron a este estímulo, las madres recientes fueron las que, sin lugar a duda, experimentaron una sensación más fuerte en comparación con las no madres. Y es que, según los investigadores, los olores corporales de los recién nacidos causan cambios hormonales que actúan como un catalizador de unión madre-hijo. Lo que genera que estas mujeres se sientan felices, relajadas y tranquilas al estar cerca de sus pequeños.

El sentido del olfato no solo beneficia a las madres

Es bien sabido que luego del parto, el popular contacto piel con piel es indispensable no solo para promover una buena lactancia, sino también para liberar de forma natural oxitocina. Y es que la hormona del amor afianza el vínculo entre la madre y su recién nacido a través del tacto y el olor. Por lo que los estímulos olfativos no son algo que únicamente beneficien a las madres, ya que ocurre lo mismo con sus pequeños.

Una investigación liderada por los profesores R. Porter y J. Winberg demostró que los bebés humanos son particularmente sensibles a los olores maternos después del parto. Especialmente las señales olfativas que emanan de la región del pezón/aureola de sus madres. Y es que, minutos después del nacimiento, el olor natural de los senos provoca en los recién nacidos una orientación natural que los guía hasta el pezón y genera una succión y lactancia exitosa.

Aunque los recién nacidos generalmente se sienten atraídos por los olores de los senos producidos por mujeres lactantes, los bebés amamantados aprenden rápidamente la firma olfativa característica de su madre mientras chupan sus senos y posteriormente pueden reconocerla solo por ese olor único. El reconocimiento temprano basado en el olor puede ser un factor importante en el desarrollo del vínculo madre-bebé.

El aroma del recién nacido causa un efecto narcótico en el cerebro de las madres para favorecer su unión de por vida

Es muy normal observar a mamás oliendo las cabecitas de sus bebés o incluso su ropita y terminar con un profundo respiro de felicidad y una sonrisa en sus rostros. Y aunque a algunas personas sin hijos les puede parecer extraño ese comportamiento, la verdad es que la ciencia ha confirmado que el olor del recién nacido tiene una respuesta neurológica en el cerebro de sus madres.

La naturaleza en su infinita sabiduría sabe qué hacer para que a través de hormonas como la dopamina y la oxitocina florezca el vínculo entre una madre y su bebé. De esta manera, se asegura la supervivencia y el cuidado de los pequeños. Ya que se despierta en la mamá su instinto innato de protección que las motiva a dar lo mejor de sí mismas para sus niños.

Así que no te preocupes de más si te encanta oler a tu bebé y su pequeña ropita después de su nacimiento. Este es un comportamiento normal del cuerpo para que te termines de enamorar por completo de tu hijo y quieras cuidarlo al máximo de cualquier peligro. Pues gracias a la secreción de las hormonas de la felicidad y del amor, el vínculo indestructible entre una madre y su pequeño se empieza a consolidar desde el momento en el que tienen la oportunidad de tenerse entre los brazos.