Esta es una situación que asusta mucho tanto a los padres como a los profesores, ya que se podría estar creando una persona violenta. Para los padres se produce un choque emocional y una situación difícil. Estas actuaciones en los niños ponen en riesgo la integridad física y mental del resto de compañeros. Y, por supuesto, está en juego la futura personalidad del niño y las amistades con las que se pueda juntar.
Puedes sentir que no estás haciendo las cosas bien con ellos. También genera una sensación de inquietud, porque cuando esto ocurre no estás cerca para solventar la situación. Este tipo de cosas suelen ocurrir cuando el niño es muy impulsivo o las cosas en casa no están marchando del todo bien. No obstante, puede surgir porque esté imitando a alguien o quiera llamar la atención.
Si durante su crecimiento el niño observa que entre sus padres o en su entorno hay un trato agresivo constante basado en gritos e insultos, ese niño o niña tomará ese patrón de conducta para sí mismo. Por otro lado, si ve que algún familiar muy cercano trata mal a otras personas y es violento, puede que adopte esa forma de ser.
¿Qué puede ocurrir si mi hijo pega en el colegio?
Lo primero es que puede ser agredido por otros niños, ya que se acabaría el grado de tolerancia que pueden tener sus compañeros con él o ella y podrían tomar la solución por sus manos. Por otro lado, la directiva del colegio podría tomar medidas drásticas con este asunto, llegando al grado de la expulsión de la institución.
Sus compañeros podrían rechazarlo y se acabaría quedando solo o juntando con quien no le conviene. Además, el impacto social también tiene preponderancia en estos casos, ya que el entorno en donde se desenvuelve el niño o adolescente con esta conducta podría comenzar a rechazarlo. El más triste de los casos y el más temido por los padres si la conducta se tuerce del todo es que lo trasladaran a un reformatorio.
¿Qué hago si mi hijo pega en el colegio?
Esta situación puede ser difícil de abordar en muchos casos, ya que los niños tienen dificultad para expresar sus emociones. Sin embargo, es importante tratar de moldear al niño y corregir esta situación desde casa para evitar que siga ocurriendo. En este sentido, algunos de los consejos que puedes seguir son los siguientes:
1. Comunícate con tu hijo
Conversa con tus hijos de una manera sincera sobre lo que le ocurre, que te explique cómo puedes ayudarle. Siempre es importante tener una comunicación abierta con los hijos para conocer sus inquietudes, sus problemas, sus metas y sueños. Cuando el caso es prematuro y el niño es más pequeño, un psicólogo infantil puede moldear la forma de ser del pequeño.
También debes escuchar la versión de tu hijo acerca de la situación de violencia en el colegio, sobre todo si se trata de un hecho aislado. En muchos casos, todo se trata de un malentendido y de una forma inadecuada de reaccionar ante un momento determinado, por ello la comunicación es fundamental.
2. Acudir a un profesional
Si ya está muy marcado el patrón de conducta, el especialista podrá tratar de manera más profunda este caso. A veces, los hijos se sienten más cómodos hablando de sus cosas con un extraño que con nosotros mismos. Y así podríamos llegar a una solución más rápida para este problema de la mano de alguien que conoce este ámbito.
3. Enseñar que ese no es el camino
No debes incitar al niño cuando es agredido a que responda de la misma manera. Recuerda que “la violencia llama a la violencia”. Por eso, debes fomentar su capacidad del diálogo y la habilidad de saber manejar situaciones de cierto estrés o que se salgan de su zona de confort.
4. Sé un ejemplo
Muestra tolerancia en cualquier lugar a donde vayas con tus hijos. Muchas veces te vas a encontrar con situaciones desagradables como, por ejemplo, en el tráfico o en la cola del supermercado. Si actúas de forma violenta verbalmente delante de tus hijos él comprenderá que esa es una forma de defensa y la utilizará en el futuro para solventar sus problemas.
Además, si tu hijo pega en el colegio es fundamental que no reacciones de forma agresiva contra él. Si lo haces, tan solo reforzarás el comportamiento del pequeño y le indicarás indirectamente que esta es la forma adecuada de reaccionar. En su lugar, puedes intentar hablar sobre la situación y, si lo consideras necesario, aplicar un castigo acorde.
5. Promueve la asertividad
Muchos de los casos de violencia escolar se debe a la inmadurez de los niños y a su incapacidad de reaccionar de forma adecuada ante ciertas emociones como la ira. En este sentido, es de vital importancia que le enseñes a tu hijo a identificar ese sentimiento y a reaccionar ante el mismo.
El manejo asertivo de los conflictos es ideal en estos casos. Debes enseñarle a tu hijo que cuando una situación le moleste debe apartarse, calmarse y después intentar solucionarlo mediante el diálogo. Además, el pequeño también debe tener en cuenta que no todas estas situaciones se solucionan así de rápido y en algunos casos será necesario acudir al docente.
6. Fomenta una vida familiar sana basada en el respeto
Por último, fomenta una vida familiar sana. Da a tus hijos los gustos que merecen sin sobrecargarlos e intenta no enfocarte en el materialismo. Alimenta el amor en familia y controla lo que hacen tus pequeños sin invadir su espacio.
Hay que estar muy al pendiente de lo que vean en la televisión y de los videojuegos que utilizan. Además, hay que motivar que practiquen algún deporte o alguna actividad complementaria que les ayude a liberar energía y estrés. Por último, si lo consideras necesario busca ayuda profesional, por ejemplo, acude al psicólogo.