¿Qué hacer si mi hijo adolescente tiene ataques de pánico?

Exploramos los principales síntomas de los ataques de pánico en adolescentes y ofrecemos estrategias efectivas para brindar apoyo durante la crisis.
¿Qué hacer si mi hijo adolescente tiene ataques de pánico?
Sharon Capeluto

Escrito y verificado por la psicóloga Sharon Capeluto.

Última actualización: 02 agosto, 2023

Los ataques de pánico son episodios intensos y repentinos de miedo que pueden afectar a personas de todas las edades, incluyendo a los adolescentes. Es importante destacar que no se deben a reacciones fisiológicas directas del consumo de sustancias ni responden a una enfermedad médica.

Su aparición frecuente afecta, de forma considerable, la vida cotidiana de los jóvenes. Pero hay muchas herramientas que se pueden aplicar durante o después de estas crisis que ayudan a reducir los síntomas. Descubre en este artículo una guía básica para comprender mejor esta problemática y saber cómo acompañar a tu hijo en una situación así.

Ataques de pánico en adolescentes: principales síntomas

Son episodios aislados y temporales que se inician de forma abrupta y que alcanzan su máximo nivel de malestar dentro de los primeros 10 minutos. En general, al cabo de algunos minutos los síntomas van disminuyendo hasta que la persona recupera el estado de calma. 

Aunque la sintomatología puede variar de un individuo al otro, suelen darse una combinación de manifestaciones físicas, cognitivas y emocionales. Por ejemplo:

  • taquicardia y palpitaciones
  • mareos y náuseas
  • sudoración excesiva y escalofríos
  • miedo a morir o a perder el control
  • sensación de entumecimiento u hormigueo
  • opresión o malestar torácico
  • malestar físico general
  • estado de alerta

Son sucesos de mucho estrés, desesperación y temor. Ante un ataque de pánico, los adolescentes pueden sentirse confundidos, ya que se preguntan por qué están experimentando estos síntomas alarmantes sin una razón evidente. De hecho, tener miedo y no saber por qué puede retroalimentar esa sensación tan desagradable.



Factores desencadenantes

A menudo, los ataques de pánico en adolescentes se desencadenan sin que exista una amenaza o peligro real presente. Parecen ocurrir fuera de contexto y sorprender a los jóvenes en los momentos menos oportunos: en la escuela, en el transporte público e incluso en un paseo.

Así, los ataques de pánico repetidos pueden generar un ciclo de temor anticipatorio, lo que significa que el miedo a experimentar otro episodio genera aún más ansiedad. En consecuencia, aumenta la probabilidad de que aparezca.

Sin embargo, tal como indica un ensayo de 2016 de la psiquiatra Paula Tayeh, si las crisis se repiten con frecuencia, es posible que respondan a una manifestación de otros trastornos de ansiedad más complejos, como la ansiedad generalizada, la fobia o la ansiedad social.

En otros casos, pueden surgir a partir de una acumulación de estrés académico o estar relacionadas a situaciones específicas de algún aspecto de la vida del joven.



¿Qué medidas tomar ante un ataque de pánico de un adolescente?

Ver a un hijo en una situación de vulnerabilidad puede ser muy abrumador. Es difícil mantener la calma cuando adviertes que su calidad de vida está siendo afectada. No saber cómo actuar en un momento de tanto estrés es más que habitual.

Por eso, compartimos contigo una serie de medidas que puedes tomar cuando tu hijo adolescente experimente un ataque de pánico y también lo que puedes hacer para ayudarlo después del episodio.

Durante la crisis de pánico

Cuando el ataque sucede, la intervención debe ser inmediata. Si identificas que tu hijo está teniendo una crisis de pánico, es imprescindible que trates de estar tranquila para así transmitirle esa serenidad.

Por otro lado, debes tener presente que no a todos les sirve lo mismo. Por eso, lo primero que puedes hacer es preguntarle qué necesita. Si te da una respuesta concreta: «necesito aire», «necesito agua», «necesito estar solo», trata de proporcionarle lo que te ha solicitado.

No obstante, es posible que él no sepa qué necesita o que no logre articularlo. En ese caso, intenta ofrecerle las siguientes alternativas tranquilizadoras.

1. Busca su mirada y hazle saber que estás para ayudarlo

Evita decir comentarios como «cálmate» o «no te preocupes». Mejor, adopta un tono de voz suave pero firme, y dile «aquí estoy», transmitiendo confianza y seguridad.

2. Encuentra un espacio seguro

Dentro de lo posible, llévalo a un lugar donde no haya mucha gente y los estímulos visuales y auditivos sean mínimos. Dirigirse a un sitio exterior donde circule el aire fresco puede ser de gran ayuda.

3. Respira con él

Las técnicas de respiración y relajación son, por excelencia, las estrategias más efectivas para reducir la ansiedad. Así lo señala una investigación realizada en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.

Anímalo a tomar respiraciones lentas y profundas, inhalando por la nariz y exhalando por la boca. Haz tú el ejercicio e incentívalo a acompañar tu ritmo.

4. No restrinjas su movimiento

Es fundamental que le des libertad de moverse según sus necesidades, siempre y cuando no represente un peligro real, claro. Si prefiere sentarse o quedarse de pie, permíteselo. Si prefiere caminar, dale la libertad de hacerlo. Recuerda que se siente en una situación de ahogo y precisa recuperar el control de su cuerpo.

5. Busca ayuda

Si no te sientes capaz de asistirlo porque la situación te abruma demasiado, busca ayuda en alguien más. No tengas miedo de pedir apoyo adicional; no eres una superwoman ni necesitas serlo. Puedes buscar a una persona de confianza, como un familiar, amigo o incluso un profesional de la salud, que pueda estar presente y asistirlo. Si tiene un terapeuta, puedes llamarlo para que te oriente.

¿Y después del ataque de pánico?

Una vez que la sintomatología haya desaparecido, es importante abordar el tema con responsabilidad y, en caso de que los ataques de pánico se repitan, consultar con un profesional de la salud mental especialista en adolescentes.

Un psicólogo puede realizar una evaluación completa, proporcionar un diagnóstico preciso y desarrollar un plan de tratamiento personalizado. Existen muchos recursos disponibles para apoyar a tu hijo de camino a su bienestar.

Tu compañía ayuda más de lo que crees

Recuerda lo valioso que es tu papel en la vida de tu hijo adolescente que enfrenta ataques de pánico. Tu compañía y apoyo incondicional significan más de lo que crees. Estar presente para escuchar, brindar comprensión y afecto sin juicios es esencial en su camino hacia la superación.

No olvides que buscar ayuda profesional y crear un ambiente de confianza son pasos fundamentales para guiarlo hacia la calma emocional. Confía en el impacto positivo que tienes en su vida y en tu capacidad para ser su mayor soporte en este proceso.


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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.