A los tres años, los pequeños tiene en su vocabulario expresivo unas 900 palabras o más. Incluso, se puede ver que ya son capaces de unir tres o cuatro palabras en una frase. Pues bien, con este gran repertorio en su vocabulario ¿qué entiende un niño de tres años cuando le hablamos?.
Sabemos que la comprensión es anterior a la expresión. Así pues, se estima que un niño de tres años es capaz de entender el doble de su vocabulario expresivo. Con tres años, aunque el pequeño tenga “lengua de trapo” y no le entendamos, él es capaz de entender más de lo que algunos adultos creen.
Desarrollo del lenguaje del nacimiento a los tres años
Hay que matizar que el desarrollo del lenguaje no es igual para todos los niños de la misma edad, es decir, que existen variaciones. Estas tienen que ver con factores individuales y ambientales, que pueden llegar a modificar el ritmo de adquisición y desarrollo del lenguaje en las diferentes etapas. Eso sí, siempre dentro de unos rangos razonables.
Las etapas por las que pasa el niño desde que nace hasta adquirir el aprendizaje básico de las estructuras del lenguaje son las siguientes:
- Etapa prelingüística (0-12 meses). Al final del primer año, el pequeño pronunciará sus primeras palabras; “mamá”, “papá” y “tata”. En cuanto a la comprensión, atiende a su nombre y es capaz de entender órdenes simples, como “dame” y “toma”.
- Etapa lingüística (12-18). En esta etapa, el niño comienza un complejo proceso del desarrollo del lenguaje. Es capaz de vocalizar unas 20 palabras y combinar dos juntas; “mamá pan, papá ven…”. Su comprensión va en aumento y, si se le pide, lleva objetos de un lugar a otro.
- Lenguaje telegráfico (18 meses- 3 años). A los dos años, el niño ya es capaz de pronunciar unas 250 palabras. Comienza a entender preguntas y cada vez comprende más instrucciones sencillas.
- Oraciones complejas. (3-6 años). A los tres años, el niño maneja ya unas 900 palabras y a los seis, alrededor de unas 2500. A los seis años, se puede decir que ya ha adquirido el aprendizaje básico de las estructuras del lenguaje.
Lenguaje comprensivo a los tres años
A partir de los tres años, el niño comienza a participar e interactuar en nuevos contextos, como el colegio u otras actividades lúdicas. En consecuencia, su lenguaje se enriquecerá y, por lo tanto, su compresión también.
De los tres a los cuatro años, la comprensión y el lenguaje expresivo del pequeño van a experimentar un gran avance. Durante este año, se producirá una extensión del vocabulario. El infante pasará de utilizar unas 900 palabras a utilizar alrededor de 1200.
Evidentemente, estas cifras son aproximadas. Como hemos dicho anteriormente, no todos los niños tienen el mismo ritmo de desarrollo. Ahora bien, la adquisición y evolución en el desarrollo de lenguaje oral y comprensivo depende de dos factores: individuales y ambientales.
- Factores individuales. Se refieren a la maduración física y psicológica. Si el niño sufre algún retraso en la maduración o algún problema neurológico, el desarrollo de su lenguaje y su compresión, se verá afectado y, por lo tanto, será más lento.
- Factores ambientales. Tienen que ver con el contexto y el ambiente en los que se desenvuelve el niño. Así pues, la llegada de un hermano, la falta de estímulos, de atención y afecto repercutirán negativamente en el desarrollo comunicativo, lingüístico y cognitivo del niño.
Por lo tanto, la familia juega un papel fundamental en el desarrollo del lenguaje oral y comprensivo en los primeros años del niño.
Ofrecer a nuestro pequeño situaciones comunicativas es primordial. Mediante conversaciones en juegos, paseos, lecturas, tareas cotidianas….etc, estaremos favoreciendo en el infante la capacidad de adquirir destrezas visuales, auditivas, táctiles, motrices, cognitivas, sociales…, necesarias y precursoras del lenguaje.
¿Qué entiende un niño de tres años cuando le hablamos?
Como dijimos anteriormente, de los tres a los cuatro años, la comprensión y el lenguaje expresivo del niño van a experimentar un gran avance. A esta edad, el pequeño es capaz de comprender bastante más de lo que puede expresar. Así, un niño de tres años es capaz de:
- Responder si le llaman.
- Entender preguntas y responder a ellas.
- Comprender y realizar dos órdenes sucesivas.
- Entender algunos colores y los nombres de algunas figuras geométricas, como el círculo y el cuadrado.
- Saber a quiénes nos referimos cuando hablamos de los miembros de la familia: hermano, abuela, tía, primos…
- Comienza a entender relaciones espacio-temporales sencillas, tales como mañana y noche.
- Dominar y entender palabras comunes genéricas (perro, gato, casa, coche, pera…), pero no las categorías más generales.
- Comienzan a comprender conceptos abstractos como guapo, feo, lejos, cerca…
- Seguir la narración de un cuento sin necesidad de soporte visual.
¿Cómo hablar al niño para favorecer el desarrollo del lenguaje oral y comprensivo?
- Hablar siempre despacio y claro si queremos que nos entienda y que aprenda a vocalizar.
- Aunque parezca insignificante, es importante hablar al pequeño de frente y a su altura. Este gesto hará que el pequeño tenga más predisposición a escucharnos y, por lo tanto, entendernos.
- Debemos utilizar un vocabulario familiar, con palabras conocidas referidas a objetos y personas de su entorno cotidiano.
- Es fundamental hablar y mantener conversaciones con el infante siempre que tengamos ocasión. En particular, es beneficioso comentar con nuestro pequeño las tareas cotidianas, describir lugares al pasear, leer cuentos…
- Igualmente, debemos darle la oportunidad de expresarse, aunque, en ocasiones, no entendamos bien lo que nos quiere decir.
- Si el niño se equivoca o dice mal alguna palabra, le corregiremos repitiendo correctamente la palabra de forma natural. De esta manera, evitaremos que el niño se frustre por su forma de hablar.
A tener en cuenta sobre qué entiende un niño de 3 años cuando le hablamos
Tanto el lenguaje oral como el comprensivo es una función y una habilidad que se aprende naturalmente. Sin embargo, es fundamental la interacción con el entorno social, en especial, con la familia, pues los niños aprenden a hablar y a comprender en su entorno familiar. Más tarde, su lenguaje y compresión se enriquecerán en otros contextos como la escuela u otras actividades lúdicas.
Es fundamental ofrecer al niño interacciones comunicativas de calidad en las que el pequeño tenga la oportunidad de expresarse y comunicarse. No importa si el infante no entiende todo lo que decimos, aun así, debemos hablarle y mantener conversaciones con él. Este acto comunicativo favorece tanto su lenguaje expresivo como comprensivo. Igualmente, debemos darle la oportunidad para expresarse, aunque no entendamos bien lo que dice.
Bibliografía
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- Goodman, K. (2008). El lenguaje integral: un camino fácil para el desarrollo del lenguaje. Borrero, M.(Comp.). Lecturas complementarias para maestros: leer y escribir con niños y niñas, 107-126.