Prostaglandina para la inducción del parto

Prostaglandina para la inducción del parto
Francisco María García

Escrito y verificado por el abogado Francisco María García.

Última actualización: 12 mayo, 2020

En ocasiones, por diversas circunstancias asociadas a la madre o al bebé es necesario inducir el parto. Dentro de los métodos usados para tal fin, se encuentra el suministro de prostaglandina, una sustancia que favorece la maduración del cuello uterino.

A continuación te enseñamos qué es, cuál es su función para la inducción al parto y cuándo se utiliza.

Componente natural del organismo

La prostaglandina es una sustancia de carácter lipídico. Actúa como una hormona sobre diferentes sistemas del organismo, entre ellos, el sistema reproductor. Dentro de las funciones en las que interviene, está la de provocar la contracción de la musculatura lisa. Esto es fundamental al hablar del útero de la mujer, especialmente en el momento asociado al trabajo de parto.

Regula el sistema inmunológico e interviene en la vasodilatación y en la regeneración celular, además de estimular las terminaciones nerviosas del dolor. Se encuentra en pequeñas cantidades en el semen. Lo cual favorece la contracción del útero y la movilidad de los espermatozoides hacia las trompas de Falopio.

Se libera, también, durante la menstruación para facilitar el desprendimiento del endometrio. Está presente, pues, en diversas funciones del organismo.

Las revisiones y controles médicas durante el embarazo son de gran importancia para la salud de la madre y del bebé.

La prostaglandina durante el embarazo

Esta sustancia, que es segregada por las membranas de la bolsa de aguas y está presente en el líquido amniótico, es la responsable de ablandar y madurar el cuello del útero (o cérvix). Esta maduración hace que el cérvix se dilate y se afine hasta casi borrarse. De manera tal que la bajada y posterior salida del bebé sea más fácil.

Además de lo anterior, la prostaglandina interviene en la activación de las contracciones durante el momento del parto.

No obstante, hay muchos casos en los que este proceso no se genera de forma natural o existen ciertos problemas que ponen en riesgo la salud de la madre y el bebé. Entonces, se vuelve necesario interrumpir el embarazo e inducir el parto.

Administración de prostaglandinas

Entre los métodos utilizados para inducir el trabajo de parto, se encuentra al uso de prostaglandinas. Estas sustancias, como dijimos anteriormente, activan el trabajo de contracción uterina. Intervienen fundamentalmente en la maduración del cuello del útero o cérvix, lo ayudan a dilatar y lo preparan para las contracciones.

Si los médicos, tras controlar el cuello uterino, consideran que este no ha comenzado el proceso de maduración, es decir, a ablandarse y afinarse, posiblemente deban recurrir a este método.

Habitualmente las prostaglandinas se administran por vía vaginal. Se aplican directamente en el cuello del útero, mediante una especie de tampón o por medio de un gel intracervical. No obstante, también pueden suministrarse por vía oral, tomando píldoras.

Motivos por los cuales se decide la inducción

Algunas de las causas que llevan a tomar la decisión de inducir el parto son:

  • La fecha de parto probable ya ha pasado y no hay evidencias de que se vaya a producir el nacimiento. Cumplida la semana 40- 41 de embarazo, que es el período normal de gestación, se pueden tomar diferentes medidas. Si aún no hay señales de trabajo de parto es posible que se decida inducirlo. De lo contrario, puede ser peligroso para el bebé ya que la placenta pierde eficacia y pasa menos nutrientes al niño.
  • Se ha roto la fuente de aguas y las contracciones no dan comienzo. En este caso, existe el riesgo de contraer una infección en el útero materno o traspasarla al bebé.
  • Presencia de alguna enfermedad crónica que pone en riesgo la salud de la madre y la del bebé, como diabetes o hipertensión arterial, entre otras.

Otros métodos para inducir el parto

Además de administrar prostaglandina, existen otras formas de inducción del parto:

  • Desprendimiento de las membranas. Se practica en el caso en que el cuello uterino ya esté algo dilatado y no exista ningún riesgo. El médico introduce el dedo en el cuello del útero y despega la bolsa de la parte baja del útero. Esto libera prostaglandinas y de esa forma se acelera la maduración del cuello.
  • Rotura de la bolsa amniótica. Habitualmente se realiza como complemento de otros métodos. En este caso, el médico o matrona introduce un instrumento con un pequeño gancho en la punta que rompe la bolsa. Es un mecanismo indoloro que acelera la liberación de prostaglandinas y desencadena contracciones.
  • Inducción con oxitocina. Generalmente se administra cuando el cuello del útero está maduro, es decir, después de que las prostaglandinas lo han preparado. Esta sustancia favorece la dilatación y aumenta las contracciones. Se administra por vía intravenosa y la madre debe estar controlada para observar la evolución de su estado.

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