Problemas de masticación en niños

Que los más pequeños ingieran todos los nutrientes que necesitan es una preocupación común de sus padres. A veces, en el intento de garantizar que coman variado, se prolonga la alimentación blanda y aparecen los problemas de masticación en niños.

La masticación es una habilidad que los bebés van adquiriendo durante su crecimiento. Ofrecerles alimentos sólidos, en pequeños trozos, acompañándolos en su aprendizaje, es fundamental.

En las siguientes líneas te contamos cómo aprenden los bebés a masticar y los problemas que pueden presentarse durante este proceso. También mencionamos algunos consejos para ayudar a los pequeños a ejercitar esta práctica.

El proceso de la masticación

La masticación es la función que prepara los alimentos en la boca para facilitar su paso al esófago y luego al estómago, en vistas a ser digeridos. Este mecanismo es aprendido por el niño y es necesario para el correcto crecimiento de las estructuras orofaciales.

En el proceso masticatorio participan estructuras como los dientes, los maxilares, las mejillas, el paladar, los labios y la articulación temporomandibular. Los músculos de la masticación son los encargados de dar movilidad a los huesos maxilares, permitiendo la apertura y el cierre de la mandíbula.
Durante la masticación se favorece el crecimiento de las estructuras que intervienen en el proceso. Por eso, es importante que los pequeños vayan afianzando y mejorando los movimientos hasta lograr masticar con ambos lados.

El momento para que el niño comience a practicar esta nueva función es después de los 6 meses de edad. Cuando erupcionan las piezas dentarias, la comida puede ofrecerse en trozos, incorporando de manera paulatina y progresiva nuevos sabores y texturas.

El niño debe seguir una evolución en los alimentos que incorpora. Al inicio, se ofrecen consistencias blandas, como las papillas y los purés, y luego se agregan texturas más duras.

“Otros aspectos importantes de la alimentación y los alimentos complementarios son la atención a la textura de los alimentos, que refleja la capacidad del niño para masticar y tragar, la frecuencia adecuada de las comidas, la densidad energética y el contenido de nutrientes, y el uso de suplementos vitamínicos y minerales o de productos enriquecidos, cuando sea necesario”.

– Organización Mundial de la Salud (OMS) –

Es importante que los adultos supervisen y acompañen los momentos en que los bebés se alimentan. No solo para evitar accidentes, sino también para que los pequeños puedan imitar los movimientos masticatorios de los mayores.

Causas de los problemas de masticación en niños

La masticación, como ya mencionamos, es importante para el correcto desarrollo de las estructuras orofaciales del niño. Además, es vital para la correcta digestión de los alimentos, teniendo un rol fundamental en la nutrición.

Pero algunas veces esta función está alterada, lo que dificulta la alimentación y el crecimiento bucal correcto de los pequeños. La causa más común de un problema de masticación en niños es la falta de estímulo adecuado.

Una alimentación blanda prolongada, sin la incorporación de alimentos sólidos, hace que los niños no puedan ejercitar los movimientos ni fortalecer las estructuras masticatorias.

Algunos pueden presentar selectividad alimentaria o rechazo a los alimentos. Las causas de estas problemáticas pueden obedecer a la combinación de factores médicos, conductuales y sensoriomotores.

Los problemas de masticación en niños pueden deberse a alteraciones en las estructuras que intervienen en el proceso, como huesos y dientes. La pérdida de piezas dentarias, las que se encuentran en malposición, la movilidad dentaria o el dolor de los dientes, por ejemplo, son causas de una masticación dificultosa.

También los trastornos funcionales, como la respiración bucal, o hábitos disfuncionales que prolongan la alimentación infantil pueden ser origen de esta problemática.

Muchas veces, la intervención de especialistas, como ortodontistas y logopedas, es necesaria para revertir las causas que están detrás de los problemas de masticación en niños. Consultar y quitarse todas las dudas respecto al proceso de alimentación es lo ideal para acompañarlos en esta etapa.

¿Cuáles son los problemas de masticación en niños más frecuentes?

Más allá de la causa que los origine, se pueden presentar algunos de los siguientes problemas de masticación en niños:

• Masticación unilateral: algunos pequeños se acostumbran a masticar de un solo lado. Esto puede repercutir en el equilibrio oclusal, generar tensión y dolor en los músculos de la cara, la cabeza, el cuello y la espalda. Además, genera asimetrías en el crecimiento facial, alteraciones en la postura y maloclusiones.
• Maloclusiones: dientes que no contactan como deben o maxilares que no se relacionan de manera correcta son un problema de masticación en niños. Así, mordidas cruzadas, mordidas abiertas, dientes apiñados, diastemas y sobremordidas son situaciones que alteran la masticación de los pequeños.
• Dolor al masticar: dientes con dolor por caries, infecciones, inflamaciones del nervio o fracturas son causantes de una masticación alterada. También se puede afectar por lesiones en los tejidos blandos, como procesos inflamatorios, aftas y ampollas. Problemas en la articulación temporomandibular también ocasionan dolor al masticar.
• Trastornos del habla: los problemas masticatorios dificultan el correcto desarrollo de las estructuras que intervienen en el habla. Así, la articulación de algunos fonemas puede verse afectada cuando la masticación no se realiza de manera adecuada.

Consejos para ayudar al niño a masticar

Algunos problemas de masticación en niños no se pueden evitar, pero estimular esta función puede prevenir varios inconvenientes. Estos consejos se deben tener en cuenta a la hora de alimentar a los más pequeños:

• Introducir nuevos alimentos: ofrecer sabores y texturas diferentes cada semana, aumentando la dureza de los alimentos de manera progresiva. Dejar de triturar las comidas y pisar las verduras con tenedor, por ejemplo, permite encontrar trozos más grandes que ejercitan la masticación.
• Dejar al niño comer solo: permitir al pequeño comer con sus manos lo que él elija del plato le ayuda a explorar los alimentos, ganar autonomía y mejorar su motricidad y coordinación.
• Generar un momento tranquilo: se deben evitar distracciones como la televisión y generar un ambiente agradable.
• Comer con el niño: compartir la mesa y servirle la misma comida que comen todos (a menos que se trate de un alimento muy duro o peligroso). Sentarlo con los adultos estimula el ejemplo para imitar movimientos.
• Tener paciencia: el aprendizaje de esta habilidad requiere constancia, tiempo y comprensión. Se debe evitar insistir o gruñir al pequeño durante su alimentación. Si el niño se niega a comer sólidos, se debe intentar en otra oportunidad y no insistir en ese momento.
• Evitar comidas peligrosas: no se deben ofrecer alimentos muy duros o pequeños por el riesgo de atragantamiento. Además, se deben preferir comidas nutritivas y naturales sin el agregado de conservantes, sal ni azúcar.
• Motivar al pequeño: cuando el niño ya ha logrado la destreza, es hora de estimular que lo haga de manera correcta. Se debe prestar atención a que mastique con la boca cerrada, de ambos lados y varias veces antes de tragar. Animarlo a hacerlo cada vez mejor es lo ideal.

Acompañar el proceso de aprendizaje

A veces los pequeños se resisten a las nuevas texturas de los alimentos sólidos. Además, pueden sentirse fatigados por el mayor esfuerzo que implica la masticación. Practicar es la clave para que puedan evolucionar en su alimentación y evitar los problemas de masticación. La curiosidad será lo que más los motive a aprender los nuevos movimientos para comer.

Es importante recordar que cada niño tiene su tiempo de aprendizaje. El acompañamiento de los adultos, con amor, creatividad y respeto es fundamental para ayudarles a progresar en sus intentos.