El problema de los niños en la actualidad, es la falta de valores

La realidad ha cambiado y a su paso, los métodos de crianza. Muchas personas piensan que todo tiempo pasado fue mejor, pero eso no es necesariamente cierto. El problema de los niños en la actualidad es la falta de valores. Sí, vivimos en un mundo distante al de nuestros abuelos, pero eso no significa que ahora como padres no podamos criar a niños buenos y felices.  

Tanto las madres como los padres somos responsables de la manera en la que educamos a los niños. Y debemos tomar conciencia de que esto será la base para que en un futuro sean adultos responsables y educados y no personas abusivas y carentes de moral.

Por eso, no importa mucho si consideramos que las infancias de antes eran más felices, porque el pasado ya se fue. Existe el presente y el ahora: los retos que conlleva la modernidad y la manera en la que asumimos la crianza de nuestros hijos.

¿Cómo afecta a los niños la falta de valores?

El hecho de que los hijos adopten e interioricen el significado de los valores morales depende de las conductas que observan a su alrededor, especialmente de sus padres. De ahí la importancia de propiciar conversaciones sinceras en torno a los sentimientos y a los principios de respeto, igualdad, equidad, tolerancia y honestidad.

Un niño al que no se le corrige con amor cuando se equivoca, muy probablemente se convertirá en un adulto abusivo y grosero.

Cuando dejamos la crianza de los hijos a un segundo plano y no pasamos tiempo de calidad con ellos para inculcarles los valores elementales, es probable que de mayores nunca sientan la importancia de ser buenas personas.

¿Cómo evitar la falta de valores en el hogar?

En la relación de padres e hijos se empiezan a gestionar emociones y modelos de empatía con los cuales los niños aprenden a desarrollar las conductas sociales. Y cuando las ven, las incorporan y luego, las aplican con los demás.
El hogar es en núcleo íntimo donde los pequeños conocen lo que está bien y lo que está mal y toman de referencia a sus padres y cuidadores para sacar sus conclusiones.

Por lo tanto, vamos a compartirte algunas prácticas para evitar la falta de valores en tu hijo.

1. Promueve el respeto

El respeto no es sinónimo de tenerle miedo a los padres, sino de valorar al otro por el mero hecho de existir. Esto es aún más importante en las personas que más se quiere, como son los padres y los hijos.

Por otro lado, el respeto no se pide con palabras, sino que se consigue con cariño y con la puesta de unos límites claros.

2. Sé el ejemplo de empatía

Hazle saber a tu hijo desde pequeño que todos los demás son tan valiosos como él, a pesar de vivir realidades diferentes.

El fomento de la empatía desde la infancia genera adultos más conscientes y preocupados por los otros, capaces de alzar la voz ante las injusticias y los atropellos.

3. Enséñale a ser tolerante

Tu niño no se encuentra solo en este mundo y no siempre podrás estar con él para solucionarle sus problemas. Por eso, incúlcale el respeto a la diferencia y a las opiniones diversas, para que logre manejar sus emociones cuando se presenten las situaciones de conflicto.

4. Inculca la importancia de la gratitud

Está bien que quieras darle a tu hijo todo lo que no tuviste, pero enséñale desde pequeño a estar agradecido de ese privilegio. Promueve la importancia de dar las gracias incluso por las cosas más mínimas, pues así sabrá el valor de los detalles.

5. Siempre sé sincera

Si quieres que tu hijo no diga mentiras, nunca le mientas. Como mamá, eres el modelo por seguir de tu pequeño, así que procura enseñarle mediante el ejemplo que ser honesto es uno de los valores más importantes que toda persona puede tener.

Nunca permitas la falta de valores

Los niños problemáticos seguirán existiendo por naturaleza, pero esas conductas de abuso no pueden ser permitidas ni toleradas por ninguna mamá.

Los sentimientos de las demás personas son tan valiosos como los de tu hijo y que nadie, por más cariño que le tenga, puede pasar por encima de él sin importarle en lo más mínimo su dolor.

La falta de valores en los niños o la consolidación de estos depende del tiempo que pasemos con nuestros hijos y de las herramientas que les brindemos en el día a día para gestionar sus emociones y ser empáticos con las de los demás. Si no los corregimos a tiempo, los pequeños se sentirán en el derecho de perpetuar aquellas acciones que solo hieren a los demás y más importe aún, a ellos mismos.