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Cómo prevenir la gingivitis en la adolescencia

8 minutos
Durante la adolescencia, las encías pueden inflamarse y sangrar. Por fortuna, la gingivitis se puede prevenir y aquí te contamos cómo hacerlo.
Cómo prevenir la gingivitis en la adolescencia
Última actualización: 27 julio, 2022

Las encías inflamadas, rojas y sangrantes no son un problema exclusivo de los adultos. Por el contrario, la gingivitis también ocurre durante la niñez y la adolescencia.

La mala higiene bucal y el acúmulo de placa bacteriana actúan como irritantes del tejido gingival y desencadenan su inflamación. Pero los cambios endocrinos, físicos y de comportamiento propios de la pubertad también afectan a la salud oral.

La buena noticia es que si se controlan algunos factores locales, la gingivitis en la adolescencia se puede prevenir. Sigue leyendo y entérate qué puedes hacer para evitarla.

¿Qué es la gingivitis?

La gingivitis es la inflamación de las encías. Cuando se desarrolla, el tejido gingival se agranda, se torna rojo intenso, duele y sangra durante el cepillado o al mínimo contacto. El mal aliento y los depósitos de placa bacteriana y sarro sobre los dientes completan el cuadro.

Cuando dicha inflamación no se trata, puede evolucionar hacia la enfermedad periodontal. Esta situación no es tan común en los jóvenes, pero es una posibilidad. Por eso, es crucial prevenir la gingivitis en la adolescencia y tratarla de inmediato en caso de desarrollarse.

En la periodontitis hay una inflamación (y una infección) profunda que afecta los tejidos de sostén de los dientes. El hueso se destruye y el periodonto se deteriora, lo que compromete el soporte dentario. Así, las piezas dentarias se mueven e incluso, se pierden.

La gingivitis en la adolescencia

La pubertad es un período de muchos cambios, tanto físicos como emocionales. El incremento de las hormonas sexuales y las modificaciones corporales caracterizan esta etapa. Pero las nuevas experiencias y las conductas rebeldes se suman a dicha transformación.

A nivel interno, aumentan las hormonas esteroideas y esta situación afecta temporalmente la salud de las encías. Por ejemplo, favorecen al agrandamiento gingival y a su inflamación, incluso cuando hay una mínima cantidad de bacterias en la boca.

Asimismo, existen otros factores que también influyen en la salud gingival, como los que resultan de los nuevos hábitos y conductas de los jóvenes.

Una higiene bucodental deficiente provoca el acúmulo de bacterias y restos de comida sobre dientes y encías. Así se forma la placa bacteriana que cuando no se elimina, se calcifica con los minerales de la boca y forma el sarro. Este irrita la encía y la inflama.

Los cambios en la dieta y la elección de comestibles pocos saludables son hechos bastante frecuentes entre los adolescentes. Pero optar por refrescos, golosinas y ultraprocesados favorece a la proliferación bacteriana.

Las caries, el apiñamiento dental, las malposiciones dentarias y los aparatos de ortodoncia también hacen lo suyo, pues retienen placa bacteriana en la boca y esto complica la salud gingival. La erupción de las últimas piezas permanentes o la respiración bucal también son factores predisponentes para la gingivitis.

Finalmente, el tabaquismo o los piercings en la boca forman parte de los comportamientos sociales comunes en esta etapa, pero potencialmente dañinas para los tejidos orales.

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Algunos hábitos típicos de los adolescentes, como fumar, beber alcohol o abusar de la comida “basura” pueden causar grandes perjuicios sobre su salud bucodental.

Prevenir la gingivitis en la adolescencia

Si bien es cierto que los cambios hormonales que suceden en la pubertad no se pueden evitar, sí se puede actuar sobre los factores externos asociados a la génesis del problema.

Dejar de ser niños es un hito que promueve la búsqueda de la independencia y de la diferenciación de los adultos de referencia. Así mismo, los cambios de intereses, la desmotivación por la higiene personal y la irresponsabilidad en el cuidado de la boca son cuestiones típicas de esta etapa de cambios.

Los padres juegan un papel importante en el acompañamiento de sus hijos, sobre todo durante la adolescencia. Por eso, deberán buscar estrategias que les permitan seguir presentes, pero darles espacio y motivarlos a cuidar su salud oral.

A continuación, te contamos algunas acciones que ayudan a prevenir la gingivitis en la adolescencia:

1. Mantener una adecuada higiene oral

Una adecuada higiene bucodental es clave a la hora de prevenir cualquier enfermedad bucodental. Cuanto más controlada esté la proliferación bacteriana, menores serán las probabilidades de desarrollar una inflamación del tejido gingival.

Para esto, es importante que el adolescente se cepille sus dientes y encías de manera adecuada, al menos 2 veces al día. Debe procurar llegar a todas las caras de cada elemento presente en la boca y dedicarle como mínimo 2 minutos a esta limpieza.

El cepillado debe realizarse con pasta dental con flúor y debe incluir también la higiene de la lengua. Además, es recomendable que el joven use hilo dental una vez al día, para remover la suciedad que se acumula entre los dientes. Incluso, el odontólogo puede sugerir el uso de algún colutorio especial para completar la rutina de higiene.

Ante la falta de interés de los adolescentes por la limpieza de su boca, los padres pueden recordarles los riesgos a los que se exponen si no cuidan su dentadura. La mayoría de las piezas dentarias en su boca son las permanentes, por lo que las consecuencias de sus acciones actuales repercutirán en la salud bucodental del resto de sus vidas.

El interés por su aspecto físico y la aceptación de los pares es otro argumento de los cuales los padres se pueden valer para motivar a sus hijos a ocuparse más de su higiene bucal. Reflexionar sobre los beneficios sociales de tener una sonrisa sana y atractiva, o de los perjuicios de sufrir mal aliento y manchas en los dientes, es una buena estrategia.

2. Prestar atención a la dieta

La adolescencia conlleva las primeras salidas solos y la posibilidad de elegir qué comer fuera del hogar. La selección de un menú saludable es fundamental para prevenir la gingivitis y otras enfermedades bucales típicas de la adolescencia.

De hecho, en esta etapa ocurre un nuevo pico de crecimiento y los chicos necesitan un mayor aporte nutricio que el que requerían años atrás. Así, la ingesta de calcio, proteínas, minerales y vitaminas deben ser suficiente en estos años claves.

Lo ideal es evitar los tentempiés, los dulces, los refrescos y los ultraprocesados. Pues no solo no aportan los nutrientes que se necesitan, sino que además predisponen a sufrir varias enfermedades.

Lo ideal es reflexionar con los jóvenes respecto a los beneficios y a las consecuencias negativas del consumo de ciertos comestibles. Incluso, buscar otras estrategias que les permitan cuidar su boca en caso de elegir esas comidas, como cepillarse los dientes al terminar.

Por otro lado, es beneficioso disponer de alimentos y de preparaciones más saludables en el hogar y que haya pocos productos industrializados disponibles en la alacena. Así, cuando el joven esté en la casa, podrá elegir comidas que le hagan bien.

3. Cuidar los hábitos, la adopción de ciertas modas y las nuevas conductas

La adolescencia es un momento de experimentación de nuevas situaciones y sensaciones. La aprobación de sus pares y la búsqueda de pertenencia en los grupos sociales pueden llevarlos a elegir algunas opciones que atentan contra su salud.

Fumar es uno de los ejemplos más comunes y varios adolescentes inician este hábito en este momento. Esto trae consecuencias negativas para la salud en general, incluida la boca.

Evitar el cigarrillo es fundamental a la hora de prevenir la gingivitis en la adolescencia. Reflexionar con los jóvenes sobre lo perjudicial de este hábito, sus efectos nocivos en todo el cuerpo y la dificultad para dejar una adicción puede ayudarlos a tomar decisiones sanas.

Movidos por la moda o la búsqueda de su propio estilo, los jóvenes pueden perforarse la lengua, los labios o ponerse joyas en los dientes. La colocación de piercings dentro de la boca es otra de las acciones que puede predisponer a la gingivitis.

Visitar al dentista y conocer el daño que estos accesorios provocan en la boca ayuda a tomar decisiones más conscientes. Buscar otros sitios del cuerpo menos perjudiciales y más higiénicos para lucir las perforaciones también es una buena estrategia para prevenir la gingivitis.

Durante la pubertad y el comienzo de la edad fértil, muchas mujeres adolescentes comienzan a utilizar píldoras anticonceptivas. El uso continuado de estos medicamentos podría tener repercusiones en la salud gingival. Por eso, es clave que la medicación sea prescripta por una médica ginecóloga que controle la respuesta del cuerpo al fármaco. Incluso, que pueda sugerir alternativas en caso de constatarse los efectos indeseados.

Extremar las medidas de higiene oral y mantener bajos niveles de placa bacteriana también ayuda a prevenir la gingivitis si se utilizan anticonceptivos.

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Las visitas periódicas al odontólogo permiten detectar a tiempo cualquier afección y tratarla antes de que derive en una complicación mayor.

4. Visitar al dentista de manera regular

Acudir a las revisiones odontológicas regulares, cada seis meses, es una acción clave para prevenir la gingivitis en la adolescencia. Así, el profesional puede diagnosticar y tratar cualquier problema de la boca a tiempo y evitar complicaciones.

Además, periódicamente, el dentista realiza limpiezas profesionales para eliminar placa bacteriana, sarro y manchas que el cepillado no logra quitar y con esto favorece la salud de las encías. Colocar flúor o hacer selladores en las nuevas muelas también son estrategias que se pueden implementar para mantener la boca saludable.

El odontólogo informa, enseña, motiva y educa al adolescente sobre la importancia y las maneras de cuidar su boca. Y cuando el joven ignora los consejos de sus padres, el dentista puede convertirse en una voz que el adolescente elija escuchar.

Acompañar para prevenir la gingivitis en la adolescencia

La adolescencia puede ser una etapa muy difícil para algunos jóvenes y también para sus padres. Y la aparición de enfermedades ante los cambios propios de este momento siempre son un posible agregado.

Se debe entender que la presencia responsable de los padres es clave para prevenir muchas enfermedades de la boca comunes de la adolescencia. La comunicación y el acompañamiento respetuoso son eficaces para cuidar de estos hijos que muy pronto se convertirán en adultos.


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