¿Por qué los niños mojan la cama según la psicología?

Si tu hijo moja la cama, intenta mantener la calma. Descubrir las causas subyacentes es el mejor modo de poder ayudarlo.
¿Por qué los niños mojan la cama según la psicología?
Elena Sanz Martín

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Última actualización: 02 noviembre, 2021

El control de esfínteres es uno de los mayores hitos en el desarrollo infantil. Aunque suele alcanzarse entre los dos y los cuatro años de edad, cada niño sigue su propio ritmo y este proceso puede alargarse de forma variable en función del caso.

Aun así, cuando se sobrepasa la edad comúnmente establecida podemos estar ante un problema que requiere intervención médica o psicológica. Por este motivo, hoy te vamos a explicar por qué los niños mojan la cama.

¿Existe un problema cuando los niños mojan la cama?

El fenómeno por el cual los niños mojan la cama se denomina enuresis y puede ser de diversas clases:

  • Si el niño nunca ha logrado el control vesical, nos encontramos ante una enuresis primaria.
  • En cambio, si ha sido capaz de retener apropiadamente la orina durante al menos seis meses y de pronto pierde esta capacidad, hablamos de enuresis secundaria.
  • Además, según el momento del día en el que se produce la pérdida de orina, el niño puede presentar enuresis diurna, nocturna o mixta.

En cualquier caso, identificar las causas subyacentes es fundamental para poder actuar.

Como hemos comentado, la adquisición del control de los esfínteres se logra a una edad variable entre los niños.

No obstante, sigue una secuencia determinada: primero aprenden a controlar la evacuación de los intestinos (continencia fecal), luego adquieren el control urinario diurno y finalmente, el control urinario nocturno. Así, es posible que un niño pueda estar sin pañal durante el día y necesite usarlo por la noche.

En relación a lo anterior, para considerar que el infante que moja la cama tiene alguna patología han de cumplirse algunos criterios diagnósticos:

  • Emisión repetida de orina (ya sea en la cama o en la ropa) con frecuencia de al menos dos veces por semana, durante tres meses consecutivos o más.
  • Malestar significativo en el niño, deterioro de sus vínculos sociales o de su desempeño académico a causa de la pérdida de orina.
  • Edad cronológica de cinco años o mayor, o un grado de desarrollo equivalente.
  • Ausencia de una afección médica conocida que la provoque, como la diabetes, la espina bífida o el uso de determinadas sustancias (como los diuréticos).
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¿Por qué los niños mojan la cama?

Aunque existe cierta controversia al respecto, la creencia más común es que la enuresis primaria y la secundaria responden a causas diferentes. De esta forma, en el primer caso se la suele vincular a factores genéticos o hereditarios y en el segundo caso, toman protagonismo los factores psicoafectivos.

A continuación, comentaremos las causas más comunes por las cuales los niños mojan la cama.

1. Historia familiar de enuresis

Como hemos adelantado, la enuresis puede tener un componente hereditario.

Así, en los niños cuyos progenitores no mojaron la cama la incidencia promedio es inferior al 15%, mientras que en aquellos que cuentan con antecedentes familiares el riesgo es mayor: 45 % cuando uno de los padres padeció enuresis en la infancia y 77 % cuando ambos padres la presentaron.

2. Causas fisiológicas

Se ha encontrado que, con frecuencia, los niños que mojan la cama presentan una vejiga más pequeña que sus pares. Esto hace que necesiten orinar con mayor frecuencia durante el día y que sean incapaces de retenerla toda la noche.

Además, estos pequeños pueden presentar dificultades para retrasar la micción urgente. Es decir, no cuentan con la capacidad de inhibir la contracción del músculo detrusor de la vejiga tras el deseo de orinar. Por ende, esto les impide llegar al baño a tiempo.

3. Sueño profundo

Cuando los niños mojan la cama por la noche es posible presenten un sueño muy profundo. Al no alternar tanto con los estadios de sueño más superficiales, su umbral para despertarse es elevado y no logran percibir la necesidad de orinar. Así, no se despiertan y acaban por mojar la cama.

4. Factores hormonales

Al contrario de lo que sucede en el resto de los niños, algunos pequeños que mojan la cama no producen hormona antidiurética por las noches. Esto hace que sus riñones produzcan una alta cantidad de orina durante el reposo nocturno y esto favorezca a la micción involuntaria.

5. Causas psicológicas y emocionales

Los factores psicológicos y emocionales también pueden jugar un rol importante en este problema, especialmente cuando hablamos de enuresis secundaria.

Los niños pueden volver a mojar la cama cuando enfrentan etapas de transiciones o de grandes cambios que impliquen elevados niveles de estrés.

Por ejemplo, un divorcio, el nacimiento de un hermano, una mudanza o la muerte de un ser querido. Así mismo, cuando existen conflictos familiares o escolares que provocan cierto grado de angustia y ansiedad en el pequeño.

Niño sentado en el suelo pasando por un trastorno de estrés postraumático.

¿Qué hacer cuando los niños mojan la cama?

Es importante señalar que la enuresis tiene un excelente pronóstico a futuro y que en la gran mayoría de los casos, se resuelve a medida que el niño crece. No obstante, algunos casos pueden persistir hasta la adolescencia.

Aún así, la familia puede aplicar algunas pautas para contribuir a mejorar la situación:

  • No humillar, culpar o castigar al niño. Recordemos que la enuresis nocturna es involuntaria e inconsciente y por ende, el menor no busca perjudicarnos o molestarnos de esta manera. Seamos pacientes y comprensivos para no generar daños emocionales adicionales.
  • Tras el escape de orina, pedirle al pequeño que nos ayude a cambiar las sábanas. No como castigo, sino como una consecuencia natural del proceso. Además, esto puede ayudar a rebajar la culpa del menor, ya que puede colaborar con la resolución del inconveniente.
  • Asegurarnos de que el niño no tome demasiados líquidos por la noche y que vaya al baño antes de acostarse.
  • Otra medida eficaz es levantarlo durante la madrugada y llevarlo a orinar.
  • Premiar y reforzar verbalmente los días en las que se logra despertar seco.

Por último, si la situación continúa es importante buscar ayuda profesional. De este modo, se pueden descartarse algunas causas orgánicas o aplicar tratamientos psicoterapéuticos para ayudar al niño a superar sus dificultades.

El entrenamiento en retención voluntaria, el entrenamiento en cama seca o la utilización de dispositivos de alarma son algunas de las opciones más eficaces.

Ante todo, hay que abordar el proceso con paciencia y comprensión, ya que tarde o temprano tu hijo dejará de mojar la cama. En contraparte, los daños emocionales derivados de una posible humillación pueden perdurar de por vida.


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