A veces los padres nos preocupamos más de la cuenta, pero hay casos donde es comprensible nuestra preocupación. Por ejemplo, es normal que los niños se caigan mucho, pero, ¿es normal si mi hijo se cae muy seguido?
Al parecer, esto tiene que ver con la misma independencia que presenta cada niño en relación a su desarrollo. Algunos pequeños comienzan a hablar más rápido que otros y su aprendizaje general es más precoz. Por lo tanto, cosas que son sencillas para algunos, a otros le pueden costar mucho.
Cuando comienzan a caminar resulta igual de diferente entre los niños. Si comparamos al nuestro con un primo o amigo de su misma edad, quizá hallemos diferencias que nos preocupen. Sin embargo, esto no quiere decir que haya razón de alarma. No todos caminarán al mismo tiempo y con la misma habilidad.
Entre los diez y los dieciséis meses, es la etapa donde comenzarían a caminar la mayoría de los bebés. Pese a ello, no es un período estándar; es decir, algunos pueden hacerlo antes o después. Para poder llegar a andar sin caerse se necesita practicar, por lo tanto, si se cae es porque está aprendiendo.
¿Cuándo aprenden a caminar sin caerse?
Aunque no hay un plazo exacto para que comiencen a caminar, podría abarcar desde los ocho meses al año y medio según la Asociación Española de Pediatría. Sin embargo, esto no quiere decir que inmediatamente aprenderán a hacerlo. Para que puedan caminar sin caerse tendrán que haberse caído varias veces.
Es normal si se cae demasiado. Sin embargo, a veces esto impide que aprendan porque tendrán miedo, sobre todo si se han lastimado. Muchos niños son extremadamente precavidos, por lo tanto no caminarán hasta estar seguros de no caer.
De manera que, para los pediatras es normal tanto que se caigan frecuentemente, como que no lo hagan. Al respecto, se cree que no nos preocuparía tanto si nunca se cae, pero no es así como suele ocurrir. La destreza para caminar se adquiere a veces sin que lo notemos. No obstante, en algunos casos no se consigue en su totalidad.
La inseguridad con que caminan los bebés es comprensible y forma parte de su aprendizaje. Queda de nuestra parte acompañarlos si interferir demasiado. Lleva tiempo conseguir el equilibrio. Por lo tanto, debemos dejar que se caigan mientras lo hagan en un lugar seguro y bajo supervisión.
¿Cuándo debo preocuparme si mi hijo se cae con frecuencia?
Una vez que el bebé pasa de los 18 meses, la mayoría de sus habilidades se han desarrollado como para que este comience a caminar sin tropiezos. Su autonomía al andar es perceptible ampliamente. Aunque es normal que todos aprendan a su tiempo, para esta etapa en condiciones normales debería haber dejado de caerse.
En tal sentido, si pasado el año y medio de edad, el bebé no parece haber aprendido a caminar, es importante consultar al pediatra. A veces es cuestión de tiempo, ya que quizá solo necesite mayor seguridad. Sin embargo, es preciso descartar algún problema en el desarrollo neurológico del pequeño. También se evalúa el tono muscular, la fuerza y los antecedentes del niño.
Los niños se seguirán cayendo durante mucho tiempo. Alrededor de los dos años, las caídas siguen siendo frecuentes. Durante la infancia son comunes las piernas con raspones y moretones. Sin embargo, cuando son niños grandes, algunas señales de alarma son las siguientes.
- Que el niño deje de caminar bien de manera repentina.
- Cuando es un niño grande y no camina en línea recta, sino que se inclina hacia un lado u otro debe sujetarse para evitar caerse.
- Si notamos que de pronto no tiene fuerza en las piernas, en especial si antes su marcha era estable.
- Observamos que se cae con frecuencia y le resulta doloroso, tanto andar como caerse.
Ante estos casos es muy importante prestarles nuestro apoyo. Además, es primordial que consultemos a un médico, porque un diagnóstico temprano puede marcar la diferencia. En estos casos, el motivo de las caídas puede ser una alteración en el desarrollo psicomotor, obesidad o alteraciones anatómicas en las piernas.
Por su parte, otro motivo frecuente de caídas después del año y medio es la falta de confianza. Este hecho hace que el niño mantenga un andar tórpido y lo hace propenso a caerse. En estos casos evitemos regañarlo constantemente, pero tampoco tratemos de sobreprotegerlo. Animémoslo a que practique su confianza y estemos conscientes de que algunos son más hábiles que otros.
Recomendaciones generales
Antes que sobreprotegerlos, es conveniente evitarles riesgos. A veces los accidentes por caídas son muy frecuentes y pueden llegar a ser peligrosos. Para asegurarnos de que no haya peligros sigamos estas recomendaciones.
- Bloquear acceso a escaleras hasta tanto el niño tenga más de tres años. Si es mayor y presenta estos problemas, también hay que aumentar los cuidados cuando estamos en áreas altas.
- Proteger las esquinas y superficies puntiagudas que puedan lastimarlo si se cae. Es conveniente colocar protectores en las esquinas de las mesas u otros muebles.
- Evita que el niño camine en zonas donde el suelo sea duro e irregular.
Como puedes ver, no debes preocuparte si tu hijo se cae mucho cuando está aprendiendo a caminar, se trata de un proceso normal y mejora con el pasar de los meses. Sin embargo, deberás estar atenta a las señales de alarma mencionadas y consultar con el pediatra en caso de cualquier duda.