Una de las actividades que se deben promover en la casa es que los niños aprendan a jugar solos para que conozcan sus habilidades y fortalezcan sus destrezas. El juego en solitario o no dirigido es una herramienta fundamental para el desarrollo cognitivo del niño; esta práctica aumenta su independencia y autonomía.
Fomentar esta actividad en solitario permite que el niño tome sus propias decisiones sin miedo a equivocarse y explore nuevos mundos por medio de su imaginación y sus fantasías.
A muchos chiquillos no les gusta jugar solos; se sienten temerosos y buscan la compañía de sus padres. Esto, a la larga, no es bueno, ya que crecerá como una persona dependiente.
Jugar siempre solos tampoco es favorable; esto limita su interacción con otros niños y el proceso de adaptación a la sociedad. Siempre debe existir un equilibrio; que los niños aprendan a jugar solos los beneficia a nivel personal y hacerlo en grupo los ayuda a relacionarse y a desarrollar su lenguaje.
Beneficios de que los niños aprendan a jugar solos
Que los niños aprendan a jugar solos tiene múltiples beneficios, como por ejemplo:
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Independencia
Aprenden a controlar su mundo, son autónomos y asimilan nuevas maneras de relacionarse. Siempre pedirán ayuda, aunque al final se acostumbrarán a intentar resolver las cosas por sí mismos.
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Toma de decisiones
Procuran hacer las cosas por sí mismos; aprenden a equivocarse y a buscar posibles soluciones. Así, aumenta su seguridad y confianza.
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Explota su creatividad y fantasía
El pequeño que juega solo se divierte explorando su mundo interior, creando personajes, ambientes y situaciones que lo llevan a lugares mágicos. Por ende, su imaginación se desarrolla a mayor velocidad y materializa sueños e ideas de la forma que quiere.
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Experimenta el juego no dirigido
Cuando el niño juega solo, hace y dice cosas que tal vez no se atreve a realizar delante de un adulto. Esta actividad puede propiciar el espacio ideal para que aprendan qué está bien y qué no.
Es bueno darle libertad y espacio, pero sin descuidar por completo la actividad que realiza; se trata de una oportunidad ideal para corregir y educar en valores.
El juego compartido y el solitario se complementan. Ambos son necesarios para el correcto desarrollo cognitivo y emocional del niño.
¿Cómo ayudar a que los niños aprendan a jugar solos?
Lo más recomendable es que empiece poco a poco. Es bueno que los padres jueguen con sus hijos por intervalos de tiempo y que luego los dejen solos para que se habitúen.
Los juegos de tacos o rompecabezas son ideales para ir formando el hábito; compartir el inicio de esos juegos con el niño los hará entrar en confianza y después continuarán haciéndolo por sí mismos.
El retirarse a recibir una llamada o un correo sería lo ideal para dejarlo solo por pocos minutos. Indicarle que siga el juego mientras regresas lo va independizando poco a poco.
“Es bueno darle libertad y espacio al niño, pero sin descuidar por completo la actividad que realiza”
Esta ausencia no debe ser mayor a cinco minutos; el chico puede llegar a sentirse abandonado y esa, por supuesto, no es la intensión. A partir de los 2 o 3 años de edad, el pequeño adquiere agrado por jugar solo; explora el mundo mágico que crea y lo disfruta.
Ya cuando están más grandes, se deben vigilar de los juegos electrónicos, bien sea por la consola, el ordenador o la tablet. Estos juegos crean mucha dependencia; es por ello que lo más recomendable es diseñar un horario para su uso.
Para los niños y los padres, es fundamental encontrar el equilibrio entre el juego en solitario y en grupo. El querer que los niños adquieran el hábito de jugar solos no debe alejar a los pequeños a divertirse con otras personas.
Recomendaciones para que los niños aprendan a jugar solos
- Lo principal es proporcionar un lugar para que el niño pueda jugar solo de una manera segura.
- Es importante que el niño tenga juguetes didácticos que estén acorde con su edad; de esta manera, se abre el canal cognitivo del pequeño.
- Aunque el juego sea en solitario, se recomienda no perderlo de vista. No se sabe si el pequeño en algún momento puede requerir de ayuda.
- Se pueden alternar los juegos en solitario con los que son en grupos; así, no se crea ninguna dependencia o preferencia por alguno de ellos.
- Los niños aprenden por imitación. Por eso, es bueno que los padres se involucren en los juegos con ellos.
Como todo proceso, el enseñar a que los niños aprendan a jugar solos requiere de mucha paciencia y un poco de disciplina.
Esta bien querer compartir con ellos en todas sus etapas y es de sabios comprender que los niños necesitan su espacio para desarrollar sus habilidades. El juego en solitario se convertirá en un aliado para formar un niño con autonomía, seguridad e imaginación.
Bibliografía
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