Las picaduras en el mar son frecuentes durante el baño de los niños o en una caminata por la playa. Según el caso, la intensidad de la misma variará, pero en algunas circunstancias es posible que altere el curso de las vacaciones.
El manejo y los cuidados que se deben poner en práctica en cada situación dependen del tipo de picadura, del agente causal y la respuesta inmunológica del pequeño. Por lo tanto, vamos a contarte cuáles son aquellas acciones que no puedes dejar de lado según el cuadro clínico que presente tu hijo. ¿Te lo vas a perder?
Medidas de cuidado para las picaduras de los niños en el mar
Aunque ocurran con relativa frecuencia, es importante no subestimar las lesiones por las picaduras de mar. Ya que, por ejemplo, cuando permanece alguna púa o espina en la piel, el cuadro clínico puede empeorar con el paso del tiempo y acabar con el descanso de las vacaciones.
Afortunadamente, la mayoría de las picaduras ocurren en agua salada y no suelen ser graves ni mortales. No obstante, algunos de los síntomas incómodos que producen son los siguientes:
- Ardor.
- Dolor.
- Hinchazón.
- Eritema (enrojecimiento) o sangrado en el área lesionada.
A continuación, vamos a comentarte brevemente algunas características de las lesiones más frecuentes que afectan a los más pequeños en la playa. ¡Apunta!
Picadura de medusa
Como norma general, intenta evitar el baño de los pequeños en aguas donde se detecten medusas u otras criaturas marinas. Si ya te encuentras dentro del mar y detectas su presencia, sal con cautela y tan rápido como sea posible.
Según una publicación del Wilderness Environmental Medicine, si bien algunas medusas son prácticamente inofensivas, otras pueden generar reacciones locales intensas (picazón y dolor) o algunas más generalizadas y graves.
Las medidas de cuidado que se aconseja implementar sobre las picaduras de medusa varían según la especie de la cual se trate. Sin embargo, en cualquier caso, se desaconseja el rascado o el frote del área de piel afectada, ya que esto exacerba la reacción inflamatoria local.
Inmediatamente luego de la picadura, no se debe limpiar la piel con agua dulce, puesto que esta solución es hipotónica y esto favorece a la eliminación de los restos del veneno de la medusa. De hecho, en primera instancia se recomienda bloquear la acción de la toxina con ácido acético o vinagre al 10 %.
Luego, si se observa algún tentáculo, se lo debe retirar utilizando guantes y pinza, seguido de la aplicación de un antiséptico tópico 3 veces al día durante 3 días.
Picadura de faneca o pez araña
Si bien la playa no es el hábitat habitual del pez araña, esta especie puede aparecer enterrada en la arena, pues es muy buena para esconderse en su entorno. Las picaduras de dicho animal provocan dolor intenso e hinchazón local, aunque sus efectos pueden extenderse en cuestión de minutos.
La lesión de la piel de la víctima se genera cuando esta pisa accidentalmente el lomo del pez, el cual está parcialmente enterrado en la arena. Esta presión estimula la agresión de tres púas, que penetran en la dermis de la víctima.
Una vez ocurrida la picadura, se aconseja enjuagar la piel lesionada con agua salada, extraer las espinas con una pinza y guantes y aplicar calor local. En el caso de que el dolor continúe se recomienda tomar analgésicos orales, como el ibuprofeno o el paracetamol.
Picadura de erizo de mar
Si bien la gran mayoría de los erizos de mar no son venenosos, algunas de las recomendaciones que brinda The Journal of Dermatological Treatment para sus picaduras incluyen las siguientes medidas:
- Salir del agua y extraer los restos de espinas con pinzas, nunca con los dedos ni con los dientes.
- Colocar vinagre para favorecer la remoción de las mismas.
- Si persiste el dolor luego de haber retirado los cuerpos extraños visibles de la piel, se aconseja acudir al médico para descartar que no quede ninguna espina en el área afectada. Las púas suelen quebrarse dentro del espesor de la dermis, lo que genera un dolor crónico y predispone a una infección.
Picadura de anémona
Este tipo de animal invertebrado es muy similar a las medusas. De hecho, tan solo el contacto con sus tentáculos provoca el desarrollo de habones, picazón y eritema localizado.
Una vez ocurrida la picadura, se recomienda lavar la herida con la misma agua de mar e ingerir algún antihistamínico oral para combatir la picazón.
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Picadura de tomate de mar
Este animal marino se encuentra en las regiones rocosas de las costas y el contacto directo con él provoca picazón y eritema en la piel de los niños, casi de forma instantánea. Si bien son cuadros muy infrecuentes, las reacciones alérgicas severas a causa de su veneno merecen la consideración.
Picadura de mantarraya
De acuerdo a una publicación de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), la picadura de la mantarraya se ocasiona al pisar accidentalmente al animal. Esto se debe a que el mismo se defiende con las espinas de su cola e inocula en la piel de los niños su veneno.
En general, la lesión provocada por la púa suele sangrar y dejar una superficie irregular en la piel. Si bien el dolor que siente el niño es inmediato, suele ceder espontáneamente entre las 6 y las 48 horas. No obstante, hay que poner en práctica cuidados específicos para que no permanezcan los restos de espinas venenosas, a fin de evitar la infección. Además, es probable que se requiera vacunar contra el tétanos, tomar antibióticos o, en los casos extremos, realizar puntos de sutura en la herida.
La importancia de acudir al médico ante cualquier picadura
En conclusión, ante cualquier picadura que le ocurra en el mar a los niños, no se deben realizar torniquetes ni succionar las heridas. Hay que tener siempre presente que la gravedad del cuadro dependerá del veneno inoculado y de la respuesta del organismo de cada niño al mismo.
Lo ideal es acudir al centro de urgencias más cercano, a fin de que los especialistas locales determinen cuáles son las medidas más apropiadas para adoptar en cada caso. Sobre todo, si la picadura requiere de algún tratamiento urgente o atención médica mayor.
Bibliografía
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