Diferencias entre paracetamol e ibuprofeno
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Paracetamol e ibuprofeno son dos fármacos recetados de forma habitual en pediatría para episodios de dolor o fiebre. Son medicamentos muy eficaces a los que se suele recurrir muy rápido ante situaciones variadas. No obstante, no están exentos de efectos que es necesario conocer.
La fiebre es uno de los síntomas que más alarma a los padres. Debido a esta preocupación, es un motivo muy frecuente de consulta con el pediatra. Ambos fármacos, paracetamol e ibuprofeno, son, a menudo, recetados para hacer frente a esta manifestación.
Pero ¿se pueden usar de manera indistinta? ¿Cuáles son sus diferencias? ¿Es bueno combinarlos? ¿Presentan efectos secundarios? Vamos a verlo a continuación.
¿Qué es el paracetamol y cómo actúa?
El paracetamol, o acetaminofén, es un inhibidor de la síntesis de prostaglandinas. Tiene propiedades analgésicas y antipiréticas para hacer frente al dolor leve o moderado y a la fiebre. No obstante, no posee acción antiinflamatoria. Podemos encontrarlo comercializado bajo la conocida marca Apiretal, entre otras.
Existen distintas presentaciones en el mercado, como pueden ser las siguientes:
- Solución oral.
- Sobres con polvo para disolver en agua.
- Sobres con granulado efervescente.
- Comprimidos bucodispersables.
- En caso de vómitos, por ejemplo, puede utilizarse por vía rectal en forma de supositorios.
¿Qué es el ibuprofeno y cómo actúa?
El ibuprofeno es un fármaco incluido dentro del grupo de los antiinflamatorios no esteroideos o AINEs. Actúa inhibiendo la enzima ciclooxigenasa, tanto a nivel central como periférico.
Se utiliza, de forma principal, en el tratamiento de la fiebre y del dolor leve o moderado provocado por diversas causas. Podemos encontrarlo comercializado bajo la conocida marca Dalsy, entre otras.
En niños mayores de 5 años ha demostrado tener mayor capacidad antitérmica que el paracetamol, aunque este suele preferirse por la menor incidencia de efectos adversos. No debe utilizarse en menores de 3 meses.
Su administración oral puede provocar molestias digestivas, por lo que conviene tomarlo siempre con alimentos. Las reacciones gastrointestinales son los principales efectos adversos que puede producir el ibuprofeno. No obstante, debe utilizarse con cuidado en pacientes con asma, ya que puede provocar efectos secundarios graves, o con patología renal, entre otros.
En niños mayores de 12 años puede utilizarse en forma tópica como analgésico y antiinflamatorio para el tratamiento local de algunos esguinces, golpes, contusiones o contracturas.
Principales diferencias entre paracetamol e ibuprofeno
Aunque ya hemos ido nombrando ciertas diferencias entre estos dos fármacos, resumiremos a continuación las más importantes, como son las siguientes:
- El paracetamol carece de efecto antiinflamatorio.
- En general, el paracetamol se puede administrar cada 4 o 6 horas, mientras que las dosis de ibuprofeno hay que espaciarlas entre 6 y 8 horas.
- El ibuprofeno no debe administrarse en menores de 3 meses.
- Aparte de la vía oral, el paracetamol se puede utilizar por vía rectal en forma de supositorios, mientras que el ibuprofeno puede utilizarse en niños mayores de 12 años de forma tópica.
- El ibuprofeno presenta más efectos adversos gastrointestinales que el paracetamol.
- En niños a partir de los 5 años, el ibuprofeno suele tener más capacidad analgésica y antitérmica que el paracetamol.
Paracetamol e ibuprofeno en pediatría
Como hemos dicho, estos fármacos están indicados para el tratamiento del dolor y de la fiebre en niños. No obstante, respecto a la fiebre, cabe recordar que no es una enfermedad en sí. Es, en realidad, una manifestación de la actuación del sistema inmune en el cuerpo. Por eso, solo conviene tratarla cuando vaya acompañada de malestar.
En general, no se debe combinar el uso de estos dos fármacos para disminuir la fiebre, salvo indicación expresa del pediatra. Este suele recomendarlo en casos específicos cuando el malestar reaparece antes de la siguiente dosis de antitérmico o no desaparece con el tratamiento prescrito. Con frecuencia, el uso alternado de los mismos solo multiplica los efectos secundarios.
No obstante, antes de modificar cualquier tratamiento por nuestra cuenta, se debe consultar al médico. No hay que olvidar que son fármacos de prescripción médica que no debemos utilizar sin indicación expresa. La automedicación tiene graves riesgos y puede llevar a la aparición de efectos no deseados.
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