La pedagogía del ocio tiene como finalidad educar en, del, y para el tiempo libre, considerando que no todo el tiempo libre del que disponemos, fuera de las horas estrictas de trabajo, es tiempo de ocio. Existe un tiempo de nuestra vida que debe ser invertido en satisfacer necesidades biológicas, desplazamientos, tareas del hogar y familiares, o administrativas.
Fuera de este tiempo destinado al tiempo laboral y a otras necesidades y obligaciones, el resto del tiempo libre del que disponemos las personas debe ser considerado como un tiempo de especial valor. Para lo cual, es necesaria una educación que enseñe a realizar una satisfactoria utilización del mismo.
Pedagogía del ocio: ¿en qué consiste?
La pedagogía del ocio consiste en una rama de la pedagogía encargada de estudiar el ocio y el tiempo libre de las personas. Su objetivo es enseñar y dirigir a los individuos para que realicen ocupaciones y actividades provechosas, fructíferas y beneficiosas en su tiempo libre.
Según Pérez Serrano (1988), “la educación del tiempo libre es un proceso de liberación que lleva a la persona a una actitud abierta, libre y comprometida con la construcción de su realidad”. La autora sostiene que el fin del tiempo libre es la libertad, y el objetivo de la educación del tiempo libre no consiste en realizar actividades formativas que ocupen nuestro tiempo, sino en potenciar lo que haya de educativo en el ocio.
Concretamente, la Carta Internacional para la Educación del Ocio (1993), en alusión a los contextos educativos escolares, propone incluir asignaturas que sean apropiadas y relevantes para el estudio del ocio. Como también promover la incorporación del tema del ocio en todas las actividades educativas y culturales dentro y fuera de la escuela.
Pedagogía para un ocio como proceso de desarrollo
En la sociedad actual, y gracias a la tecnología, se ha construido una gran industria alrededor del ocio y el tiempo libre. Abundan las ofertas y publicidades cuyo objetivo primordial es el consumo y los beneficios económicos, y no la consideración del tiempo libre como fuente de desarrollo.
La pedagogía del ocio busca precisamente todo lo contrario: educar para conseguir que las personas concibamos nuestro tiempo libre como un tiempo válido para disfrutar de un ocio consciente y con importancia para nuestro bienestar.
En este sentido, Westland (1987), citado por Mendo (2000), nos explica el porqué, el qué y el cómo debe ser una educación para el ocio.
- El porqué: en este sentido, el ‘ser’ es más importante que el ‘parecer’; ‘crear’, más significativo que ‘consumir’, y ‘participar’, más importante que ‘ver’.
- Qué: las personas deben aprender qué significa el tiempo libre y el ocio, e incluirlo como forma de vida.
- Cómo: por medio de la educación y desde los centros de enseñanza con actividades pedagógicas concretas. Es necesario educar a los individuos para que comprendan el importante papel que juega el tiempo libre en nuestro desarrollo personal.
Actividades de ocio y tiempo libre
Existen determinados criterios sobre los que se asienta una pedagogía del ocio respecto de la consideración y planificación de actividades de ocio y tiempo libre.
En primer lugar, esta pedagogía intenta conseguir que podamos ser críticos frente a la gran oferta de actividades de ocio, pudiendo analizar y saber elegir aquello que realmente nos interesa y nos aporta algún beneficio.
En segundo lugar, el uso del tiempo libre y las actividades que elijamos para hacer deben hacernos sentir verdaderamente felices. El tiempo libre debe actuar como compensación y como equilibrio, frente a las insuficiencias, frustraciones, desilusiones y agotamiento al que estamos sometidos en nuestra vida ordinaria.
Aparte de la oferta de ocio más extendida como lo son los viajes, existe en nuestros días una gran oferta recreativa. Esta se conforma por diversas actividades que tienen importantes factores educativos y de desarrollo personal y social. Como las fiestas locales, las actividades en la naturaleza como acampadas o excursiones, el cine y el teatro, el deporte, o el asociacionismo con componentes lúdicos y recreativos.
Consideraciones finales
En definitiva, el disfrute del tiempo libre está directamente relacionado con el cuidado de la salud. Y es precisamente una pedagogía del ocio la encargada de hacer que los individuos reconozcan la necesidad de un aprovechamiento óptimo del tiempo libre.
Más allá de su connotación como tiempo de diversión y de descanso, un uso consciente del tiempo libre permite construir nuevos aprendizajes. Aprendizajes que activen la participación social, favorezcan la creación, y ayuden a prevenir conductas de riesgo.
Bibliografía
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- Mendo, A. (2000). Acerca del ocio, del tiempo libre y de la animación sociocultural. Educación Física y Deportes. Revista Digital, (23).
- Trilla, J. y Puig, J. (1987). “La Pedagogía del Ocio”. Editorial Laertes. Barcelona
- Pérez Serrano, G. (1988) “El ocio y el tiempo libre: ámbitos privilegiados para la educación” en Comunidad Educativa, (161): 6-9.
- Otero López, J. C. (2009). La pedagogía del ocio: nuevos desafíos. Editorial Axac. Lugo. Recuperado de https://www.academia.edu/3565346/La_pedagog%C3%ADa_del_ocio_nuevos_desaf%C3%ADos