Muchos padres deciden retrasar la incorporación de alimentos sólidos, generalmente por precaución, pero a veces pueden llegar a demorar demasiado este proceso. El principal motivo por el cual se ha recomendado que se retrase la introducción de la alimentación complementaria, es proteger a los pequeños (menores de seis meses) de los agentes alérgenos presentes en ciertos grupos alimenticios.
No obstante, estudios recientes aseguran que esta práctica no reduce los riesgos de que en el futuro los niños padezcan alergias. Hasta el momento, la propia Organización Mundial de la Salud recomendó que se limitara el inicio de la alimentación con sólidos hasta pasados los seis meses de edad, razón por la cual el retraso ha sido justificado por los expertos.
Sin embargo en la actualidad se comienza a apostar por lo contrario. La literatura científica defiende la utilización del “baby led weaning” como medio de adaptación de los bebés a los alimentos. Esta técnica podría mejorar la salud del niño a medio o largo plazo así como mejorar la calidad de su dieta en un futuro.
En ocasiones el temor por iniciar esta etapa de alimentación puede provocar que se postergue un poco más. No saber qué alimentos darle o cómo debemos prepararlos, podría limitar a muchos padres para actuar en este momento de la vida de su pequeño.
¿Por qué no debemos de retrasar la incorporación de alimentos sólidos?
La alimentación complementaria es obligatoria en cierta etapa del desarrollo del bebé, porque a medida que el niño crece, también aumentan sus necesidades nutricionales. Retrasar el inicio de este tipo de alimentación podría perjudicar el crecimiento adecuado. Sin embargo la recomendación de los expertos hasta hace pocos años obedecía a la idea de que la leche materna le aportará al niño todos los nutrientes que necesita en sus primeras etapas.
Para impedir que los niños padezcan alergias, es común que se recomiende la omisión de ciertos alimentos. No obstante no existen estudios que respalden el retraso de la administración de estos alimentos con el objetivo de minimizar respuestas autoinmunes.
De acuerdo con los datos de estudios específicos, la leche materna puede proporcionar la protección inmunológica y antialérgica suficiente.
Expertos del “Centro Nacional de Investigaciones para el Medio Ambiente y la Salud de Neuherberg” han descubierto que no hay ventajas comprobadas sobre el retraso en la incorporación de sólidos a la dieta del bebé.
Beneficios de no retrasar la incorporación de alimentos sólidos
Un bebé que se alimenta exclusivamente de leche materna durante por lo menos seis meses, recibirá todos los beneficios de esta alimentación por el tiempo adecuado. Si se llegase a prolongar la lactancia el bebé recibirá mayor protección, pero dejará de recibir los nutrientes adicionales que necesita de acuerdo a su etapa de crecimiento.
No existen evidencias médicas de que alternar la lactancia con la alimentación a base de sólidos provoque obesidad infantil, por esta razón es una práctica que se puede realizar de manera segura. Sin embargo, es importante recordar que un bebé tiene necesidades nutricionales de acuerdo a su edad, por lo cual las medidas de comida deben ser adecuadas a su peso.
Tampoco hay diferencias notables entre los bebés cuya alimentación sólida se retrasó y aquellos que la recibieron a partir de los seis meses. La única ventaja que retrasar la alimentación sólida puede tener es reducir el riesgo de atragantamiento. No obstante esta situación es improbable si el niño se alimenta bajo la supervisión de sus padres.
El único beneficio aparente en cuanto al retraso de la alimentación complementaria fue la posible reducción de padecer eccema cutáneo, según algunos expertos.. En este sentido, los riesgos de padecer esta enfermedad se reducen siguiendo la recomendación de la OMS. Todo lo demás es igual en cualquiera de los casos.
¡Para tener en cuenta!
Pese a que existe una notable carencia de estudios que avalen el retraso de administración de sólidos, la recomendación sigue siendo que se alimente a los bebés durante sus seis primeros meses de vida exclusivamente con leche materna.
No existen beneficios comprobados de retrasar la alimentación solida. A día de hoy incluso se duda si esta situación puede ser perjudicial para el desarrollo de enfermedades autoinmunes. Sin embargo la mejor solución es siempre hacerle caso a los expertos.
Bibliografía
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