Introducción de los alimentos en bebés de manera segura
La introducción de los alimentos en bebés se recomienda realizarla a partir de los 6 meses, puesto que su sistema digestivo ya está completamente desarrollado. Además, ya disponen de la habilidad motora para comer solos.
Cómo realizar la introducción de los alimentos
Lo más importante es que siempre permanezcáis delante mientras come para garantizar su seguridad. Generalmente, el reflejo de extrusión ante el riesgo de atragantarse desaparece. Como padres, tenéis a vuestro alcance 2 opciones: los triturados o el baby-led weaning. Ambos casos están aconsejados, aunque has de tener presente el ofrecerlo siempre y cuando:
- Se siente manteniendo la cabeza erguida.
- Coordine las manos, los ojos y la boca para poder ver el alimento, agarrarlo con las manos o la cuchara y comerlo.
- Puede tragar alimentos sin escupirlos (si optamos por el baby-led weaning).
Otro aspecto a tener en cuenta es esperar durante al menos 3-4 días a introducir un nuevo alimento para observar si manifiesta alguna reacción alérgica. En cambio, no importa tanto el orden de introducción. Esto, quizás, suene algo extraño, pero las numerosas investigaciones científicas a lo largo del tiempo han llegado a la conclusión de que es algo cultural.
Además, en referencia a la prevención de alergias, no supone una ventaja para los niños con riesgo de celiaquía, salvo en el caso de los cacahuetes y el huevo. Hasta ahora, se sabe que cuanto antes y mayor exposición (pequeñas dosis a diario) reduce la prevalencia en los niños con antecedentes familiares y riesgo aumentado.
Consejos para realizar la introducción de los alimentos de manera segura
En primer lugar, no le distraigas o le hagas reír, y evita introducirle el cubierto antes de que termine. De esta manera, reducirás el riesgo de que se atragante. En segundo lugar, recuerda evitar hasta los 12-24 meses de edad:
- Los pescados azules grandes por su alto contenido en mercurio. Estos son el atún, el lucio, la tintorera, etc.
- Las espinacas y las acelgas por el contenido en nitratos.
- Los lácteos.
- La miel (por el botulismo).
- El azúcar (y productos que lo contengan).
- La sal.
- Los alimentos enteros redondos y duros.
Ten en cuenta que, si le quieres ofrecer frutos secos, estén triturados o molidos como ingrediente de algún plato. A partir de los 3 años ya los pueden comer enteros, puesto que disponen de todos los dientes y tienen una mayor habilidad para masticar suficiente.
También te aconsejamos que empieces por los alimentos de sabor suave y a los que esté acostumbrado mientras le dabas lactancia materna, ya que suele darle sabor a la leche. Por eso, siempre se ofrecen primero las frutas, las verduras, las hortalizas y los cereales.
Si te decantas por la introducción tradicional, lava, pela y tritura bien la fruta. También la puedes cocer, como las verduras y hortalizas, aunque asegúrate de que estén blanditas. Sin embargo, si prefieres el baby-led weaning córtalo en trozos suficientemente grandes para que los pueda coger con las manos.
En cuanto a las legumbres, retírales la piel para que les sienten mejor y, así, evitar los gases, y tritúralas o cháfaselas con el tenedor. Las pueden comer con la cuchara o bien untadas sobre un trozo de pan sin corteza o tipo molde. Por último, en cuanto a la carne y el pescado, retírales los huesos y las espinas.
Ejemplo de menú variado y seguro
Desayuno: copos de avena remojados en agua con trozos de plátano o fresas.
Media mañana: leche materna o batido de frutos rojos.
Comida: crema o salteado de calabacín y zanahoria con pollo o pescado (dorada, merluza, lenguado o rape o sardinas).
Merienda: 1 rebanada de pan con crema de frutos secos 100 % o guisantes triturados con aceite de oliva.
Cena: crema o dados de calabaza y patata, o arroz y huevo picado aliñado con aceite de oliva.
Antes de ir a dormir: leche materna.
Por último, incorpora cada alimento progresivamente, aumentando la cantidad y la variedad a medida que los tolera, permaneciendo a su lado en todo momento. Así, potenciarás su seguridad y autonomía.
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