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La oxitocina en la lactancia materna

5 minutos
La oxitocina es una hormona muy importante durante el postparto y será una de las claves fundamentales para que la lactancia resulte exitosa.
La oxitocina en la lactancia materna
Última actualización: 10 julio, 2021

La oxitocina es una hormona fundamental para la lactancia materna, aunque no es la única involucrada en el amamantamiento.

Su rol principal es asegurar la eyección de leche a través de las mamas cuando el bebé succiona y desencadenar los mecanismos necesarios para sostener la oferta durante toda la lactada.

¿Habías escuchado hablar de su importancia en el postparto? En este artículo te contamos cuáles son los beneficios que ofrece para la mamá y su bebé.

Preparando el cuerpo para la lactancia

Durante el embarazo la mujer experimenta muchísimos cambios en su cuerpo que la preparan para el nacimiento de su bebé. Entre ellos, todas las modificaciones en la estructura de las mamas necesarias para producir leche materna (lactogénesis)

Ya desde la semana 16 de gestación, la grasa mamaria empieza a ser reemplazada por tejido glandular, que es aquél especializado en fabricar la leche. Este tejido se compone de elementos productores (llamados alvéolos) y de conductos liberadores (llamados conductos lactíferos).

Además de estos cambios, la red de vasos sanguíneos alrededor de estas estructuras se volverá más densa, con el objetivo de aumentar la llegada de sangre a la mama y proveer los nutrientes suficientes para la fabricación láctea.

Hacia el final del embarazo…

Durante el tercer trimestre del embarazo, la glándula ya está lo suficientemente formada y comienza a producir un fluido natural llamado calostro. Esta es la primera fuente de alimentación del recién nacido.

Si bien todavía no es requerido, ya que el niño aún no ha nacido, es parte de la puesta en marcha de la lactancia. La progesterona será la hormona encargada de mantener esta producción pausada hasta el final de la gestación.

Luego del nacimiento, más específicamente con la expulsión del bebé y de la placenta, inicia la segunda fase del proceso de lactogénesis. En este momento ocurre un descenso abrupto de la progesterona en sangre, con lo cual queda liberada la glándula mamaria para que pueda producir su leche.

A partir de este momento el proceso de lactancia queda regulado por dos hormonas protagonistas del postparto: la prolactina y la oxitocina.

El rol de la oxitocina en la lactancia

Esta hormona cumplirá un rol clave para el éxito de la lactancia materna: asegurar que la glándula expulse la leche que produce.

Durante la succión, el bebé ejerce presión sobre el pezón y la aréola a fin de extraer la leche contenida en la mama. El movimiento coordinado de su boca genera una presión negativa dentro de los conductos lactíferos para vaciarlos, dejándolos colapsados una vez que la leche se libera.

La oxitocina se encarga de contraer las células que rodean los acinos y los conductos mamarios, a fin de asegurar que estos vuelvan a desplegarse y llenarse de leche nuevamente.

De esta manera, se mantiene la oferta láctea al bebé durante toda la lactada.

Al igual que la prolactina (hormona responsable de la producción láctea), la oxitocina se libera por estímulo del pezón durante la succión o por medio de las maniobras de extracción manual de la leche.

Pero a diferencia de la prolactina, la oxitocina también se libera por medio de estímulos visuales, sonoros o emocionales relacionados con el bebé.

Esto es un fenómeno asombroso de la naturaleza, el cual se presume que estaría relacionado a las conductas maternales necesarias para llevar adelante una lactancia exitosa.

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Factores que condicionan la liberación de oxitocina

La oxitocina se produce por estímulo de una zona cerebral muy vinculada a la regulación de las emociones, llamada hipotálamo. Cuando este se activa, envía señales a la glándula hipófisis para producir distintas hormonas como por ejemplo, las que intervienen en el proceso de lactancia.

Estas hormonas viajarán a través de la sangre hacia la glándula mamaria para estimular aquellas células encargadas de la producción (prolactina) y de la liberación (oxitocina) láctea.

Los estímulos de liberación de la oxitocina son numerosos y se relacionan con  la conducta maternal necesaria para el cuidado de la cría.

Por ejemplo, cuando el bebé llora el organismo materno comienza a prepararse para ofrecer el alimento y saciar el hambre de la cría. Lo mismo sucede cuando la madre ve o piensa en su bebé, ya que el objetivo final de este proceso hormonal es asegurar el contacto permanente entre madre e hijo desde las primeras horas de nacido.

Se ha descripto que la ocurrencia de factores emocionales negativos tales como el estrés, el dolor, e incluso la depresión materna podrían inhibir la secreción de oxitocina y condicionar el éxito de la lactancia.

Por este motivo es importante ofrecer a la madre y al bebé un ambiente calmo durante las primeras horas de vida para garantizar que todo el circuito hormonal funcione de manera armónica.

Otros beneficios de la oxitocina

Además de su acción sobre la liberación de la leche materna, se han descripto otros beneficios asociados a esta hormona durante la lactancia y el postparto:

  • Favorece la liberación de prolactina, que es la hormona encargada de producir la leche.
  • Disminuye los niveles de estrés maternos.
  • Regula la presión arterial de la madre dentro de niveles apropiados.
  • Estimula el sistema nervioso parasimpático materno, implicado en funciones como la digestión del alimento y el tránsito intestinal.
  • Provoca las contracciones uterinas postparto para que este órgano recupere su tamaño original.
  • Reduce el sangrado postparto.
  • Facilita el proceso de adaptación mental a la maternidad.
  • Disminuye la ansiedad puerperal.
  • Mejora la interacción social de la madre con su entorno.
  • Según datos de estudios realizados en animales, la oxitocina podría estar fuertemente relacionada a las conductas maternales de preservación de la cría.
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Conclusión

La oxitocina es una hormona primordial para la adaptación a la maternidad. No solo es protagonista en la lactancia, sino que cumple un rol importante en la regulación emocional de la madre mediando el vínculo de apego entre ella y su bebé.


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