Ser abuela por primera vez desata en una mujer una oleada de nuevos sentimientos. La expectativa genera gran emoción y con facilidad se oscila entre la alegría más grande y el nerviosismo más tierno que pueda existir.
Las abuelas son cómplices de sus nietos por excelencia. Nada, ni nadie, impedirá que entreguen todo su amor a estos pequeños como una forma de acercamiento.
El primer nieto de una mujer es un motivo para revivir los mejores momentos de la niñez de los hijos. La vida brinda una segunda oportunidad para disfrutar con mayor intensidad de la experiencia.
Ciertamente, un bebé es todo un motivo de dicha. No es para menos que una mujer que va a ser abuela, se sienta totalmente feliz con la llegada de su primer nieto.
Interiorización
Si bien es cierto que la alegría es inmensa, la abuela primeriza tuvo que pasar por cierto proceso de asimilación en lo que respecta su primer nieto.
Por una parte, debe asimilar el hecho de que sus hijos (quienes fueron sus bebés) son definitivamente adultos, y por otra parte, debe asimilar el hecho de que el bebé sí se convertirá en parte de ella, pero no de la misma forma que un hijo.
En otras palabras, la abuela primeriza debe aceptar que su hija (si es el caso) está en período de gestación. Sí, esa bebé que alguna vez estuvo en sus brazos ahora tiene un vientre voluminoso y dará vida, a su vez, a un nuevo ser.
Una vez asimilado esto, se entiende que este nuevo bebé brinda la oportunidad de ser responsable de una forma distinta.
La abuela primeriza se convierte en una mujer que brindará tantos mimos estén a su alcance, en la medida de sus posibilidades, aunque eso no implica que su rol se atenga exclusivamente a ello.
Al principio, una abuela mima a sus nietos inspirada por el amor a sus hijos, y conforme pasan los primeros días, este amor comienza a tomar forma y definirse de acuerdo a ese bebé. ¡OJO! es necesario aclarar que el sentimiento es genuino desde el primer instante.
Se trata de una nueva forma de amor, profundamente interiorizada, puesto que en el fondo se trata de una extensión del amor a los propios hijos.
Por otra parte, una abuela entiende que en su rol hay también un componente de acompañamiento a la labor de los padres. Estas mujeres entienden que el hecho de ser abuelas implica colaboración con los hijos. El amor lo reparte por partida doble: tanto a hijos como a nietos.
La 2da maternidad
Cuando una mujer se convierte en abuela, comienza entonces la llamada “segunda maternidad”. Esta etapa representa para muchas mujeres la posibilidad de sentirse especiales, mientras redescubren aspectos de la vida de la mano de sus nietos.
En otras palabras, la segunda maternidad es el momento amar desde otra perspectiva. Las abuelas siempre tienen millones de consejos, trucos y anécdotas. Después de todo, ya cuentan con una experiencia previa.
Los abuelos saben que su rol es estar allí para dar abrazos, consuelo y para consentir, cuando la disciplina de los padres abrume demasiado al pequeño.
Los abuelos son seres especiales porque pueden llegar consagrarse, incluso, como las mejores amigos de sus nietos.
Consejos para la abuela primeriza
Las abuelas siempre juegan un papel muy importante en la crianza de los niños. No obstante, deben tener en cuenta que los padres del niño serán los principales encargados en la crianza. En este sentido, las abuelas primerizas deben aconsejar, si, pero sin mostrar una actitud dominante.
Para muchas abuelas es útil recordar como su madre se comportó cuando tuvieron a su primer hijo y cómo se sentía, con la finalidad de imitar o evitar un comportamiento según sea el caso. Algunos de los consejos que pueden seguir las abuelas primerizas para mantener una relación saludable con sus nietos y sus hijos son los siguientes:
- ¡Si vas a llorar… que tu llanto sea de alegría!
- Respeta las decisiones de los padres. Aunque estés en desacuerdo, recuerda que tú ya pasaste por eso y lejos de contribuir, puedes sabotear el proceso de aprendizaje de otros.
- Los consejos son muy valiosos, pero debes saber cuándo es el momento adecuado para darlos o no.
- Ayuda, colabora pero también dale espacio a los futuros padres. Es natural tu preocupación por el bienestar del futuro nieto pero los padres necesitan desenvolverse a su manera.
- De ser necesario, ayuda en las labores del hogar. El cuidado del niño puede ser agotador para los padres primerizos, por lo que te agradecerán la ayuda extra.
- Bajo ninguna circunstancia contradigas a los padres frente al niño, esto podría ocasionar problemas de conducta en un futuro.
- La paternidad puede ser un proceso intimidante, por lo que puedes darles ánimos a los padres e indicarles que están haciendo un buen trabajo.
Las principales tareas de la abuela
Ser abuela no tiene por qué implicar que serás obligatoriamente la típica abuelita que cose o teje en su mecedora. Lo importante, es ser la persona que le trasmita valores y principios bonitos a los nietos.
Por otro lado, también es importante establecer límites claros con respecto al cuidado del bebé. Si bien los padres necesitan su tiempo y su espacio, esto no quiere decir que tendrás que pasar las 24 horas del día con tu nieto. En caso de no poder cuidarlo debes notificarlo, y esto no debería generar disputa alguna.
Los niños siempre quieren aprender e independientemente del aspecto y la edad que tengas, ellos te tendrán en su corazón como su abuela. En resumen, las principales tareas de una abuela son: conectarse realmente con sus nietos y escuchar.
Ser abuela es una nueva oportunidad de amar y cuidar de otro, de ser mejor persona y depositar en un nuevo ser todo el amor, protección y ternura posible con la esperanza de hacer de este mundo uno mejor para él.
Bibliografía
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