Los niños en las familias reconstituidas

Los niños en las familias reconstituidas son un fenómeno habitual en nuestra sociedad. Estas reflexiones y consejos nos ayudarán.
Los niños en las familias reconstituidas

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 02 octubre, 2019

Siete de cada diez matrimonios acaban en divorcio en España, según el Instituto de Polícica Familiar. Con estas estadísticas entre manos, nos enfrentamos a un fenómeno cada vez más común en nuestra sociedad: los niños en las familias reconstituidas. 

Nueva familia reconstituida con niños

Lo más habitual es que las personas, después de una separación, deseen iniciar una nueva relación de pareja. Pero lo más probable es que uno de los dos, o los dos, tengan hijos de las parejas anteriores. Y la cosa se complica más cuando la nueva pareja tiene hijos comunes además de los que ya tenían.

Entonces, se da lo que conocemos como familias reconstituidas, donde los niños conviven con uno de sus progenitores, la pareja de este y, probablemente, sus hijos también.

Para los niños, la situación puede ser difícil de llevar. La adaptación a la nueva situación dependerá, básicamente, de lo superada que tengan la separación de los propios padres y cómo estos lleven el tema.

Si la separación ha sido amistosa y los niños no se han visto implicados en los problemas de los adultos, la adaptación a las decisiones posteriores de los padres va a ser mucho más fácil. En cambio, si los progenitores, o uno de ellos, no ha asimilado la situación, los niños van a vivir la nueva vida de los padres con mucha angustia y dificultad.

Familia reconstituida feliz.

Posibles dificultades para los niños en las familias reconstituidas

  • Cuanto más pequeños sean los niños, más fácil les va a ser adaptarse a la nueva situación. Seguramente aceptarán la nueva vida de papá o mamá con naturalidad. En cambio, uno de los periodos más difíciles suele ser entre los 10 y 14 años. Durante este periodo, es muy posible que los niños se enfrenten a la nueva situación de forma desafiante. Puede que no entiendan el papel que tiene la nueva pareja de sus padres. De ahí la típica frase: “Tú no me mandas” o “Tú no eres mi madre”. En cambio, a partir de los 15 años, los adolescentes ya están más al margen de la familia y no se ven tan afectados si hay buena relación.
  • Si los progenitores no acabaron la relación en buenos términos, es muy probable que los niños se sientan mal al estar con la nueva familia. Se pueden sentir culpables e, incluso, mentirle a uno de los progenitores para no herir sus sentimientos. Recuerdo una niña que le decía a la pareja de su padre: “A mi mamá no le digo que me lo paso bien contigo, porque se pondría a llorar”. Los niños quieren que sus padres estén contentos. Un niño solo puede aceptar la nueva familia si sus dos progenitores han aceptado la separación. De lo contrario, estarán en una situación muy difícil, ya que verán a la nueva pareja como un rival.
  • Cuando existen otros hijos de la nueva pareja. Primero, hay que ver si tienen buena relación entre ellos. Lo más adecuado sería hacer que se vieran esporádicamente, que entablaran amistad y poco a poco irlos introduciendo en la relación sentimental de los padres. Podría ser que existan celos entre ellos. Si la pareja decide iniciar la convivencia con niños, hay que tener en cuenta que los niños vienen de dos familias diferentes, seguramente con normas, costumbres y hábitos muy diferentes.
  • Nacimiento de un hermano común. En el caso de que la pareja tenga un nuevo hijo, es muy importante que los otros no se sientan desplazados, ya que este tendrá a su papá y a su mamá, y esto podría provocar celos. Por otro lado, el nacimiento de un hijo en común puede ayudar a consolidar el vínculo familiar.
  • Reproducir el modelo de la familia nuclear. Esto es un error porque una familia reconstituida nunca podrá funcionar como una familia nuclear, y esperar esto nos traerá muchas frustraciones.
    Familia reconstituida dando un paseo por el campo con el perro.

Consejos para mejorar la convivencia con los niños en las familias reconstituidas

  • Espacio y tiempo. Es necesario que los niños tengan su espacio en la nueva familia, tanto espacio físico, como espacio para estar con sus respectivos padres. Una recomendación sería intentar pasar tiempo a solas con tus hijos para hacer actividades con ellos, así como pasar tiempo en familia todos juntos. Es importante encontrar un equilibrio para que nadie se sienta fuera. Tu nueva pareja también debe cultivar su relación con tus hijos y ganar su afecto y confianza.
  • Paciencia. Cada niño tiene su ritmo; a algunos les será más fácil adaptarse, pero a otros les costará más. Hay que tener paciencia y darles tiempo. Según los expertos, la edad más difícil para que los niño se adapten a una nueva familia es entre los 10 y los 14 años.
  • Normas. Los niños se encontrarán con rutinas, costumbres y preferencias muy diferentes en la nueva familia. Lo que era normal en una familia, en la otra será extraño. Por este motivo, es muy importante establecer unas normas de convivencia en la nueva familia. Estas normas se deben decidir dentro del nuevo nucleo familiar entre todos los miembros. Aunque está bien que los dos progenitores mantengan las mismas rutinas, estas normas no tienen por qué ser las mismas en cada casa. Los niños pueden entender perfectamente que cada hogar tiene una manera de hacer y unas normas diferentes. Lo importante es que sepan qué se espera de ellos en cada situación.
  • Implicar a todos los miembros. En una familia reconstituida, es importante que todos los miembros se sientan reconocidos e importantes. Para eso, es esencial hacer actividades compartidas, repartir las responsabilidades, pactar las normas, y repartir espacios y tiempo entre todos.
  • Poner límites. No se debe tener miedo a poner límites a los niños. Muchos padres se sienten mal porque creen que la situación ya es bastante dura para ellos. Temen el hecho de que si ponen límites a sus hijos, estos se pondrán en su contra.

Así pues, aunque para los niños va a ser un cambio vital verse dentro de un nuevo núcleo familiar, si se tienen en cuenta estos puntos, la adaptación va a ser mucho más fácil para todos, niños y mayores.

Además, no podemos olvidar que la nueva familia nunca podrá funcionar como una familia nuclear, ya que no lo es. Si eliminamos estas expectativas de familia ‘normal’, también podremos liberarnos de muchas frustraciones y hacerlo todo más fácil para todos.


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