¿Qué conoces acerca de los niños superdotados? Muchas personas no tienen ni han tenido jamás un contacto cercano con estos chicos y suelen tener pensamientos o creencias poco acertadas.
Comprender la realidad de estos pequeños es fundamental para eliminar aquellos estigmas que les rodean y para proporcionarles las mejores condiciones de desarrollo posibles.
Por eso hoy vamos a desmentir algunos mitos comunes acerca de los niños superdotados.
Capacidades especiales
Se estima que cerca del 3 % de los niños poseen dotes académicos superiores. Sin embargo, solo un pequeño porcentaje de ellos están identificados, mientras que la gran mayoría pasa toda su vida sin conocer de su condición.
El hecho de no ser consciente de su situación lleva al menor a tener que lidiar con las dificultades propias de no obtener una atención adecuada a sus necesidades.
En contraparte, aquellos niños que son reconocidos se enfrentan a una serie de prejuicios que no siempre reflejan la realidad.
¿Qué niños entran en la categoría de superdotados?
La inteligencia humana suele medirse mediante pruebas estandarizadas, como la escala Wechsler, que ofrecen una medida del cociente intelectual (CI).
La puntuación media obtenida por la población ronda los 100 puntos, por lo que se afirma que una persona es superdotada cuando sus resultados superan los 130 puntos de CI.
En general, los niños superdotados sobresalen en diversas áreas académicas, como el lenguaje, el razonamiento abstracto, la lógica o la aritmética. Pero también pueden destacar en cuanto a su creatividad, su psicomotricidad o su capacidad artística.
No hay dos niños superdotados iguales, ni siquiera aquellos que obtienen la misma puntuación en las pruebas.
Por este motivo, hemos de evitar generalizar esta condición y sacar conclusiones precipitadas.
Algunos mitos sobre los niños superdotados
Estamos seguros de que en más de una ocasión habrás escuchado los siguientes mitos sobre niños superdotados. No obstante, como verás, estos no siempre son ciertos. Presta atención para comprender mejor las características de estos menores.
1. Muestran un desarrollo precoz
Esto es parcialmente cierto, ya que muchos niños superdotados adquieren algunas habilidades de forma más temprana que sus pares. Por ejemplo, el habla, la lectura o el control de esfínteres.
No obstante, el entorno que los rodea también juega un papel importante. Su facilidad de aprendizaje se potencia cuando los progenitores la fomentan y la apoyan. En un ambiente poco estimulante o con unos cuidadores negligentes, el desarrollo de estos pequeños puede ralentizarse.
2. Tienen un alto rendimiento escolar
Muchas personas tienden a pensar que estos menores obtienen excelentes calificaciones y muestran un magnífico rendimiento en clase. Paradójicamente, suele suceder lo contrario.
El sistema educativo actual, basado en las tareas mecánicas y repetitivas, no motiva ni nutre la curiosidad de los niños superdotados. Así, estos pequeños suelen sentirse aburridos o desinteresados por las materias y alcanzan un rendimiento mediocre y pueden presentar problemas de conducta. Incluso, muchos de ellos son mal diagnosticados con TDAH y otras etiquetas similares.
3. Son solitarios y presentan problemas para socializar
El estereotipo de niño superdotado nos lleva a pensar en un chico con escasas habilidades sociales, tímido, retraído e incapaz de encajar en el grupo. No obstante, esto no necesariamente sucede y de hecho, estos menores suelen tener grandes capacidades comunicativas, son empáticos y justos.
Sin embargo, debido a su avanzado desarrollo, tienden a buscar un tipo de amistad íntima y satisfactoria, basada en intereses comunes y en apoyo mutuo. Por ello, suelen buscar esta conexión con personas mayores y sentir que los niños de su edad son infantiles o poco interesantes.
4. Son raros y excéntricos
Las personas superdotadas no son excéntricas ni tienen, de por sí, un mayor riesgo de padecer trastornos mentales. Sin embargo, sí pueden tener una gran sensibilidad sobre el ambiente que los rodea, ya que su cerebro es capaz de captar una mayor cantidad de estímulos y su forma de procesarlos es diferente.
Estos pequeños experimentan emociones más intensas y pueden sentirse profundamente perturbados por hechos como la pobreza o la injusticia en el mundo. Esto es algo poco común en niños de su edad y que puede causar extrañeza en el resto. No obstante, se debe al desarrollo asincrónico entre su intelecto y sus emocionalidad (que todavía es la de un niño).
5. Aprenden de todo por sí mismos
Aunque los niños superdotados tienen una mayor facilidad para el aprendizaje, la enseñanza no puede faltar. Es decir, no saben todo desde el momento que nacen y también dependen de adultos que guíen las enseñanzas, los motiven y los orienten.
De hecho, están reconocidos como personas con necesidades educativas especiales y tienen derecho a que se realicen las adaptaciones necesarias, para que su educación sea acorde a sus capacidades.
6. Son adultos en miniatura
El desarrollado del intelecto de estos menores puede llevarnos a pensar que se trata de adultos en miniatura, pero no podemos olvidar que siguen siendo niños.
Todavía necesitan jugar, explorar y aprender. Sienten ira y frustración como todos los demás niños y también, tienen que aprender a regular sus emociones. No debemos exigirles que se comporten como lo que no son.
7. Resultan de una buena estimulación temprana
Por último, uno de los mayores mitos sobre niños superdotados es que estos el producto de una potente estimulación temprana.
No hay duda de que siempre es positivo favorecer y acompañar el desarrollo intelectual del infante, pero la superdotación tiene un importante componente genético y no es posible generar altas capacidades en el niño a base de sobre estimularlo.
Acerca de los niños superdotados
En definitiva, los niños superdotados no son un grupo homogéneo sino que presentan una gran diversidad, al igual que todos los seres humanos.
Así, antes de suponer, prejuzgar o encasillarlos, hay que permitirse conocer sus realidades de primera mano. Y si eres docente o progenitor y sospechas de que un niño posee altas capacidades, no dudes en buscar orientación profesional. Recibir la atención adecuada puede marcar la diferencia.
Bibliografía
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