Si tienes un bebé en casa, es posible que experimentes una fuerte privación de sueño. Esto ocurre porque los hábitos de descanso de los pequeños son irregulares y muy diferentes a los de los adultos y a fin de cuentas, hacen mella en el bienestar y en el estado anímico de los cuidadores. Por eso, muchos progenitores desesperados recurren a los métodos de entrenamiento del sueño para bebés a fin de hacer frente al cansancio. Hoy vamos a hablarte de uno de ellos: el método de Tracy Hogg.
Hogg era una enfermera británica experta en cuidado infantil que fue apodada “la susurradora de bebés”, debido a sus habilidades para calmar y tranquilizar a los pequeños. Seguramente hayas escuchado hablar de su libro Guía práctica para tener bebés tranquilos y felices, pero si no lo has hecho, hoy te contaremos sus principales propuestas. ¿Empezamos?
El método de Tracy Hogg: un sano equilibrio entre el descanso y el respeto
Cuando hablamos de métodos de entrenamiento del sueño infantil, abrimos el abanico a posturas muy dispares e incluso, opuestas. Algunos de los métodos más conocidos son los de Ferber o Estivill, que abogan por dejar llorar al niño por períodos crecientes hasta acostumbrarlo a dormirse sin demandar a sus cuidadores.
Otros expertos, como Rosa Jové o Carlos González, comprometidos con el apego y con la crianza respetuosa, sugieren atender sin reservas las necesidades de atención, de consuelo y de afecto de los infantes. Incluso (y sobre todo) a la hora de dormir. Sin embargo, esto es algo que algunos padres, con sus agotadores horarios laborales y su creciente agotamiento emocional, no logran sostener.
Así, el método de Tracy Hogg se postula como una posición intermedia y equilibrada entre ambos polos. En ella nunca se desatiende el llanto infantil, pero sí se establecen unas rutinas y unas pautas firmes a seguir.
Los principios y elementos del método de Tracy Hogg para dormir al bebé
Se recomienda que el método no se implemente antes de los tres meses, ni que tampoco se ponga en práctica si el niño ya duerme bien. No hay necesidad de modificar lo que ya funciona.
Ahora bien, si el pequeño presenta problemas para dormir y los padres están agotados, estas son las sugerencias a aplicar.
Establecer rutinas para dormir
Es necesario establecer ciertos rituales o rutinas con el bebé antes de dormir, a fin de relajarlo, tranquilizarlo y hacerle saber que, a continuación, llega el momento de descansar. Así, lo mejor es seguir siempre los mismos pasos: alimentarlo, bañarlo, darle un masaje, colocar una luz tenue, cantarle una canción o leerle un cuento.
Este ritual debe preceder al momento de acostarse, tanto por la noche como antes de las siestas. El objetivo es que se genere una asociación entre los hechos y que el pequeño comprenda cuándo es el tiempo de ir a dormir. De este modo, lo ayudaremos a prepararse y a anticiparse.
Acostarlo adormilado, pero no completamente dormido
Muchos padres y madres afirman que sus bebés solo logran conciliar en sueño en brazos y que esto resulta muy limitante para todos. Por eso, el método de Tracy Hogg sugiere que el bebé ha de estar adormilado, pero no totalmente dormido, al momento de colocarle en la cuna o cama.
Se le puede sostener en brazos para ayudarlo a relajarse y adormecerse, pero hay que acostarlo cuando aún está despierto, para que se acostumbre a dormirse por sí mismo en ese lugar.
Así, durante los despertares nocturnos que no requieran alimentación, el pequeño podrá conciliar nuevamente el sueño.
Implementar apoyos para dormir
La mayoría de los bebés utilizan algún tipo de apoyo para dormirse y los progenitores recurren a ellos con frecuencia, cuando no saben qué más hacer. A este respecto, según la autora, hay algunos aceptables y otros que convendría evitar.
Por ejemplo, no es conveniente mecer o zarandear con energía al niño, pues esto tiende a activarlo más y resulta contraproducente. Tampoco es positivo recurrir a darle paseos, amamantarlo ni cantarle en brazos hasta que se duerma, ya que así creamos un hábito placentero pero dependiente para volver a dormirse.
Por otro lado, el chupete sí puede ser empleado, siempre que se controlen los tiempos de uso. Es natural que los bebés necesiten estimulación oral para calmarse y para regularse emocionalmente y el pecho materno suele ser el elemento más adecuado.
Pero para algunas mujeres esto resulta agotador, de forma que el chupete logra suplir, de algún modo, está función. Ahora bien, la idea es que lo usen únicamente un tiempo limitado y cuando necesiten calmarse, no de manera indiscriminada ni sostenida.
Atender al llamado del bebé
Este es, seguramente, el punto más importante e identificativo del método de Tracy Hogg; y es que en este caso, al contrario que en el método Estivill, los padres sí han de acudir a consolar al bebé en cuanto este les reclame. Nada de dejarlo llorar solo.
Ahora bien, si no podemos mecerlo, pasearlo o darle el pecho, ¿cómo debemos proceder? Estas son las recomendaciones de la autora:
- Envolver al bebé en una mantita o chal, según la técnica swaddle o alguna similar. Esto ayuda a que sus extremidades queden recogidas y el cuerpo del pequeño entre en calor. También, simula la seguridad y el confort del útero materno.
- Dar palmaditas en la espalda o el torso del bebé de forma suave y rítmica. Podemos acompañar este movimiento con verbalizaciones tranquilizadoras como: “todo está bien”, “estoy aquí”, “es hora de dormir”.
- Una vez que el niño se ha calmado, hemos de volver a colocarlo en la cuna antes de que se duerma. Si vuelve a llorar y a reclamar atención, hemos de repetir el proceso: tranquilizarlo y ponerlo a dormir de nuevo. De esta manera le brindamos una respuesta y un consuelo, pero no lo acostumbramos a depender de los brazos para conciliar el sueño.
Últimas recomendaciones
Además de lo anterior, el método sugiere algunos consejos para mejorar los hábitos de sueño del bebé y lograr que duerma toda la noche. Por ejemplo, cuidar que las siestas diurnas no se prolonguen en exceso ni que se acerquen demasiado a la hora de acostarse.
Por otro lado, la autora recomienda alimentar al pequeño de forma generosa durante la cena, para que no se despierte pronto con hambre. Además, puede emplearse el dream feeding (dar una última toma dos horas después de dormir al bebé, antes de que los padres se acuesten) para prolongar aún más el sueño nocturno.
En conclusión, el método de Tracy Hogg considera las necesidades infantiles y las de los adultos, ofrece atención y respeto a los ritmos del niño y le enseña a establecer una rutina saludable de sueño. No obstante, cada familia ha de tomar sus propias decisiones y escoger las prácticas que mejor se alineen con sus valores y principios.
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Hogg, T., & Blau, M. (2006). The Baby Whisperer Solves All Your Problems: Sleeping, Feeding, and Behavior--Beyond the Basics from Infancy Through Toddlerhood. Simon and Schuster.
- Pinilla, T., & Birch, L. L. (1993). Help Me Make It Through the Night: Behavirol Entrainment Breast-Fed Infants' Sleep Patterns. Pediatrics, 91(2), 436-444. Disponible en: https://publications.aap.org/pediatrics/article-abstract/91/2/436/58621/Help-Me-Make-It-Through-the-Night-Behavirol