Lunares con pelos en niños: ¿se deben quitar?

Los lunares de los niños generan bastantes interrogantes entre los padres. ¿Se deben controlar o directamente quitar? A continuación, te contamos todo al respecto.

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Los lunares (o nevos) con pelos son tumores melanocíticos benignos de la piel, que tienden a mantenerse estables en relación a su tamaño y a su comportamiento. Y muchas veces, desaparecen con el transcurso del tiempo. Esto es una buena noticia, porque más allá del aspecto, suelen ser benignos y de muy bajo riesgo de malignidad.

Si bien algunos se presentan al nacer, lo más frecuente es que los nevos hagan su aparición en la infancia o en la adolescencia, cuando el aspecto físico toma gran relevancia. Por este motivo, te vamos a contar qué conducta se debe tomar con ellos y cómo cuidar la salud de la piel de tus hijos.

¿Los lunares con pelos en los niños pueden malignizar?

A la hora de valorar el aspecto de los lunares y determinar la probabilidad de que deriven en un cáncer de piel, es importante tomar en cuenta algunos factores individuales:

  • El momento de adquisición del nevo.
  • Las mutaciones que pudo haber sufrido la lesión desde su aparición.
  • La diferenciación de la célula de origen.

La aparición y el crecimiento de los lunares ocurre con mayor frecuencia durante los primeros años de la vida. Por lo tanto, es importante realizar controles anuales con el dermatólogo desde la infancia, para chequear la evolución de cada uno de ellos.

Si bien la gran mayoría de los nevos permanecen estables o desaparecen, alrededor del 5 % puede experimentar cambios que solo son detectados en los exámenes dermatoscópicos.

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El examen dermatológico de rutina permite evaluar el estado y la evolución de los nevos. Así mismo, prevenir ciertos tipos de cáncer de piel, aun en los niños.

¿La picazón de un lunar es sinónimo de malignidad?

El prurito de un nevo no es siempre un indicador de cáncer, pues puede deberse a diferentes causas. Lo más probable es que la piel aledaña se encuentre seca y deshidratada, situación que se resuelve con la aplicación diaria de una crema humectante.

Por otro lado, existe la creencia que por tocar demasiado o rascar un lunar se lo puede malignizar, lo cual es absolutamente falso. Sin embargo, hurgar con las manos sucias sobre los lunares puede provocar una infección bacteriana y esto sí debe evitarse.

Finalmente, los lunares con pelos tienen mayor probabilidad de ser benignos, ya que acostumbran a ser más maduros que los demás. Por lo tanto, tocarlos, rascarlos o quitarles los pelos no incrementa el riesgo de malignidad.

La consulta dermatológica en los niños

Varios estudios han demostrado que la cantidad de lunares del cuerpo aumenta durante la infancia y la adolescencia, por lo que controlar su evolución en estas etapas es una práctica muy recomendable.

Lo ideal es concurrir a la consulta dermatológica al menos una vez al año, para corroborar el estado de salud de la piel y evaluar todas las lesiones pigmentadas del niño. Así mismo, los chequeos de rutina en la infancia fomentan el hábito de la prevención a futuro.

Como hemos mencionado antes, el riesgo de malignidad de un lunar es bastante bajo en los menores, incluso el de aquellos con pelos. Sin embargo, el melanoma que puede desarrollarse a partir de dichas lesiones suele observarse en la edad adulta.

Por lo tanto, la remoción preventiva de los lunares con pelos en los niños no está justificada. No obstante, aquellos nevos que muestran rasgos clínicos atípicos o que están localizados en áreas difíciles de examinar pueden ser candidatos para la escisión.

La regla del “signo del patito feo”

Junto con la regla del ABCDE, esta regla es de suma utilidad para realizar los autoexamenes cutáneos. Dichos controles se basan en el precepto de que la gran mayoría de los nevos normales del cuerpo son similares entre sí, mientras que las lesiones malignas suelen diferenciarse del resto.

Si se comparan todas las lesiones pigmentadas del cuerpo del infante, las atípicas llamarán la atención aun del ojo inexperto. Esto es tanto por su coloración, como por su tamaño o por la presencia de alguna característica específica.

Para la mayoría de los niños, el examen de los lunares se realiza mejor antes o después del baño y en él deben incluirse los genitales y el cuero cabelludo. En caso de detectar algún signo particular en los nevos, es conveniente solicitar una evaluación adicional.

La regla del ABCDE

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La regla del ABCDE sirve para reconocer las características atípicas de cualquier nevo del cuerpo y consultar oportunamente al especialista.

Se recomienda realizar autoexámenes de las lesiones pigmentadas para disminuir la gravedad y la profundidad de las lesiones malignas al momento del diagnóstico. Incluso, cuando esta práctica se asocia a las consultas regulares con el dermatólogo, el riesgo de desarrollar un carcinoma se reduce aún más.

La regla del ABCDE incluye a las características clínicas de las lesiones malignas cutáneas de la siguiente manera:

  • A: Asimetría, pues cada mitad del lunar debe ser igual.
  • B: Bordes mal definidos, festoneados o irregulares.
  • C: Cambios en la coloración, que es uno de los motivos de consulta más habituales de los lunares.
  • D: Diámetro mayor a 6mm o que continúen en crecimiento.
  • E: Evolución o elevación, ya que pueden ser signos de malignidad.

Vale destacar que los nevos de los niños presentan una mayor actividad, comparados con los de los adultos. Por ende, la presencia de algunas de estas características clínicas no necesariamente implique un signo de malignidad. Lo más conveniente en estos casos, es consultar con el especialista para evacuar dudas.

La benignidad de los lunares con pelos

Tal como has podido comprobar, no es una indicación médica absoluta quitar los lunares con pelos de los niños, ya que estos tienen una muy baja probabilidad de derivar en lesiones malignas. No obstante, en aquellos casos que lo ameriten se puede realizar este procedimiento. Sobre todo, cuando afecten el autoestima del menor.

En cuanto a los cuidados de los nevos, es pertinente remarcar que la protección solar es la mejor manera de prevenir el cáncer de piel a futuro.

Bibliografía

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