Los niños y el móvil: sus peligros y beneficios

Los niños y el móvil: sus peligros y beneficios

La relación entre los niños y el móvil es muchas veces preocupante.

No es ninguna novedad que, hoy por hoy, los niños y el móvil van de la mano, casi literalmente. De hecho, muchos niños manejan los teléfonos mejor que sus propios padres. Y no estamos hablando de niños de 10 años. Pensemos en los de 3 o 4. Sí, esos que ni siquiera saben leer y apenas logran expresarse claramente.

Tal vez por ignorancia, quizás por inocencia o incluso por comodidad (para disponer de esa “bendita media hora” en la que al niño ni se lo escucha), los padres generalmente acceden a prestar esa extensión de sus manos. No es fácil, cuidado. No estamos lejos de que la “abstinencia” del móvil se transforme en una de esas enfermedades de moda.

Pero, dejando de lado la ironía y metiéndonos en lo que verdaderamente importa, ¿les estamos haciendo mal a los niños al dejarles el móvil? ¿O en verdad despierta su creatividad y sus sentidos?

Según publicó el diario argentino Clarín en abril de este año, el 70 % de los niños menores de 5 años ya sabe cómo manipular estos aparatos. Este dato se desprende de una investigación publicada en el estudio “Kidditos”, elaborado por la consultora Markwald, La Madrid y Asociados.

El mismo matutino recopila el testimonio de Andrea Cocca, médica pediatra y miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría, quien afirma que estas cifras no sorprenden y que es cierto que cada vez se incrementa más en los niños el uso del móvil y de la tablet para permitirles jugar o para crearles un entretenimiento mientras sus padres están ocupados con otra actividad.

Los niños y el móvil: cuánto tiempo y a qué precio

Los expertos recomiendan que el contacto con las pantallas debe ser nulo entre los 0 y los 2 años de edad. En los próximos tres años de vida (3-5), se sugiere una hora diaria como máximo. De 6 a 12, el límite deberían ser las 2 horas por día.

En edades tempranas, la Sociedad Argentina de Pediatría recomienda que la actividad se realice en compañía de un adulto que ayude al niño a entender lo que está viendo y a poder aplicarlo al mundo que lo rodea.

Los niños saben manejar los aparatos electrónicos desde una temprana edad.

El médico pediatra Guillermo Goldfarb, miembro del Grupo de Trabajo en Tecnologías de Información y Comunicación de la Sociedad Argentina de Pediatría, expresó un concepto similar que apunta a esta relación entre lo virtual y el mundo real. Afirma que el cerebro de los niños, en pleno desarrollo, necesita de los estímulos sensoriales. Por ejemplo, al ver rodar una pelota, el niño aprende todo el proceso, puede incluso tocarlo. Si la ve en una pantalla, solo ve algo bidimensional.

“El 70 % de los niños menores de 5 años ya sabe cómo manipular un móvil”

De todos modos, incluso cumpliendo los parámetros recomendados podría presentarse alguno de los siguientes potenciales inconvenientes causados por la excesiva relación entre los niños y el móvil:

  • Problemas para mantener la atención durante un tiempo prolongado.
  • Retrasos cognitivos y dificultad para aprender.
  • Dificultades para conciliar el sueño.
  • Aumento de la impulsividad y los malos hábitos.

Como si esto fuera poco, algunos estudios señalan también que existe una relación directa entre las crecientes tasas de depresión y ansiedad infantil y la sobre exposición a los teléfonos móviles.

La obesidad infantil y otros problemas relacionados con el sedentarismo también surgen como contracara de acostumbrar a los niños a su “chupete electrónico”, tal y como muchos expertos lo llaman. Se trata de una cuestión de lógica: si están con el móvil en la mano, no están haciendo ejercicio ni moviéndose.

No todo es negativo

Sin embargo, y aunque parezca incomprensible, este asunto también puede tener su arista positiva. La ya citada especialista Andrea Cocca afirmó a Clarín que “en los niños de entre dos y cinco años, el uso de celulares y tablets con programas educativos puede ayudar en el desarrollo de habilidades, pero siempre hay que usarlos menos de dos horas diarias”.

Transportando el caso a la cotidianeidad, seguro que todos podemos pensar en aquel niño que aprendió los colores, los nombres de los animales, los números o incluso a leer frente a un dispositivo digital.

Haciendo un balance entre los puntos a favor y en contra anteriormente expuestos, podemos concluir que, efectivamente, la clave está en no abusar y, además, poner en constante evaluación la relación entre los niños y el móvil y las posibles consecuencias que esta genera en su comportamiento.

Los adultos deben controlar el uso de los móviles por parte de los niños.

Un último dato a tener en cuenta

¿Cuál es la edad adecuada para permitir que los niños tengan su propio móvil? James Steyer, presidente ejecutivo de Common Sense Media, una organización sin fines de lucro que se centra en la revisión de contenido y productos para las familias, parece brindar una visión sensata al afirmar que no hay dos niños iguales y no hay una edad mágica para tener móvil. La edad no es tan importante como el grado de madurez del niño.

“La solución está en no abusar y en evaluar la relación entre los niños y el móvil y las posibles consecuencias que esta genera en su comportamiento”

Este un detalle no menor: además de los peligros que presenta la conexión con desconocidos a través de Internet (como el grooming o el sexting), Common Sense reveló también números extremadamente preocupantes sobre la adicción que esta tecnología genera en los más pequeños. En resumen, uno de cada dos niños sufre este padecimiento y el 59 % de los padres lo saben o, al menos, lo suponen. Por eso, aunque muchas veces no es sencillo, es importante saber decir “no” en la educación.

Bibliografía

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