Los niños a veces necesitan ensuciarse

Los niños desde pequeños se ensucian. Es una parte normal de su crecimiento, deben explorar e interactuar con el entorno, y hacerlo… requiere que se ensucien y que se diviertan mientras descubren el medio. Aunque es cierto que muchos padres quieren que sus hijos estén limpios, sobre todo, para evitar enfermedades o que se contaminen y puedan desarrollar algún tipo de dolencia.

Es cierto que la buena higiene también es fundamental para el desarrollo de los niños, necesitan estar limpios para estar libres de patógenos y además, una buena salud siempre estará relacionada con una buena higiene personal. Pero si los padres se obsesionan con esto y mantienen a sus hijos extremadamente limpios siempre, puede tener el efecto contrario y que los niños sean más vulnerables a contraer enfermedades.

Explorar el mundo

Un niño de dos años es un explorador nato que solo quiere descubrir todo lo que el mundo tiene que ofrecerle. Es bueno que lo haga y además, también es bueno para su salud.

Es necesario que los niños tan pequeños estén bajo la atenta mirada de sus padres todo el tiempo, pero que al mismo tiempo no tenga miedo acerca de la suciedad y los gérmenes. Lo importante es que el niño no se meta todo en la boca.

Cuando los niños juegan y exploran el mundo, esto puede ser bueno para su salud porque se refuerza el sistema inmunológico. Los niños pequeños disfrutarán de explorar el entorno, esto les hará sentirse conectados con la naturaleza, sentirse más felices y estar más conectados con ellos mismos. Jugar y ensuciarse además de felicidad, les ayudará a estar más sanos.

Ensuciarse es bueno para la salud

Existen estudios que confirman que los niños que no tienen contacto con la suciedad del entorno pueden tener más riesgo de alergias y asma que aquellos niños que sí tienen contacto con la suciedad natural del entorno, como parques, naturaleza o incluso granjas y animales. Los niños expuestos a más hongos y bacterias y desarrollan menos alergias y asma.

También hay investigadores que muestran cómo también la saliva de los padres también protegen a los pequeños de asma, eccema y otras reacciones alérgicas. Por lo que los padres sanos (que no fuman, ni están enfermos y tienen una correcta higiene bucal) que por ejemplo chupan el chupete del pequeño antes de dárselo (cuando se cae al suelo, por ejemplo), ayudan a que sus hijos tengan un mejor sistema inmunológico, es decir, más fuerte.

Todo esto deja claro que los niños necesitan ensuciarse. No es buena idea proteger a los niños o meterles dentro de una ‘burbuja de cristal’ para evitar que estén en contacto con las bacterias del entorno. Por lo tanto, el hecho de que los niños estén en contacto con más microorganismos será algo que les proteja y les ayude a tener una salud más fuerte en la vida futura.

Ni muy sucio ni metido en una ‘burbuja de cristal’

Todos los extremos son negativos por lo que tener a un niño siempre sucio puede ser muy nefasto para su salud y tenerlo siempre impecable y que por ejemplo, su dormitorio no tenga ni una mota de polvo, también. Pero permitir a un niño disfrutar del parque sin restricciones, vigilando que no se meta nada a la boca y después bañarle en casa la suciedad, es buena idea.

Es importante que los padres sean conscientes de que los niños son niños y que necesitan ensuciarse para explorar, pero también para tener una mejor salud. No se trata de que los niños no se bañen y que siempre estén sucios… Pero no hay que obsesionarse con lavar las manos a los niños a cada segundo, ni tener los dormitorios limpios a cada momento…

Es necesario que las rutinas diarias incluyan buenos hábitos de higiene, que los niños sepan que pueden ensuciarse y disfrutar, pero que las cosas en la boca no se meten y que cuando se está muy sucio hay que limpiarse para evitar enfermedades. Al mismo tiempo, los padres deben saber que obsesionarse con la limpieza no es buena idea y que deben permitir disfrutar a los pequeños, sin obsesionarse con la limpieza.

Bibliografía

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