Lo que una madre primeriza debe saber

La maternidad conlleva dudas e incertidumbre. Por ello queremos compartirte algunos consejos que toda madre primeriza debería conocer.
Lo que una madre primeriza debe saber
Elena Sanz Martín

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 03 mayo, 2020

Toda madre primeriza debe lidiar con aspectos que hasta el momento desconocía por completo. Y es normal que surjan dudas e incertidumbres.

Por eso, en este artículo te compartimos algunos consejos acerca de lo que toda madre primeriza debería saber. Presta atención para estar preparada cuando llegue el momento.

¿Qué debe saber la madre primeriza sobre la lactancia?

En primer lugar has de saber que no hay mejor alimento para tu bebé que la leche materna. Esta satisface sus necesidades nutricionales y emocionales además de reforzar su sistema inmune.

Además,  esta también reporta grandes beneficios a la madre. Pues se ha demostrado que las mujeres que amamantan a su bebé recuperan rápidamente su silueta y tienen menos riesgo de cursar una depresión postparto.

Otro aspecto con el que debes ser sumamente cuidadosa es con el contacto visual y la comunicación que establece con el bebé al alimentarlo. De esta manera estableces el sólido vínculo que os unirá de por vida.

Recuerda que si decides dar el pecho al bebé, inicialmente tus pezones pueden agrietarse o irritarse. Para evitar o curar estas heridas, puedes cubrirlos con crema de caléndula antes del parto e incluso durante el período de lactancia.

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Primer cambio de pañal, el reto de la madre primeriza

No te alarmes si notas que la primera deposición del bebé tiene un aspecto demasiado oscuro. Esto es absolutamente normal. Se trata de lo que se conoce como meconio. Luego notarás que las heces irán aclarándose.

Respecto a la frecuencia de cambio de pañal considera que se recomienda hacerlo doce veces por día. Además, para evitar la famosa dermatitis del pañal puedes optar por dejar al niño un ratito sin pañal para permitir que su piel respire. En caso de que ya presente eccemas, es posible acudir a cremas para paspaduras.

Esos malditos cólicos…

Los temidos cólicos con fácilmente perceptibles ya que el bebé mantendrá un llanto constante que no se calmará con ninguna estrategia. Esta molestia es producida por la cantidad de gases que el bebé aún no puede expulsar con facilidad. Por ello, para ayudarlo, te recomendamos que subas y bajes sus piernas como si estuviese pedaleando o que pruebes a masajear su barriguita siguiendo el sentido de las agujas del reloj.

El baño del bebé

Como es sabido, hasta que no caiga el cordón umbilical no puedes bañar a tu hijo. Sin embargo, puedes limpiarlo con la ayuda de esponjas y  productos especialmente diseñados para esta etapa.

Primero debes cuidar el cordón umbilical, higienizándolo con un algodón con alcohol para que se seque y caiga rápidamente. Pero atención, si detectas mal olor, sangre o pus alrededor de su ombligo, debes llevar al niño al pediatra para evitar que se infecte.

Respecto al baño del bebé, se recomienda realizarlo siempre a la misma hora y preferentemente en la noche. Pues esto ayudará al pequeño a conciliar mejor el sueño. Asegúrate de que el agua se encuentre aproximadamente a 37ºC y que en la habitación no haya corrientes de aire.

La madre primeriza y el sueño del bebé

Actualmente se recomienda a la madre primeriza acostar al niño de costado, evitando posibles ahogos, así como no abrigar en exceso al pequeño para reducir el riesgo de muerte súbita. Además se aconseja que el bebé duerma hasta los seis meses en el cuarto de sus padres.

Por otro lado es preferible no evitar los ruidos cuando el niño duerma durante el día. Pues es importante que pueda diferenciar el día de la noche y que vaya asociando la oscuridad nocturna con la hora de dormir.

Bebé en brazos de su madre

Llantos y alaridos

Seguramente habrás percibido que hay distintos tipos de llanto del bebé que se ajustan a necesidades diferentes. Generalmente son cuatro:

  • Urge cambiarle el pañal.
  • Tiene hambre o sed.
  • Tiene sueño.
  • Está muy abrigado o desabrigado.

Si ya atendiste todas estas necesidades y el llanto persiste, seguramente esté reclamando tu atención. Sólo lo calmarás con mimos, besos y caricias capaces de hacerlo sentir amado y cuidado.

Madre primeriza: emprende tu propia aventura

Embarcarse en la aventura de cuidar a un bebé es todo un desafío, y la angustia suele acompañar a la inexperiencia. Sin embargo recuerda que no hay madres perfectas y que los niños no vienen con un manual de instrucciones. El camino se hace recorriéndolo, así que disfruta del paisaje. ¡Buen viaje!


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