La leche de avena es una bebida vegetal que se utiliza para sustituir a la de vaca tradicional. Esta, no cuenta con lactosa en su interior, por lo que resulta una buena opción para los niños intolerantes al azúcar. Ahora bien, no es oro todo lo que reluce. Estamos hablando de un producto con una densidad nutricional muy inferior.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que el consumo de lácteos está recomendado durante todas las etapas de la vida. Estos alimentos cuentan en su interior con proteínas de alto valor biológico y con minerales esenciales para garantizar un buen estado de salud. Salvo por alguna causa justificada, no se deben retirar de la dieta.
Ventajas de la leche de avena
Como principal ventaja de la leche de avena se puede destacar que no cuenta con lactosa en su interior. Este azúcar, presente de forma natural en la leche de vaca, puede generar problemas digestivos o de absorción en algunas personas. No obstante, se ha demostrado que, en ciertas ocasiones, estas dificultades están motivadas por una microbiota poco diversa y densa.
Por este motivo, el tratamiento con probióticos resulta efectivo para limitar la sintomatología de la intolerancia a la lactosa. Además, permite que los niños y los adultos puedan introducir el carbohidrato en la dieta sin tantos problemas. Así lo evidencia una investigación publicada en la revista Critical reviews in food science and nutrition.
Desventajas de la leche de avena
Es importante destacar que la leche de avena cuenta con algunas desventajas, sobre todo cuando se compara con el producto lácteo tradicional. Algunas de ellas son las que se detallan a continuación.
Puede tener azúcares agregados
La leche de avena es una bebida que suele contener azúcares añadidos en su interior. Dichos elementos son capaces de afectar negativamente al estado de salud de los pequeños cuando se consumen de forma crónica, según un estudio publicado en Frontiers in bioscience.
Tiene escasa densidad nutricional
Se trata de un alimento que cuenta con una escasa densidad nutricional, ya que está compuesto fundamentalmente por agua y por una porción limitada de cereal. Además, no concentra en su interior proteínas de alto valor biológico que son necesarias para el correcto desarrollo muscular. Tampoco cuenta con ácidos grasos que modulen los mecanismos inflamatorios del organismo.
Cuenta con pocos micronutrientes
Desde el punto de vista de los micronutrientes, no se trata de una bebida interesante. Cuenta con vitaminas del grupo B y con algunos minerales como el hierro, pero en cantidades muy bajas. Además, la biodisponibilidad del hierro de origen vegetal es realmente baja, por lo que la mayor parte se perderá a través de las heces.
¿Cuándo introducir leche de avena en la dieta de los niños?
Se puede introducir la leche de avena en la dieta de los niños cuando estos presentan una fuerte intolerancia a la lactosa o alergia a las proteínas del lácteo tradicional. De este modo, se prepararán comidas, batidos, papillas y biberones sin riesgos para la salud. Ahora bien, siempre que sea posible ofrecer leche de vaca, esta ha de ser la opción preferente.
Además, a la hora de incluir alguna bebida vegetal en la dieta es determinante observar con atención el etiquetado. Hay que cerciorarse de que no cuenta con azúcares añadidos en su interior, de lo contrario podría generar un perjuicio a nivel metabólico a medio o a largo plazo.
Por otra parte, tampoco es conveniente que cuente con edulcorantes artificiales. Dichos compuestos pueden dañar la composición de la microbiota intestinal a mediano plazo y, de esta manera, reducir la diversidad y la densidad bacteriana. Así, se incrementa la incidencia de muchos problemas digestivos como las patologías inflamatorias intestinales.
Leche de avena, una opción no demasiado aconsejable
Como has podido comprobar, la leche de avena es un alimento poco denso desde el punto de vista nutricional. Puede servir como sustituta de la leche de vaca siempre y cuando esta no se pueda consumir por motivos de alergia o de intolerancia. Sin embargo, en condiciones normales se ha de priorizar la bebida de origen animal.
Ahora bien, cabe la posibilidad de plantear un consumo conjunto de ambos tipos de leche. Así, se consigue reducir la densidad energética de la dieta, al tiempo que se aportan macro y micronutrientes de calidad. Eso sí, a la hora de elegir una bebida vegetal recuerda prestar especial atención al etiquetado nutricional.
Bibliografía
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- Oak, S. J., & Jha, R. (2019). The effects of probiotics in lactose intolerance: A systematic review. Critical reviews in food science and nutrition, 59(11), 1675–1683. https://doi.org/10.1080/10408398.2018.1425977
- Freeman, C. R., Zehra, A., Ramirez, V., Wiers, C. E., Volkow, N. D., & Wang, G. J. (2018). Impact of sugar on the body, brain, and behavior. Frontiers in bioscience (Landmark edition), 23, 2255–2266. https://doi.org/10.2741/4704