Ser tímidos para algunos niños es un grave problema. Sin embargo, la timidez es un rasgo de la personalidad de muchas personas. Durante la infancia, esta característica puede formar parte del desarrollo del niño. Por esta razón, se consideran normales ciertos comportamientos que la manifiestan.
Aunque el origen de la timidez puede ser genético, influye mucho el trato de sus padres y el entorno. Por ello, si se toman las medidas apropiadas, el pequeño puede superar esa característica genética y ser extrovertido al crecer.
A fin de lograrlo, es necesario entender lo que le sucede al niño en cada etapa. De esta manera, los padres tendrán las herramientas necesarias para que el niño desarrolle sus capacidades y no se vea limitado por la timidez.
Señales de la timidez en las distintas etapas de la infancia
Muchos niños son naturalmente tímidos desde que nacen. Gran parte de su comportamiento en relación con la timidez es debido a su neuroquímica. Por eso llega a ser cauteloso, mostrando predisposición a situaciones nuevas.
Primeros meses
Durante sus primeros meses, algunos bebés son más tolerantes a la compañía de diferentes personas, aunque no pertenezcan a su entorno común. Generalmente, cuando alguien les sonríe o es amable, el bebé se siente cómodo.
En ese periodo, el niño reconoce a sus padres. Sin embargo, no está facultado para identificar los rostros de cada uno de ellos. Por lo tanto, atender a sus necesidades y demandas de atención contribuye a que no presente una timidez excesiva en etapas posteriores.
6 meses de edad
Al cumplir seis meses de edad, el niño tiende a ser muy desconfiado. Ya reconoce el rostro de sus padres y de quienes pasan mayor tiempo con él. Por eso, una cara nueva le resulta extraña o le genera inseguridad. En esta etapa de la infancia es muy común que el niño quiera sentir apoyo y seguridad, y lo busca en quienes ya está acostumbrado a ver. Así, cuando estos no están presentes se produce en el pequeño el miedo a la separación.
Muchos padres, por el temor de que el bebé desarrolle una dependencia absoluta, suelen forzar la separación. Sin embargo, eso es algo que él debe aprender solo. A medida que va creciendo, empieza a sentir seguridad, aunque manifieste cierta timidez de una u otra forma.
2 años de edad
A sus dos años, los niños no acostumbran a saludar a extraños, se esconden detrás de sus padres, los necesitan para sentirse seguros.
Aunque esta conducta se vincula con la timidez, en realidad los niños a esa edad son socialmente selectivos. Si no trata con otros niños no es que no le agrade, lo más seguro es que prefiera jugar solo. Por lo general, los niños suelen incomodarse quitándose los juguetes o tratándose mal, así que evitar estas situaciones les da tranquilidad.
Sin embargo, si la timidez en las distintas etapas de la infancia es excesiva podría suponer algún problema. Si ya está llegando a los tres años y sigue sin interés social, no juega con otros niños, se vuelve insensible al contacto físico, no se expresa con claridad o muestra ansiedad ante situaciones nuevas puede ser necesaria la ayuda de un experto.
3 años de edad
Desde los tres hasta los seis años el niño empieza a desarrollar ciertas habilidades intuitivas, por lo que es capaz de tener una mejor interacción con los demás. Sin embargo, esto también puede crear en el pequeño ciertos miedos, lo que le puede hacer más sensible al relacionarse con otros.
A menudo llega a preocuparse mucho por lo que se piense de él, no soporta los comentarios negativos. Además, tiene miedo de no cumplir las expectativas de sus seres queridos. Se vuelven autocríticos, se centran en sus debilidades, y piensan que les falta valor para enfrentar las situaciones temidas.
¿Cómo se puede combatir la timidez durante la infancia?
Antes que nada, es necesario tener en cuenta cómo los niños manifiestan sus emociones. A menudo, el comportamiento, la forma de jugar y los dibujos pueden dar una idea de lo que siente el niño. Esto es útil porque en las etapas iniciales, es complicado que pueda expresarlo con palabras.
- Con frecuencia, los niños pequeños suelen intimidarse ante un extraño, si están jugando se detienen. Para superar este momento incómodo, es necesario que los padres le tranquilicen. Una sonrisa, un abrazo o palabras de ánimo son de gran ayuda para que el pequeño sienta confianza.
- Aunque el niño no se sienta cómodo, no es prudente mantenerlo lejos de otros. Se le debe ayudar a integrarse. Esta exposición social es útil, hará que se sienta relajado y estable delante de las personas.
- Cuando ya sea un poco más mayor, en la etapa donde escucha y razona con los demás no es prudente decirle que es tímido. Esto le puede parecer una crítica y, en consecuencia, se podría retraer más.
- Para generarle seguridad, es más sabio expresar que el niño necesita tiempo para sentirse cómodo con los desconocidos.
- También es fundamental que tengas expectativas realistas, ya que la timidez en las distintas etapas de la infancia puede sobrellevarse. Sin embargo, esperar demasiado de él puede repercutir en su comportamiento.
¿Es posible superar la timidez en la infancia?
Aunque resulte preocupante, no existe manera de saber si un niño tímido dejará de serlo. En muchos casos, la timidez en las distintas etapas de la infancia ha llegado a superarse y, al crecer, pueden desenvolverse abiertamente.
Se ha determinado que, a medida que avanza el tiempo, la experiencia que adquiere el niño supera sus características genéticas. Por lo tanto, no tienes por qué angustiarte. Como madre o padre debes esforzarte por brindarle estabilidad, apoyo y cariño. Si lo ayudas a sentirse cómodo, tendrá la confianza para superar su timidez.
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Cano Vindel, A., Pellejero, M., Ferrer, M. A., Iruarrizgada, I., & Zauzo, A. (2001). Aspectos Cognitivos, Emocionales, Genéticos Y Diferenciales De La Timidez. Revista Electrónica de Motivación y Emoción
- Ito, L. M., Roso, M. C., Tiwari, S., Kendall, P. C., & Asbahr, F. R. (2008). Terapia cognitivo-comportamental da fobia social. Revista Brasileira de Psiquiatria. https://doi.org/10.1590/S1516-44462008000600007
- Olivares, J., Rosa, A. I., Piqueras, J. A., Sánchez-Meca, J., Méndez, X., & García-López, L. J. (2002). Timidez y fobia social en niños y adolescentes: Un campo emrgente. Psicologia Conductual. https://doi.org/10.1016/S0975-3575(11)80026-X