Las sociedades están en continuo movimiento y sus cimientos han cambiado profundamente hasta constituirse en algo muy distinto. Hoy en día, lo que se define como hogar debería entenderse como un refugio que brinda comprensión y tranquilidad. No obstante, puede convertirse en un lugar de confrontación, dando lugar a una saturación convivencial en el ambiente familiar.
La saturación convivencial
Cuando se organizan unas vacaciones familiares, se planifican con expectativas de disfrutar y relajarse en familia. Sin embargo, con frecuencia sucede que puede que surjan discusiones y roces, originando malestar, enfados y sí, cierto desencanto respecto a tu propia familia.
Esta saturación convivencial proviene, principalmente, del aumento del tiempo compartido en común, pudiendo desajustar la intimidad habitual de cada miembro de la familia.
Gergen (1991) plantea que la forma familiar que emerge con fuerza hoy en día es la “familia saturada”. El hogar ya no es fuente de armonía, sino un espacio de confrontación entre personas de diferentes edades y géneros.
Es decir, la saturación convivencial tiene lugar cuando los roces habituales de la convivencia familiar terminan por interferir negativamente en la relación, saturando así a sus integrantes.
“El respeto mutuo implica la discreción y la reserva hasta en la ternura, y el cuidado de salvaguardar la mayor parte posible de libertad de aquellos con quienes se convive”.
-Henri-Frédéric Amiel-
¿Cómo evitar la saturación convivencial? Comunicación y respeto
La comunicación constante y oportuna de padres e hijos es de vital importancia en la vida familiar. Hernando Duque en Cómo mejorar las relaciones familiares plantea la necesidad de que las relaciones familiares deben basarse en la complementación y apoyo mutuo, sintiéndose cada miembro del hogar parte del otro.
Para evitar futuros malentendidos es necesario practicar el diálogo en familia y la escucha activa. Con frecuencia sucede que, cuando nos encontramos en un diálogo, solo nos centramos en lo que nosotros queremos decir. Esto es conveniente que se evite; debemos esforzarnos en tener interés en lo que tiene que decir el otro.
Por otro lado, cuando hablamos de respeto familiar, no solo hacemos referencia a la aceptación y comprensión. Es necesario que en el hogar se respeten las individualidades de cada miembro. Por ejemplo, respetar los espacios compartidos. Generalmente, los conflictos surgen por no compartir estos espacios de forma ordenada.
En cambio, en los espacios como los dormitorios, cada cual tiene derecho a expresar sus gustos dentro de este. Además, el respeto también significa interés, es decir, mostrar interés en conocer a nuestros hijos o a nuestra pareja.
Estrategias para mejorar la convivencia familiar
- Establecer un tiempo en común para dedicarlo en familia y convertirlo en rutina. Dedicar una tarde o noche a la semana para merendar, jugar a juegos o ver una película juntos. Lo importante es destinar un espacio de convivencia familiar que origine un sentimiento de compromiso en todos los miembros.
- Planificar los acontecimientos conjuntamente en familia. Si todos los miembros participan en la planificación, por ejemplo, de las vacaciones, la motivación y el interés aumentará considerablemente. Esto ayudará a que todos los miembros manifiesten mayor conformidad, lo que evitará posibles roces o discusiones.
- Trabajo en equipo. Por ejemplo, compartir las tareas del hogar con los niños desde muy pequeños fomentará el sentido de pertenencia a la familia. Esto les ayudará, a su vez, a sentirse responsables del hogar.
- Hacer partícipes a tus hijos de las conversaciones y decisiones familiares, ofrecerles la oportunidad de expresar su opinión. Su autoestima aumentará al ver que valoras su opinión y la aprecias.
- Fomenta que tus hijos tomen sus propias decisiones. Aparte de que ayudará a fortalecer su sentido de responsabilidad, tu hijo depositará más confianza en ti. Deja que decidan cómo ordenar su cuarto, qué ropa ponerse, etc.
Conclusión
Concluyendo, la convivencia familiar es todo un reto y hoy en día más todavía. Las redes sociales asumen un papel importante en la conformación del sentido de pertenencia, lo cual afecta en profundidad a la vida familiar. Las relaciones familiares cada vez son más complejas y los mejores ingredientes para que funcionen son el respeto y una buena comunicación.
Además, resulta imprescindible que nuestros hijos o nuestra pareja no solo se sientan apoyados. Es esencial que sientan que forman parte de la familia, que todos ellos importan y tienen un valor. Deben sentirse irremplazables.
Bibliografía
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- Gergen, K. J. (1991). La familia saturada. Nueva York, Estados Unidos: Networker.
- Duque, H. (2007). Cómo mejorar las relaciones familiares. Bogotá, Colombia: Sociedad de San Pablo.