Nuestros hijos, conciben el mundo y la realidad de una forma distinta que los adultos. En ocasiones podemos preocuparnos cuando creemos que el pequeño pasa los límites de lo imaginario. No obstante, estate tranquila pues esto es totalmente normal.
Los niños recurren constantemente a la fantasía para divertirse y expresarse. Esto es una práctica que según los expertos inicia desde los tres años de edad, o incluso, un poco antes.
Imaginar es un mecanismo de distracción en donde el pequeño descarga un conjunto de emociones e ideas.
En ocasiones se preguntan si todo este comportamiento es normal en el pequeño. Lo primero que debemos saber es que ciertamente la abierta manifestación de esta habilidad es muy común en la niñez.
En este sentido, nuestro único deber es estar atentas y ayudar a los pequeños a diferenciar lo que es real y lo que es una fantasía. A continuación te aclaramos algunas dudas que surgen con respecto a este tema
Debemos hacernos parte de su mundo para que los niños se sientan confiados
El rol de padres en la fantasía y realidad
Es fundamental entender que nuestros hijos no tienen la misma madurez que un adulto. Por tal razón, debemos hacernos parte de su mundo para que se sientan confiados a la hora de hacernos alguna pregunta. Jugar con ellos y darles ideas mientras recrean historias los hará sentir que tienen un cómplice en su fantasía.
Por otra parte, es necesario que no te quedes solo mirando mientras ellos juegan. Por el contrario, es bueno que a veces participes en sus aventuras. No importa si te toca tomar el té en el jardín o ser un superhéroe que come helados, lo mejor es meterte en su mundo y compartir esas altas dosis de creatividad.
Lo que no debes hacer nunca es cuestionarlo o intervenir abruptamente, salvo que veas que su imaginación lo pueda llevar a correr algún peligro.
Hablamos de juegos de roles violentos o con objetos peligrosos. Es en este tipo de situaciones en las cuales debes hacerle entender como es la realidad.
¿Cómo ayudarlos a distinguir la realidad?
No debemos luchar contra la imaginación durante la niñez ya que esta resulta agradable para nuestros chiquillos. Pero lo que sí podemos hacer es explicarles el alcance de lo irreal.
Por ejemplo, si a tu hijo le da miedo un personaje de ficción, lo recomendable es explicarle que él mismo no existe en la vida real. Así evitarás que tenga una mala pesadilla en la noche.
También puedes explicarle lo que ocurre con cosas que sí existen. Así cuando por ejemplo demuestre miedo por los tiburones, tú le indicarás que ellos están en lo más profundo del océano y que casi nunca pueden atacar a las personas. Hay que marcarles la diferencia entre una conversación seria y un juego.
Buscar soluciones reales a situaciones de la cotidianidad tampoco es una mala idea. Esto significa que si por casualidad nos quedamos accidentados en la vía, podemos pedirle una opinión sobre lo que se debe hacer. No será extraño que en alguna ocasión te diga que debes llamar Hulk para que levante tu carro y lo lleve directo al mecánico.
Beneficios de la imaginación
Expresar la fantasía es una gran ventaja que nos ofrece la inocencia de la niñez. En primer lugar aumenta la distracción y el entretenimiento, lo cual es ideal para los niños que pasan mucho tiempo en sus casas.
Además, se estimula la inteligencia porque se ejercita la actividad intelectual del menor y se refuerzan los conceptos aprendidos. Otro aspecto positivo es que el niño no dependerá siempre de dispositivos digitales para su diversión.
Los videojuegos, el Internet y la televisión son buenos pero no pueden ser lo único. Evita que tu hijo sea un adicto a la tecnología e invítalo a que juegue con figuras de acción o que practique algún deporte.
En fin, con la fantasía se estimulan la creatividad, actividades psico-motoras, emociones, valores, liderazgo e incluso la toma de decisiones. Así que no te sorprendas con algo que tu hijo imagine durante sus horas de juego o esparcimiento. Déjalo que tenga la experiencia de crear su propio mundo y de ser el héroe de su propia historia.
Bibliografía
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- Kellogg, F. W., Monroy, B., Frías, M., Posada, J. D., & Ochoa, M. L. (2001). La palabra escrita de los niños: entre la fantasia y la realidad. https://repositoriosed.educacionbogota.edu.co/handle/001/1166
- Egan, K. (1991). La comprensión de la realidad en la educación infantil y primaria (Vol. 19). Ediciones Morata.