La menstruación irregular durante la lactancia es una situación completamente normal. Es habitual que, después del embarazo y durante el amamantamiento, las primeras ovulaciones muestren irregularidades y se demoren en ocurrir.
Esta situación no se debe a ninguna condición de salud, es solo el reflejo de los cambios hormonales que ocurren en esta etapa, en particular en lo referido a la prolactina, una hormona que favorece la producción de leche. Te explicamos en detalle por qué ocurre este fenómeno y cómo manejar las posibilidades de un nuevo embarazo.
¿Por qué se produce la menstruación irregular durante la lactancia?
La regla o el período es un fenómeno natural dentro del ciclo menstrual femenino que se corresponde con una serie de cambios hormonales bastante marcados y diversos. Estos tienen que estar en perfecta armonía para garantizar que los ciclos sean regulares, algo que desde el punto de vista biológico favorece la fertilidad.
El hecho de que la menstruación sea irregular durante las primeras etapas de la lactancia tiene mucho que ver con algunos cambios hormonales naturales. Aquí es donde entra en juego la prolactina, una sustancia producida en la adenohipófisis y que favorece la secreción de leche materna.
Según una revisión publicada por la National Library of Medicine, los niveles elevados de prolactina inhiben la secreción de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH). Esto a su vez disminuye la liberación de hormona luteinizante (LH) y folículoestimulante (FSH), siendo este evento el responsable más directo de los períodos irregulares durante la lactancia.
Por último, los niveles de prolactina durante esta etapa pueden aumentar dependiendo de numerosos factores. La estimulación del pezón por la succión del bebé, el estrés y algunos olores son algunos de ellos, por lo que los efectos sobre el período van a depender mucho de qué tan elevada esté esta sustancia.
La aparición de la menstruación es un evento relacionado de forma directa con el hábito de lactancia. Cuando esta es exclusiva, la madre no menstruará. En cambio, si se alimenta al bebé con biberón o se combina la lactancia con este, podrían pasar unas 5 o 6 semanas antes de que los ciclos se regularicen de nuevo.
¿Es posible quedarse embarazada durante la lactancia?
Siempre y cuando exista una menstruación real (y no un sangrado vaginal anormal que pueda confundirse con el período), sí es posible quedarse embarazada si se tuvieron relaciones en los días previos. Esto ocurre porque se produjo la ovulación, independientemente de que los ciclos sean regulares o no.
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Sin embargo, es evidente que es más difícil lograr un embarazo en estas condiciones. De todas maneras, la mayoría de los autores consideran que la lactancia es un anticonceptivo natural, y se conoce técnicamente como método de la amenorrea de la lactancia (MELA).
Esto puede resultar muy útil en aquellas madres que desean espaciar al máximo los nacimientos de sus hijos sin recurrir a métodos anticonceptivos artificiales. En algunos países en vías de desarrollo es una opción válida y frecuente debido a los costes que este tipo de tratamientos pueden tener.
Una revisión publicada en la Revista de Ginecología y Obstetricia de México explica que, en este contexto, hasta un 98 % de los embarazos pueden prevenirse si se cumplen los requisitos básicos:
- Mantener la lactancia hasta los seis meses después del parto.
- Que la lactancia materna sea exclusiva.
- Intervalos aproximados de cuatro horas entre las tomas diurnas y unas seis horas entre las nocturnas.
- Que no exista menstruación, es decir, amenorrea.
Por eso es que si ya han empezado las menstruaciones, así sean irregulares, es conveniente utilizar métodos anticonceptivos porque la posibilidad de embarazo está latente.
Es importante no confundir la menstruación con la aparición de loquios, que son una secreción con sangre y moco normal durante las primeras fases del puerperio (posparto) y que, de hecho, puede prolongarse varias semanas.
Métodos anticonceptivos efectivos durante la lactancia
En caso de que no se cumplan los criterios antes mencionados para considerar que la lactancia protege del embarazo, es posible utilizar métodos anticonceptivos. Lo más importante es que el profesional seleccione aquellos que no interfieran con la lactancia, siendo la principal contraindicación el uso de anticonceptivos hormonales combinados (estrógeno y progesterona).
Según explican los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay varios criterios que definen cuál es el mejor método según cada caso. Dependiendo de ello, el especialista podría indicar alguno de los siguientes:
- Preservativos. Según una publicación del Manual MSD, estos se encuentran dentro del grupo de los anticonceptivos de barrera. Representan una solución fácil y económica que también protege las infecciones de transmisión sexual.
- Geles con espermicida. Son sustancias que actúan matando a los espermatozoides, aunque algunas tienen un efecto importante sobre su movilidad, necesaria para llegar hasta el óvulo.
- Dispositivos intrauterinos (DIU). Según un artículo de revisión en Medicina Integral, estos productos pueden dividirse en inertes (sin medicamentos) o medicados, cuando contienen sustancias que ejercen el efecto anticonceptivo. Son de los métodos más preferidos para la planificación familiar.
- Anticonceptivos orales que solo contengan progestágeno. Un estudio publicado en Ginecología y Obstetricia de México explica que estos actúan sobre el eje hipotálamo-hipofisario, y también producen atrofia endometrial y cambios en el moco del cuello uterino.
- Implantes subdérmicos. Este método ha cobrado especial relevancia en los últimos años por su duración y practicidad. El requisito para usarlos es que deben contener solo progestágeno.
En las primeras 6 semanas después del parto, es recomendable no utilizar tampones ni copas menstruales. Es posible que el uso de estos productos en un tejido que todavía no ha cicatrizado por completo facilite las infecciones.
¿Se puede acelerar la normalización de la menstruación?
Los cambios menstruales que se producen durante la lactancia son normales. La única forma efectiva de evitar esta situación es suspender la lactancia, ya que cuando el bebé deja de succionar se suprime la producción de leche. Esta no es una solución porque la alimentación del bebé es fundamental, en especial durante los primeros seis meses de vida.
Si el bebé ya tiene una mayor edad, inició alimentación suplementaria y el pediatra está de acuerdo con ello, es posible abandonar poco a poco el hábito de la lactancia. Hay otras medidas que en teoría ayudarían a disminuir la disminución de prolactina si se desea que el cambio sea más progresivo:
- Espaciar poco a poco las tomas de leche.
- Disminuir las situaciones estresantes, para lo cual conviene dormir bien durante la noche y recurrir a prácticas como el yoga o la meditación.
- Abandonar o por lo menos disminuir el hábito tabáquico. Esto incluye fumar de forma pasiva al compartir con personas que sí lo hacen.
Disfrutar de la lactancia a pesar de los cambios
Es recomendable disfrutar al máximo posible el período de la lactancia, pues en él se genera un vínculo con el niño que marcará a ambos para siempre. Los cambios en el ciclo menstrual durante esta etapa son naturales y no suelen representar una molestia. Por otro lado, si lo que se desea es tener un nuevo embarazo, acudir a una consulta de planificación familiar es lo más recomendable.
Bibliografía
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